Inciamos un estudio de la epístola a los Hebreos abordando el trasfondo del libro: los destinatarios, el autor, el tema principal y las advertencias.
Los destinatarios
La epístola general está escrita a un grupo de cristianos judíos. Ellos habían confesado a Jesús de Nazaret como el Mesías, identificándose como cristianos. La epístola fue escrita entre la persecución oficial del emperador Nerón en 64 dC y la destrucción de Jerusalén en 70 dC. Ellos sufrían persecución oficial a la mano del gobierno romano junto con presión de sus familias que seguían dentro de la religión judía.
El autor
No se identifica por nombre, pero conoce muy bien el Antiguo Testamento, citándolo más que 35 veces. Se ha dicho que Pablo lo escribió, pero algunos factores nos indican que él no lo escribió. La verdad es que no sabemos quién escribió el libro.
El tema
Aunque los lectores habían confesado a Jesús como el Mesías, ahora empezaban a pasar por la persecución. Debido a que el judaísmo fue una religión legal en el imperio romano la tentación de dejar de seguir a Cristo y volver al judaísmo era atractiva. El autor les advierte que dejar de seguir a Jesucristo trae su destrucción, armando su argumento del Antiguo Testamento que Jesús es superior en todas maneras al judaísmo.
Las advertencias
Encontramos dentro del libro cuatro pasajes de advertencia (2:1–4; 3:7–4:13; 5:11–6:20; 10:26–31). En palabras fuertes, el autor les dice que sin fe en Jesucristo van a sufrir el castigo eterno. El autor de Hebreos nos dice que alguien que vuelve atrás, no siguiendo creyendo en Jesús, demuestra que nunca tenía la fe genuina. Está de acuerdo del Nuevo Testamento afirmando que la fe genuina persevera a pesar de la persecución.
Hebreos 10:19–25 nos da un bosquejo del libro en miniatura.