Dios, ¡Qué bendición que seas mi Señor!
Introducción

Género del salmo y Contexto

Oración sencilla

Explicación

El salmo 144 comienza con una alabanza a Dios (“Bendito sea Jehová” o también “Adoren a Jehová”) e inmediatamente después el rey agrega una serie de ilustraciones que hablan de la gran confianza tiene en Dios y la seguridad que el Señor le ha brindado en tiempo de adversidades y guerra. Y si se fijan, hermanos, el salmista no es breve en señalar que en Jehová está su confianza sino que después de la frase “Bendito sea Jehová” el rey incluye nada menos que 9 declaraciones que hablan acerca de su relación con Dios; diciendo: Jehová es (1) mi roca, (2) quien adiestra mis manos, (3) Él es mi misericordia, (4) mi castillo, (5) mi fortaleza, (6) mi libertador, (7) mi escudo, (8) mi confianza, y (9) quien me ha puesto en autoridad sobre mi pueblo, e inclusive, quien me da victoria sobre mis enemigos.

En esta sección de versículos (vv. 3-11) podemos observar que el rey está presentado 3 ideas a Dios, cada una de ellas iniciadas por la frase “Oh Jehová” (vv. 3, 5, 9).
En primer lugar, en los versículos 3 y 4 el salmista presenta a Dios su asombro en que, aun siendo Jehová un Dios grande y poderoso, tenga bien en considerar a los hombres que son insignificantes. Y la manera de presentar este asombroso contraste es mediante la pregunta retórica: “Oh Jehová, ¿qué es el hombre para que lo consideres?”; ¿Cómo puede ser, Señor, que tengas tanta bondad para considerar a los hombres, siendo que no son nada comparados a ti? Ahora, esta pregunta no es una queja, es más bien parte de la admiración que el rey tiene por Dios, por Su bondad y Su misericordia a los hombres que, por supuesto, no la merecen. Y, de hecho, siguiendo en ese misma línea, en segundo lugar, en los versículo 5 al 8, nuevamente el rey comienza con la frase “Oh Jehová” pero ahora, apelado de la misericordia del Señor, solicita la asistencia de Dios en la situación que le aquejaba; la cual, como dijimos en la introducción, probablemente era una guerra con otros pueblos. Así que, en esta parte de la oración, el rey presenta formalmente su petición a Dios, y hasta se parece, en el tono a una oración de lamento individual; ya que el rey está solicitando su intervención divina sobre sus enemigos, a quienes identifica como gente extraña y mentirosas.
Finalmente. En tercer lugar, el rey termina nuevamente incluye con la frase “Oh Dios”, para presentar una serie de promesas de alabanzas y cánticos, con diversos instrumentos, como respuesta anticipada a la intervención de Dios a Su favor. Hermanos, aquí el salmista tenía por cierto que el Señor atendería su oración y le ayudaría en la guerra. Ahora bien, interesante la inclusión de la frase del verso 10, que dice: “Tú, el que da victoria a los reyes, el que rescata de maligna espada a David su siervo”, y creo que es interesante porque la confianza del rey en la respuesta del Señor no es infundada sino que tiene como base la obra de Dios en el pasado y la promesa de los cuidados de Dios al rey David. Así que, como estaba seguro de que el Señor respondería su oración, promete alabanzas al Señor después de la victoria.

El salmo 144 termina con una serie de deseos del rey en cuanto a la prosperidad de su pueblo. En cierto sentido, podemos decir que el tenor de la oración cambia un poco porque pasa de la preocupación por la guerra a los deseos de estabilidad de la nación. Y en cuanto a esos deseos, en estos versículos hay varias ilustraciones bien poéticas que dejan ver las esperanzas del rey la paz y prosperidad del pueblo. Dice, por ejemplo, (1) que los jóvenes de la nación sean fuertes como plantas jóvenes, (2) que las jovencitas sean hermosas como las piezas de arte de un palacio. En cuanto la prosperidad, el rey dice (3) que los graneros estén llenos de toda clase de granos, y (4) los animales se multipliquen sobre el campo. Pero, por sobre todo, el rey desea que (5) el pueblo pueda vivir en paz y prosperidad, sin que de pronto tengan que huir a causa de las guerras o que se escuchen las alarmas que les indiquen búsqueda de refugio.
En otras palabras el rey termina esta oración deseando que el ambiente de crisis y de guerra sea transformado en una dinámica de paz, seguridad y prosperidad. Ahora bien, el rey aclara al final del salmo que la seguridad, paz, y prosperidad que desea para su pueblo no es una que se alcance sin importar el medio, sino aquella que se encuentra solo gracias a la relación y los cuidado que Dios tiene por su pueblo; solo gracias a esa relación que Jehová tiene con su pueblo, como su Dios, es que Israel puede vivir confiadamente.
Entonces, es pensando en esa confianza que expresa el rey en Dios, y las bendiciones de la relación que él y el pueblo tienen con el Señor, que este salmo, se puede resumir en la oración:

¿Cómo podemos aplicar este salmos a nuestra iglesia?

