Efesios 6:4; Gálatas 6:7–8
Nuestra meta principal en la instrucción, la disciplina, y la corrección de nuestros hijos es el cambio del corazón, no el cambio de comportamiento. Esto determina cómo vemos las consecuencias. Las consecuencias no están desconectadas del proceso de pastoreo. Los niños deben entender las consecuencias como Dios las diseñó (Gál 6:7-8).
Cuando algo está mal, nuestra tendencia, como padres, es controlar la situación. Tendemos a usar las siguientes herramientas de poder en estas situaciones. Usamos el miedo, la vergüenza o la recompensa. Como padres, nuestro llamado es ser una herramienta para cambiar sus corazones. Necesitamos usar preguntas precisas para revelar el corazón de nuestros hijos. Preguntas como…
- ¿Qué está pasando o qué estaba pasando?
- ¿Qué estabas pensando y sintiendo mientras sucedía?
- ¿Cómo reaccionaste?
- ¿Por qué lo hiciste? ¿Qué buscabas lograr? (Hebreos 4:12)
- ¿Cuál fue el resultado?
Preguntas de aplicación y meditación:
- ¿Cuáles son las dos responsabilidades básicas de los hijos cristianos?
- ¿Cuáles son las dos responsabilidades básicas de los padres cristianos?
- ¿Cómo está usando Dios a sus hijos para santificarlo?
- ¿Qué lugar tiene el crecimiento progresivo (santificación) en la crianza de los hijos?
- ¿Es posible para un recién nacido tener una actitud pecaminosa?
- ¿Niego la condición real del corazón pecador y rebelde de mi hijo?
- ¿Cuáles textos de Las Escrituras podría usar para enseñar a sus hijos a pedir y dar perdón?
- ¿Me siento culpable por ejercer autoridad en la vida de mi hijo?
- ¿Presento a mi hijo una motivación o meta que no sea para la gloria de Dios?