Mirando todo el panorama de la Biblia, un tema central es el reino de Dios. Más allá de solamente esa frase, el concepto del reino de Dios es amplio y profundo a lo largo de las Escrituras. Un reino, definido sencillamente, consiste en 1) un gobernante con autoridad y poder adecuados, 2) una esfera de súbditos para gobernar y 3) el ejercicio funcional de gobernar.

Cuando leemos la Biblia, surgen algunas dudas sobre el reino de Dios.
- ¿Siempre existe o tiene un inicio histórico? (cp. Salmo 10:16; Daniel 2:44)
- ¿Es universal en su alcance o local y terrenal? (cp. Salmo 103:19; Isaías 24:23)
- ¿Reina Dios directamente o a través de un mediador? (cp. Salmo 59:15; 2:4–6)
- ¿Es futuro o presente? (cp. Zacarías 14:9; Salmo 29:10)
- ¿Es incondicional o basado en un pacto de Dios con los hombres? (cp. Daniel 4:34–35; Salmo 89:27–29)
Estas preguntas nos llevan a identificar dos aspectos del dominio soberano de Dios: el reino universal, la soberanía absoluta de Dios en todo momento sobre todas las cosas y el reino mediador, el reino de Dios en la tierra mediante el hombre escogido por Dios.

Para aclarar, podemos decir que el reino universal de Dios:
- Existe sin interrupción por todo tiempo (Salmo 145:13; Jeremías 10:10)
- Incluye todo lo que ocupe el espacio y el tiempo (Salmo 103:19; 1º Crónicas 29:11)
- No depende de la disposición o aprobación de sus sujetos (Daniel 4:35; Efesios 1:11)
- Se administra por el Hijo Eterno (Mateo 28:18; Colosenses 1:17; Hebreos 1:3)
- No es el reino por el cual Jesús instruyó a sus discípulos a orar (Mateo 6:9–10)
Cuando leemos que «Dios reina» (Salmo 97:1), entendemos que la soberanía de Dios es comprensiva e independiente. Este reino universal de Dios quiere decir que Dios está en control soberano de todas las cosas en todo momento, en todo lugar.


Dios es soberano sobre todas las cosas.


