Como discípulos de Jesucristo, reconocemos la autoridad de Jesús y obedecemos su Palabra.
- Asuntos de convicción: cuando hable la Palabra de Dios, hay que obedecerla.
- Asuntos de la conciencia: cuando te advierta la consciencia, hay que obedecerla.
- Asuntos de sabiduría: cuando la Biblia no te dirija directamente, hay que aplicar principios bíblicos.