Dios, ayúdanos a recordar tus obras
El Salmo 78 es un salmo de alabanza a Dios el Salvador de Israel. Los salmos de alabanza elogian a Dios por quién es y por lo que ha hecho, y en específico, esta subcategoría de salmos de alabanza cuenta las maravillas de Dios a lo largo de la historia de Israel. En casi toda cultura, hay poemas que enseñan y repasan la historia de su pueblo, por ejemplo, la Odisea de Homero o la Eneida de Virgilio. La nación de Israel repetía y contaba su historia y, sobre todo, las maravillas de su Dios, por medio de estos salmos alabando a Dios como el Salvador de Israel.
El Salmo 78 es el segundo más largo de todos los salmos con 72 versículos, y este poema épico cuenta la historia de la fidelidad de Dios y la infidelidad de Israel, en especial, el reino del norte, las diez tribus de Israel, al cual el autor se refiere como Efraín (por ejemplo, Isaías 7:2; Oseas 5:3).
La primera estrofa (vv. 1–4) plantea el propósito del salmo, el cual es transmitir la gloriosa historia de los hechos de Jehová a la próxima generación (v. 4). El salmo 78 debe cantarse para que cada generación de los israelitas escuche, recuerde y alabe el poder y las maravillas de Dios.
1 Escucha, pueblo mío, mi ley;
Inclinad vuestro oído a las palabras de mi boca.
2 Abriré mi boca en proverbios;
Hablaré cosas escondidas desde tiempos antiguos,
3 Las cuales hemos oído y entendido;
Que nuestros padres nos las contaron.
4 No las encubriremos a sus hijos,
Contando a la generación venidera las alabanzas de Jehová,
Y su potencia, y las maravillas que hizo.
La segunda estrofa (vv. 5–8) nos explica cómo Dios ordenó que Israel enseñara a sus hijos para que no se olvidaran de sus obras, sino que guardaran sus mandamientos (v. 7).
5 El estableció testimonio en Jacob,
Y puso ley en Israel,
La cual mandó a nuestros padres
Que la notificasen a sus hijos;
6 Para que lo sepa la generación venidera, y los hijos que nacerán;
Y los que se levantarán lo cuenten a sus hijos,
7 A fin de que pongan en Dios su confianza,
Y no se olviden de las obras de Dios;
Que guarden sus mandamientos,
8 Y no sean como sus padres,
Generación contumaz y rebelde;
Generación que no dispuso su corazón,
Ni fue fiel para con Dios su espíritu.
Sin embargo, leemos en la próxima estrofa (vv. 9–11) que el pueblo de Israel fracasó en gran manera. En específico, los hijos de Efraín no guardaron el pacto de Dios ni anduvieron en su ley (v. 10), sino que se olvidaron de sus obras y maravillas (v. 11).
9 Los hijos de Efraín, arqueros armados,
Volvieron las espaldas en el día de la batalla.
10 No guardaron el pacto de Dios,
Ni quisieron andar en su ley;
11 Sino que se olvidaron de sus obras,
Y de sus maravillas que les había mostrado.
Ahora el salmista Asaf empieza a recordar a sus oyentes de todas las obras y maravillas que Israel había visto en su historia y también la respuesta infiel de Israel en todos esos años. Dios rescató a la nación de Israel milagrosamente de Egipto (v. 12), dividiendo el Mar Rojo para que los israelitas pasaran en medio de las aguas (v. 13). Les guió con la nube de su presencia por día y fuego por la noche (v. 14). No solo una vez, sino dos veces Dios hizo salir agua de las rocas para saciar su sed (vv. 15–16; cp. Éxodo 17:1–7; Números 20:1–11). ¿Al fin recordaron a Dios y alabaron sus obras maravillosas? No, apenas salieron de la victoria en el Mar Rojo, pecaron contra Dios (v. 17) y le pusieron a prueba, exigiendo no solamente agua, sino comida (vv. 18–20; cp. Éxodo 16). Aunque la rebeldía de los israelitas incitó la ira de Dios, Él les proveyó pan y carne del cielo, el maná (vv. 21–25) y las codornices para comer hasta que todos quedasen satisfechos (vv. 26–29; cp. Números 11:31–34). Sin embargo, la ira de Dios se encendió contra ellos y muchos se murieron por su rebeldía y quejidos contra Dios (vv. 30–31).
Se pensaría que los israelitas habrían aprendido quién era Dios y qué podía hacer, pero no fue así. “Con todo esto, pecaron aún, y no dieron crédito a sus maravillas” (v. 32). Por eso, Dios les castigó hasta que se arrepintieran y recordaran de que Dios era su roca (vv. 33–35). La historia de Israel es un registro de infidelidades por parte de Israel (vv. 36–37), pero misericordia y paciencia por parte de Dios (v. 38). Noten el contraste, Dios se acordaba de que ellos eran carne (v. 39), pero ellos no se acordaron del poder que Dios había demostrado a través de las plagas en Egipto (vv. 42–51). Dios les había rescatado (v. 52), llevándolos al monte Sinaí y dándoles su ley (vv. 53–54). Bajo el liderazgo de Josué, les dio la tierra prometida, destruyendo a todos los cananeos (v. 55).
¿Ahora recordaron a Jehová y sus obras? No, provocaron y desobedecieron a Dios (v. 56), desviándose como un arco torcido (v. 57). La historia de Israel en su tierra es un registro de idolatría e inmoralidad (vv. 58–59), por la cual Dios abandonó el tabernáculo en Silo, entregándolo a los filisteos (vv. 60–61; cp. 1º Samuel 4). Los enemigos de Israel lo derrotaron en la batalla (vv. 62–64), hasta que Israel clamara a Dios, y siendo siempre fiel con su pacto, Él vino en ayuda de su pueblo, poniendo en fuga a los enemigos (vv. 65–66).
Al final, por su infidelidad, Israel fue rechazado por Dios, en especial las diez tribus del norte con su capital en Samaria (v. 67). Jehová entregó el reino del norte, Efraín (el hijo de José) a los arameos, quienes destruyeron Samaria y llevaron a todos los habitantes cautivos (cp. 2º Reyes 17). El autor de Reyes nos da este resumen, “Hasta hoy hacen como antes: ni temen a Jehová, ni guardan sus estatutos ni sus ordenanzas, ni hacen según la ley y los mandamientos que prescribió Jehová a los hijos de Jacob, al cual puso el nombre de Israel” (2º Reyes 17:34).
Pero en su ira Dios no olvidó su misericordia, porque el salmista recuerda que, después de rechazar a Efraín, Jehová escogió la tribu de Judá por amor del monte de Sion (v. 68). A pesar de la historia horrible de Israel, Dios permanece fiel con sus pactos con Israel y con el rey David (vv. 69–71). El futuro de Israel sucederá en Jerusalén, el monte de Sion, con el Rey, el Hijo de David, apacentando su pueblo restaurado con integridad y destreza (v. 72).
El Salmo 78 es un recordatorio de la infidelidad de Israel y la misericordia de Dios. Es un registro de las obras y maravillas de Jehová a favor de su pueblo Israel para que no olviden su grandeza y poder y para que le alaben para siempre. Podemos resumir el Salmo 78 con esta oración sencilla, “Dios, ayúdanos a recordar tus obras”.
¿Cómo podemos aplicar el tema principal de este salmo a nuestras vidas?
Si bien el Salmo 78 está dirigido a la nación de Israel, hablando de su historia, sus pactos y su futuro, pero por gracia nosotros los gentiles hemos estado injertados en Cristo (cp. Romanos 11:17), y hoy en día disfrutamos de la misericordia de Dios. Es fácil para nosotros también olvidar las obras de Dios a nuestro favor. Por eso, el Nuevo Testamento nos dice directamente que recordemos las obras y maravillas de Dios. Efesios 2:11–13 dice así,
“Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne. En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo”.
Es importante que repasemos las bondades y misericordia de Dios hacia nosotros en nuestra devoción personal, en nuestros hogares y en nuestra iglesia. Como seres humanos, somos propensos a olvidar aún las bendiciones más significativas de nuestras vidas, y por eso, tenemos que acordarnos de las obras y las maravillas de Dios todos los días. Dios nos ayude a recordar sus obras.
Preguntas de repaso
- ¿Qué género es el Salmo 78? ¿Dónde identificas sus características en el salmo?
- ¿Qué quiere destacar la subcategoría de los salmos que dan alabanza a Dios como el Salvador de Israel?
- ¿Cuáles son algunas de las obras y maravillas que hizo Dios a favor de Israel que el salmista registra en el Salmo 78?
- ¿Cómo respondió Israel frente a las maravillas de Dios? Y tú, ¿cómo has respondido?
- ¿Cuál es la frase sencilla que resume el salmo?
- ¿Dónde en la Biblia podemos encontrar algunas listas de las bendiciones que tenemos de Dios?
- ¿Cómo recuerdas activa e intencionalmente las obras y las maravillas de Dios en tu vida hoy día?