Nuestra meta como cristianos es ser más como Jesucristo. Debemos amar a Jesús—adorarle porque Él es Dios, creer en Él porque es nuestro Salvador, y obedecerle porque es nuestro Señor y Ejemplo. Si amamos a Jesús, entonces vamos a amar Su Palabra la Biblia, porque ella nos habla de Dios, nos enseña cómo podemos ser justo delante de Él, y nos dice cómo debemos vivir. Si amamos a Jesús y Su Palabra, entonces vamos a amar a Su iglesia. La amamos porque Dios la ama—es Su iglesia, la compró a costa de la vida de Su Hijo, y Él la protege. También, debemos amar la iglesia porque Jesucristo mismo la ama. Él se entregó por ella.
- Jesús ama Su iglesia (Efesios 5:25).
- Jesús murió por Su iglesia (Apocalipsis 5:9).
- Jesús edifica Su iglesia (Mateo 16:18).
- Jesús cuida de Su iglesia (Apocalipsis 1:12–20).