Orando los salmos: Salmo 132

Dios, tú cumples tus promesas

LECTURA DEL SALMO 132

Cántico gradual

1Acuérdate, oh Jehová, de David,
Y de toda su aflicción;
De cómo juró a Jehová,
Y prometió al Fuerte de Jacob:
No entraré en la morada de mi casa,
Ni subiré sobre el lecho de mi estrado;
No daré sueño a mis ojos,
Ni a mis párpados adormecimiento,
Hasta que halle lugar para Jehová,
Morada para el Fuerte de Jacob.
He aquí en Efrata lo oímos;
Lo hallamos en los campos del bosque.
Entraremos en su tabernáculo;
Nos postraremos ante el estrado de sus pies.
Levántate, oh Jehová, al lugar de tu reposo,
Tú y el arca de tu poder.
Tus sacerdotes se vistan de justicia,
Y se regocijen tus santos.
10 Por amor de David tu siervo
No vuelvas de tu ungido el rostro.
11 En verdad juró Jehová a David,
Y no se retractará de ello:
De tu descendencia pondré sobre tu trono.
12 Si tus hijos guardaren mi pacto,
Y mi testimonio que yo les enseñaré,
Sus hijos también se sentarán sobre tu trono para siempre.
La quiso por habitación para sí.
13 Porque Jehová ha elegido a Sion;
14 Este es para siempre el lugar de mi reposo;
Aquí habitaré, porque la he querido.
15 Bendeciré abundantemente su provisión;
A sus pobres saciaré de pan.
16 Asimismo vestiré de salvación a sus sacerdotes,
Y sus santos darán voces de júbilo.
17 Allí haré retoñar el poder de David;
He dispuesto lámpara a mi ungido.
18 A sus enemigos vestiré de confusión,
Mas sobre él florecerá su corona.


INTRODUCCIÓN

El salmo 132 pertenece al género de los salmos reales, lo cual significa que la temática del salmo tiene relación con el Rey. Ahora, recordemos que el género de los salmos reales pueden ser dos tipos de canciones: (1) Las que hablan del “reinado teocrático”; es decir, canciones donde el rey ungido por Dios, ya sea David alguno de sus hijos, es la figura central y quien reciba la misericordia de Dios. (2) O bien pueden ser canciones que hablan del “reinado divino”; es decir, alabanzas que reconocen a Dios como Rey sobre todo el universo. Específicamente el salmo 132 es del género de los salmos reales del reinado teocrático, y por lo tanto el énfasis central del salmo tiene relación con la misericordia que Dios tiene por David, quien en este salmo es Su ungido y el rey de Israel.

Otro dato importante es que este salmo también pertenece a la colección de los cánticos graduales (Salmos 120 al 134) que, como bien sabemos, son canciones que los israelitas normalmente cantaban o recitaban cuando subían a Jerusalén para adorar a Dios en algunos de los peregrinajes anuales. Así que, desde ya podemos decir que este salmo 132 fue cantado innumerables veces por los peregrinos que subían de sus casas a Jerusalén, al templo de Dios para ofrecer sacrificios a su Nombre.  

Y finalmente, como parte de los datos introductorios del salmo 132, es interesante notar que varias secciones de esta canción nos recuerdan al menos dos eventos que fueron muy importantes para la nación de Israel: El primero es el compromiso de David en trasladar del Arca del Pacto al monte Sión en la ciudad de Jerusalén (2 Samuel 6:12-19), y el segundo evento es la ceremonia de inauguración del Templo dirigida por Salomón (2 Crónicas 6).    


EXPLICACIÓN DEL SALMO 132

El salmo 132 comienza con una invocación de intersección del salmista pidiendo a Dios que se acuerde de todos los esfuerzos con los que David juró delante de Jehová hallar un lugar para que sea la morada del Dios de Israel. Por tanto, en este sentido, la frase “acuérdate, oh Jehová, de David, y de toda su aflicción”, que leemos en el versículo 1, no tiene relación con algún sufrimiento de David por causa de sus enemigos sino que, más bien, tiene relación con el compromiso y el esfuerzo con el cual David quería cumplir su promesa de encontrar un lugar donde el Arca del Pacto de Dios podría estar.

Notemos lo que el salmista dice acerca del esfuerzo que puso David en este asunto. Verso 2 “David Juró a Jehová”; (y en base a esa promesa dijo) verso 3: “No entraré en mi casa ni me acostaré a descansar”; verso 4 “no dormiré ni cerraré mis ojos”; verso 5 “hasta que encuentre lugar para Jehová”. En otras palabras, David estaba totalmente comprometido en encontrar un lugar donde poner el Arca con el cual Dios había prometido su presencia a su pueblo. Y sobre todo, porque en ese momento cuando David hizo esta promesa, el Arca del Pacto no tenía mucha relevancia para Israel; e inclusive, Israel prefería adorar a los ídolos del mundo, y habían decidido dejar el Arca que representaba la presencia de Dios en medio de su pueblo en lugar llamado Quiriat-jearím (o también llamado “el campo de los bosques”), y la dejaron allí por 20 años en casa de Abinabad (1 Samuel 7:1). Y en ese contexto, una vez que David fue proclamado Rey y hubo conquistado Jerusalén, quiso traer el Arca de Jehová al corazón del reino, en Jerusalén, en medio del pueblo de Dios (2 Samuel 6-7).

Aquí el salmo 132 continua con un tipo de respuesta al verso anterior. Ya que en estos versos es como si el salmista dijera: “He aquí, oímos del juramento de David”, y ¡hemos encontramos el Arca del pacto en “los campos del bosque”! Que es precisamente el lugar que se llama “Quiriat-jearín”, donde históricamente el Arca había estado por más 20 años. 

Ahora, lo más importante de estos versos es que de alguna manera el deseo de David por tener el Arca de Dios en el centro de su reino y en medio del corazón de Israel, había influenciado grandemente al salmista ya que dice en el verso 7: “Entraremos en su tabernáculo y nos postraremos ante el estrado de sus pies”, lo que en otras palabras quiere decir: “Encontramos el lugar donde está la presencia de Dios, adoraremos ante Su presencia”. Lo cual es una idea muy apropiada, sobre todo para los peregrinos que cantaban este salmo mientras recorrían varios kilómetros para subir a Jerusalén y adorar en el templo de Dios.


Como les había mencionado en la introducción, este salmo nos recuerda dos eventos importantes en la historia de Israel, el primero tiene relación con el compromiso de David en trasladar del Arca del Pacto de Quiriat-jearím (o «el campo de los bosques») hasta Jerusalén, y es lo que hemos visto en los veros 1 al 7. Y el segundo evento importante es la inauguración del Templo en Jerusalén dirigida por Salomón (2 Crónicas 6).

Ahora, en el segundo libro de Crónicas capítulo 6 vemos que el día cuando el Templo de Dios fue terminado, Salomón dirigió una oración de exaltación a Dios que reconocía, entre varias cosas, el cumplimiento de las promesas hechas a David. Y, de hecho, en estas versos vemos varias de las cosas que Salomón oró a Dios el día de la dedicación del templo, entre las cuales podemos destacar: (1) La promesa de Dios a David de su amor leal, (2) la promesa de que uno de los descendientes se sentará en el trono de Israel para siempre. (3) y la promesa de que Dios ha escogido a Jerusalén como su habitación para siempre.     

El salmo 132 termina destacando el tema de que Dios escogió a Sión como su morada permanente. Así que, dice el salmista: ¡Dios escogió la ciudad de Jerusalén como su morada eterna! Y por tanto, Dios la bendecirá de tal manera que se convertirá en un lugar ideal; un lugar caracterizado por la salud, el bienestar, la abundancia, el gozo, y la salvación. En la ciudad de Dios, donde se manifiesta la justicia, dice el salmista, se saciará el hambre de la gente, se oirán gritos de júbilo; la felicidad y el regocijo de los habitantes será una evidencia del ambiente de paz, justicia, y seguridad. Y de acuerdo con esta canción, ese ambiente de paz, justicia, y seguridad, pondrá de manifiesto el poder de David y la derrota de sus enemigos. Pero sobre todo quedará en evidencia de que Dios cumplió todas las promesas que hizo a David, y la misericordia fiel que prometió a Él y a toda su descendencia.


RESUMEN DEL SALMO 132

Entonces el salmo 132 es una canción que reconoce el compromiso de David con Dios y las promesas que Dios prometió cumplir por amor a David. Es una canción que se enfoca en el cumplimiento de las promesas de Dios y las bendiciones que prometió por amor a su Ungido, el rey. Y pensando en estas cosas, creo que una frase sencilla que nos ayuda a resumir la idea central del salmo, se puede expresar en la siguiente oración: Dios, tú cumples tus promesas.

Y de hechos, los versos 15 al 18, vienen a ser la respuesta de Dios a la oración que comenzó diciendo: “Acuérdate, oh Jehová, de David”. Bueno, Dios respondió en conformidad con sus promesas diciendo, en el verso 18: “Sus enemigos serán confundidos, pero la corona de mi ungido florecerá”.

APLICACIONES DEL SALMO 132 PARA NUESTRAS VIDAS

Ahora bien, ¿Cómo podemos aplicar esta salmo a nuestras vidas?

Una buena forma de aplicar este salmo 132 es recordando algunas de las promesas que Dios ha cumplido y que tienen directa relación con Jesucristo, el hijo de David, el rey de Israel y de toda la tierra. Por ejemplo:

Dios ha cumplido su promesa de dar a David un descendiente que ocupe su trono sobre Israel, y ese es Jesús (Mt. 1:1; Lc. 3:23-38). Y Dios cuidó el linaje de David para que Jesús pudiera nacer, y se encargó de que Jesús sea exaltado sobre todas las cosas después de su ofrecimiento voluntario en la cruz. En Hechos 2:36 Pedro dice en su primer discurso después del pentecostés: “Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo”. En Efesios 1:20 al 22, Pablo escribe que Dios resucitó a Jesús de los muertos después que Él ofreciera voluntariamente su vida por los pecadores, y después de resucitarle “lo sentó a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombre, y sometió todas las cosas bajos sus pies”.  En Apocalipsis 22, el apóstol Juan describe aquel momento futuro cuando Jesucristo habrá vencido a todos sus enemigos, y cuando todos ellos sean avergonzados, él reinará por los siglos de los siglos en una ciudad y un mundo perfecto, sin injusticias, ni pobreza, ni dolor, porque Jesucristo habrá tomado para sí el reino de este mundo. Ese día, hermanos, Juan lo describe como un evento seguro, algo que el Señor sí o sí cumplirá porque lo ha prometido.

Y por tanto, haciendo eco al Salmo 132, nosotros también podemos alabar al Señor reconociendo que sus promesas siempre se cumplen. Y un día seremos reunidos con Jesús (1 Ts. 4:17) porque Él lo prometió. Y la maldad y el pecado en este mundo dejará de ser (Ap. 20:10,14; 21:4), porque Él lo prometió; y Jesucristo reinará por siempre (Ap. 22:5), porque Él lo prometió (Ap. 22:6).

Hermanos, los animo a que nos animemos con estas verdades diciendo: “Dios, tú cumples tus promesas”, Nuestro Dios es fiel en cumplir sus promesas. Amén.

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