TEXTO BÍBLICO


UN POCO DEL CONTEXTO

UNA MUJER CON UNA GRAN NECESIDAD FUE A JESÚS, Y A PERSAR DE LOS OBSTÁCULOS

EN EL MOMENTO MÁS CRÍTICO LA MUJER SE ARRODILLA ANTE JESÚS, Y LE DICE:

La actitud de esta mujer nos enseña que la fe surge de un profundo sentido de necesidad, de humildad y de impotencia. Esta mujer no está demandando nada por derecho, simplemente está allí, de rodillas, impotente, conociendo que fuera de Jesús no hay esperanzas, y diciéndole al Señor de toda la creación y a quién sustenta todas las cosas con el poder de su palabra, ¡socórreme! ¡Ayúdame, Señor!
JESUS LE DICE

¿Qué quiere decir esto?
Bueno, partamos en primer lugar reconociendo que Jesús está usando una ilustración para hacerle notar una verdad a esta mujer. Y en esta ilustración el pan viene a ser las bendiciones de Dios, los hijos que están a la mesa son los judíos (o como se dijo antes, “los de la casa de Israel”), y los perritos son todos los NO son Israelitas. Es decir, los gentiles, los cananeos, los sirofenicios, los egipcios, los norteamericanos, los chilenos, etc. Todos ellos son los perrillos, en esta ilustración. En segundo lugar, y como parte de su ilustración, Jesús está refiriéndose a esta mujer como un perrito, y no desde el punto de vista despectivo, sino en cuanto al «orden de prioridades». Porque, en tercer lugar, con esta ilustración Jesús está diciendo que dentro del orden diseñado por Dios, las bendiciones del Señor debían ser ofrecidas primeramente a los judíos y después a los demás; o como dice Marcos, «a los hijos» (“deja primero que se sacien los hijos”), y por tanto, le dice Jesús a la mujer, esté no es el tiempo de extender bendiciones para los gentiles. En otras palabras, Jesús le dice: «Mujer tienes que esperar, aún no es tiempo de que gustes de las bendiciones de Dios».
Y ¿Saben qué es una de las cosas impactante de todo este relato? Que esta mujer cananea entendió perfectamente lo que el Señor estaba tratando de decirle. Ella entendió perfectamente la ilustración. Entendió el asunto de las bendiciones y el orden diseñado por Dios. Es más, ni siquiera se sintió ofendida porque dentro de la metáfora ella fue considerada como un perrillo. Antes bien, nuevamente esta mujer, con una actitud humilde y confiada por la Fe que tenía en Jesús y en la superabundante gracia de Dios, le dice al Señor:

Después de haber escuchado esta respuesta, Jesús le dice:

Este relato es un buen texto para hablar de la naturaleza de la verdadera fe en Cristo porque a pesar de todos los obstáculos que le sobrevinieron a esta mujer, y a pesar de todas las circunstancias en contra, en ningún momento decayó su fuerte necesidad de Cristo, ni dejó de confiar en Él, ni dejó de ser humilde ante el Señor. Y como premio a su gran Fe, el relato termina con el testimonio de Mateo indicando inequívocamente que desde ese momento, la hija de esta mujer cananea fue sanada. Desde ese momento, el Señor le concedió, por Fe, lo que ella estaba pidiendo.
HERMANOS Y HERMANAS, AL IGUAL QUE ESTA MUJER, NOSOTROS TAMBIÉN

PERO AHORA, POR MEDIO DE LA FE EN JESUCRISTO, TODOS LOS NOSOTROS LOS QUE ESTAMOS EN ÉL,

POR TANTO, VAYAOS Y HABLEMOS EL EVANGELIO LA LA SUPERABUNDANTE GRACIA DE DIOS, ANUNCIANDO QUE:
