Jeremías 31:31–34; Ezequiel 36:24–28
Hasta ahora en el estudio de los pactos del AT, hemos visto que Jehová estaba estableciendo un reino con su pueblo Israel en la tierra prometida a Abraham bajo el rey hijo de David. También hemos encontrado que varias promesas de los pactos del AT todavía no se han cumplido. Tal vez surja la duda que Dios haya reemplazado a Israel con la iglesia, pero el NT es enfático en decir que no (Romanos 11:1, 11). ¿Cuándo cumplirá Dios todas las promesas de sus pactos? El Nuevo Pacto nos ayuda a entender que estas promesas se cumplirán en «el día de Jehová» (lo que se refiere como «en aquellos días» o «vienen los días» en el AT).
El nuevo pacto es nuevo porque reemplazará el primer pacto que Dios hizo con la nación de Israel (Jeremías 31:32–33). Lo nuevo del nuevo pacto no es la bendición de Dios sobre la nación de Israel, sino la bendición universal, que se extiende a todo israelita en aquellos días.
| Pacto de Moisés | Nuevo Pacto |
| Yo soy Jehová tu Dios. Tú serás mi pueblo. | Me serán por pueblo, y yo seré a ellos por Dios. |
| Con el pueblo que Dios sacó de Egipto | Con el pueblo que Dios sacará de las naciones, de sus sepulturas |
| Cuando Israel salió de Egipto | Después de aquellos días |
| Israel debe obedecer mis leyes | Pondré mi ley en cada corazón |
| Enseñen a sus hijos mis estatutos | No enseñarán más, porque todos me conocerán |
Hacemos cuatro preguntas del pacto:
- ¿Con quién ha hecho Dios este pacto?
- ¿Es este pacto unilateral (una concesión real) o bilateral (un tratado entre un rey y una nación vasalla)?
- ¿Qué ha prometido Dios que hará?
- ¿Se ha cumplido este pacto o ha de cumplirse?
El nuevo pacto Jehová lo hará con el pueblo de Israel reunido (Israel y Judá), regenerado (todos conocerán a Dios) y restaurado (en su tierra para siempre). Dios promete vivificar a las diez tribus del norte (Israel) y unirlas con las dos tribus del sur (Judá). Promete regenerar a todo israelita. Promete restaurar a su pueblo Israel en la tierra prometida a Abraham.
El nuevo pacto es bilateral (un tratado entre un rey y una nación vasalla), igual como el primer pacto que Dios hizo con Israel. Como un pacto bilateral, requiere la ratificación de los dos partidos (Ezequiel 20:33–38; Jeremías 32:38; Oseas 2:23; Zacarías 13:9). La característica clave de un pacto bilateral son leyes impuestas, la cual Dios dará en la mente y en el corazón (Jeremías 31:33).
Este pacto no se ha cumplido porque las diez tribus del norte—Israel—no existen desde su destrucción por los asirios (722 aC). Tampoco Israel ocupa la tierra prometida, y la nación de Israel no son todos regenerados.
El rey al ratificar el nuevo pacto será el hijo de David, como dice Jeremías 23:5–6: «He aquí que vienen días, dice Jehová, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará como Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la tierra. En sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado; y este será su nombre con el cual le llamarán: JEHOVÁ, JUSTICIA NUESTRA. «El Nuevo Testamento nos da a entender que Jesucristo es el mediador del nuevo pacto (Hebreos 9:15) y su muerte es la sangre del nuevo pacto (Mateo 26:27–28). Si bien ahora Israel sufre un endurecimiento temporal, después de que haya entrado la plenitud de los gentiles, el Libertador, el Mesías, vendrá para hacer el nuevo pacto, y todo Israel será salvo (Romanos 11:25–27).
Aunque somos gentiles y este pacto no se hará con nosotros, tenemos ahora bendiciones parecidas (el perdón de pecados, la regeneración, la obra del Espíritu) por nuestra relación con el Mediador: hemos sido bendecidos en Cristo (Efesios 1:3). Esperamos la venida de Jesús a la tierra para establecer su reino y cumplir las promesas de Dios.
El nuevo pacto nos da a entender que Jehová establecerá un reino en la tierra prometida a Abraham con su pueblo Israel restaurado y reunido bajo el rey Jesús el hijo de David.




