1ª de Pedro 4:1–19: sufrir al seguir a Jesús

Pedro escribe esta carta pastoral para animar a los hermanos en las regiones de Asia Menor, quienes sufrían persecución. Pretende ayudarles a responder la duda, ¿Cómo viven los cristianos cuando se prueba su fe? Son tres conceptos fundamentales que se entrelazan en el libro: santidad, sumisión y sufrimiento. Estas ideas forman las tres secciones mayores del libro.

Suframos como cristianos, siguiendo a Jesús (4:1–19)

Seguimos a Jesús en obediencia (4:1–11)
En primer lugar, Pedro nos recuerda de que Jesús padeció para salvarnos del pecado; por eso, debemos esperar sufrir (4:1–6). Tenemos que cambiar nuestra forma de pensar para esperar la persecución (4:1). Si terminamos con el pecado, luchando contra ello en vez de vivir en ello (4:2–3), a nuestros ex-compañeros les pareceremos extraños y nos insultarán, pero le rendirán cuentas a Dios (4:4–5). Aunque los inconversos juzgan a los creyentes en esta vida, Dios los vindicará, haciéndoles vivir por el Espíritu (4:6).

En segundo lugar, Jesús nos equipó para amarnos los unos a los otros; por eso, debemos servirnos los unos a los otros (4:7–11). Una vez más, Pedro vuelve a animarnos a amarnos mutuamente (4:7–9). Debemos usar las oportunidades y habilidades que Dios nos da para servirnos los unos a los otros para glorificar a Dios y edificar el cuerpo de Cristo (4:10–11).

Seguir a Jesús en sufrimiento (4:12–19)
La segunda parte del capítulo nos instruye cómo debemos sufrir con Jesucristo. Recordándonos de las palabras de Jesús, Pedro dice que somos bendecidos por Dios al sufrir por Cristo (4:12–14). Ahora compartimos con Jesús en sus sufrimientos y nos da gozo, pero cuando se revele Jesús en su gloria, compartiremos con él en su gloria y nos gozaremos en su presencia. Por eso, el sufrimiento es una oportunidad para glorificar a Dios (4:15–18). Dentro de la prueba, debemos confiar en Dios al sufrir por Cristo (4:19).

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