Introducción general
El autor de este salmo es David y nos muestra de Dios su protección, su misericordia y su fidelidad al librarlo de sus enemigos.
Al músico principal. Salmo de David, siervo de Jehová, el cual dirigió a Jehová las palabras de este cántico el día que le libró Jehová de mano de todos sus enemigos, y de mano de Saúl. Entonces dijo:
Género y Características particulares del salmo
El salmo 18 es un salmo de acción de gracias, esto es una expresión de agradecimiento a Dios por una respuesta o bendición específica. Son los salmos que dicen, “Dios, te doy gracias por…”. Los salmos de gracias también pueden ser individuales o nacionales, agradeciéndole a Dios por sus bendiciones personales o hacia la nación de Israel. También podemos ver que este salmo es del género real (reinado teocrático) donde habla de la misericordia que Dios hace a su ungido.
En este salmo David muestra su gratitud a Dios por el cuidado y la protección que tiene Jehová para con su ungido. El salmista resalta la fidelidad de Dios, su confianza en la soberanía y justicia de Dios, exalta Su poder.
En una frase sencilla, la idea principal de este salmo se puede resumir en la siguiente oración: “Dios, gracias por ser nuestra Roca”

Estructura del salmo
Este salmo lo podemos dividir en cuatro partes:
- Una declaración de amor y cuidado. (v1-3)
- Una situación angustiante y la intervención de Jehová (v. 4-30)
- El origen de la fortaleza y la victoria. (v.31-42)
- Una declaración de alabanza, honor y gloria (v.43-50)
Explicación del salmo
(I) Una declaración de amor y cuidado (v.1-3)
Te amo, oh Jehová, fortaleza mía.
2 Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador;
Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré;
Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio.
3 Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado,
Y seré salvo de mis enemigos.
Es bueno señalar que este salmo es casi el mismo salmo que David cantó al final de su vida, (2 Samuel 22) entendiendo que después de una vida de cuidados del Señor, David declara con una afirmación muy afectiva su amor por Dios.
Podemos ver también el salmista utiliza una serie de símbolos o de aspectos que él conocía en el ámbito militar y cómo Dios fue para él; un castillo, de estar en una fortaleza, tener un escudo, el tener un refugio, son elementos indispensables para sobrevivir y es aquí donde David reconoce que el único que realmente le libró fue su Creador.
(II) Una situación angustiante y la intervención de Jehová (v. 4-30)
4 Me rodearon ligaduras de muerte,
Y torrentes de perversidad me atemorizaron.
5 Ligaduras del Seol me rodearon,
Me tendieron lazos de muerte.
6 En mi angustia invoqué a Jehová,
Y clamé a mi Dios.
El oyó mi voz desde su templo,
Y mi clamor llegó delante de él, a sus oídos.
David vivió muchos momentos de perversidad en su vida y muchas amenazas de muerte (ligaduras del Seol) pero aun así, en su angustia invocó a Jehová y Él… Él oyó su clamor desde su templo (Salmo 40:1). David entendía que Dios no estaba lejos, sino cerca; no era ajeno a su situación sino que estaba atento, Dios iba a escuchar y responder a su oración.
7 La tierra fue conmovida y tembló;
Se conmovieron los cimientos de los montes,
Y se estremecieron, porque se indignó él.
8 Humo subió de su nariz,
Y de su boca fuego consumidor;
Carbones fueron por él encendidos.9 Inclinó los cielos, y descendió;
Y había densas tinieblas debajo de sus pies.
10 Cabalgó sobre un querubín, y voló;
Voló sobre las alas del viento.
11 Puso tinieblas por su escondedero, por cortina suya alrededor de sí;
Oscuridad de aguas, nubes de los cielos.
12 Por el resplandor de su presencia, sus nubes pasaron;
Granizo y carbones ardientes.13 Tronó en los cielos Jehová,
Y el Altísimo dio su voz;
Granizo y carbones de fuego.
14 Envió sus saetas, y los dispersó;
Lanzó relámpagos, y los destruyó.
15 Entonces aparecieron los abismos de las aguas,
Y quedaron al descubierto los cimientos del mundo,
A tu reprensión, oh Jehová,
Por el soplo del aliento de tu nariz.16 Envió desde lo alto; me tomó,
Me sacó de las muchas aguas.
17 Me libró de mi poderoso enemigo,
Y de los que me aborrecían; pues eran más fuertes que yo.
18 Me asaltaron en el día de mi quebranto,
Mas Jehová fue mi apoyo.
19 Me sacó a lugar espacioso;
Me libró, porque se agradó de mí.
Cuando David describió la ayuda que venía a él por medio de terremotos, truenos, tormentas y rayos, claramente utilizó imágenes poéticas de la manera que Dios liberó a Israel de Egipto, en el Monte Sinaí, y durante la conquista de Canaán bajo Josué.
En medio de las pruebas David siempre pudo ver la mano libertadora de Dios. La liberación de Dios siempre es vista con más claridad cuando se mira hacia atrás; y David sabía a quien había clamado.
20 Jehová me ha premiado conforme a mi justicia;
Conforme a la limpieza de mis manos me ha recompensado.
21 Porque yo he guardado los caminos de Jehová,
Y no me aparté impíamente de mi Dios.
22 Pues todos sus juicios estuvieron delante de mí,
Y no me he apartado de sus estatutos.
23 Fui recto para con él, y me he guardado de mi maldad,
24 Por lo cual me ha recompensado Jehová conforme a mi justicia;
Conforme a la limpieza de mis manos delante de su vista.
David consistentemente se condujo a sí mismo con justicia, y sabía que Dios le ha premiado debido a ello. Sabemos bien que David no tuvo una vida exenta de pecado (2 Samuel 11), pero a pesar de todo David mantuvo en cuidado su integridad para con Dios.
Si algo exaltó David de Dios, fue su gracia y su misericordia; bienaventurado aquel cuya trasgresión ha sido perdonada y cubierto si pecado. David estaba muy consciente de que era la gracia de Dios, la misericordia de Dios la que le permitió estar en pie y sostenerse.
25 Con el misericordioso te mostrarás misericordioso,
Y recto para con el hombre íntegro.
26 Limpio te mostrarás para con el limpio,
Y severo serás para con el perverso.
27 Porque tú salvarás al pueblo afligido,
Y humillarás los ojos altivos.
28 Tú encenderás mi lámpara;
Jehová mi Dios alumbrará mis tinieblas.
29 Contigo desbarataré ejércitos,
Y con mi Dios asaltaré muros.30 En cuanto a Dios, perfecto es su camino,
Y acrisolada la palabra de Jehová;
Escudo es a todos los que en él esperan.
El salmista nos muestra cómo el Señor trata al hombre, en una manera positiva; aquellos que muestran gran misericordia les es dada gran misericordia y de una manera negativa a los que fueren perversos sus caminos les serán malos. (Así fue con la vida de David y la vida de Saúl).
(III) El origen de la fortaleza y la victoria. (v.31-42)
31 Porque ¿quién es Dios sino sólo Jehová?
¿Y qué roca hay fuera de nuestro Dios?
32 Dios es el que me ciñe de poder,
Y quien hace perfecto mi camino;
33 Quien hace mis pies como de ciervas,
Y me hace estar firme sobre mis alturas;
34 Quien adiestra mis manos para la batalla,
Para entesar con mis brazos el arco de bronce.
35 Me diste asimismo el escudo de tu salvación;
Tu diestra me sustentó,
Y tu benignidad me ha engrandecido.
36 Ensanchaste mis pasos debajo de mí,
Y mis pies no han resbalado.37 Perseguí a mis enemigos, y los alcancé,
Y no volví hasta acabarlos.
38 Los herí de modo que no se levantasen;
Cayeron debajo de mis pies.
39 Pues me ceñiste de fuerzas para la pelea;
Has humillado a mis enemigos debajo de mí.
40 Has hecho que mis enemigos me vuelvan las espaldas,
Para que yo destruya a los que me aborrecen.
41 Clamaron, y no hubo quien salvase;
Aun a Jehová, pero no los oyó.
42 Y los molí como polvo delante del viento;
Los eché fuera como lodo de las calles.
David aquí celebraba la realidad del Dios de Israel, el salmista conocía por su propia experiencia el poder que Dios le había dado, y también de la habilidad para utilizar tal fuerza. El uso de argumentos de guerra de David nos muestra como el Señor había obrado en su vida y en el pueblo de Israel, llevándoles de victoria en victoria. Nos muestra Quien es el que da la fortaleza y el bien, David no se atribuye poder alguno sino solo a Dios la gloria.
(IV) Una declaración de alabanza, honor y gloria (v.43-50)
43 Me has librado de las contiendas del pueblo;
Me has hecho cabeza de las naciones;
Pueblo que yo no conocía me sirvió.
44 Al oír de mí me obedecieron;
Los hijos de extraños se sometieron a mí.
45 Los extraños se debilitaron
Y salieron temblando de sus encierros.
46 Viva Jehová, y bendita sea mi roca,
Y enaltecido sea el Dios de mi salvación;
47 El Dios que venga mis agravios,
Y somete pueblos debajo de mí;48 El que me libra de mis enemigos,
Y aun me eleva sobre los que se levantan contra mí;
Me libraste de varón violento.
49 Por tanto yo te confesaré entre las naciones, oh Jehová,
Y cantaré a tu nombre.50 Grandes triunfos da a su rey,
Y hace misericordia a su ungido,
A David y a su descendencia, para siempre.
Termina el salmista haciendo una declaración del poder, honor y gloria de Jehová. David sabía que Dios le había levantado como rey de Israel y que su reino se extendería por toda la región. Eso y todo lo que David había vivido lo llevaron a amar y honrar al Señor más que nunca. ¡Viva Jehová, y bendita sea mi roca! (v.46) Por tanto yo te confesaré entre las naciones, oh Jehová, Y cantaré a tu nombre. (v.49).
Finaliza David el salmo exaltando la fidelidad de Dios, fue Jehová quien le entregó triunfos y el trono a David, fue Dios quien tuvo misericordia de su ungido y fue Dios quien en su descendencia promete misericordia para siempre.
Aplicación para la Iglesia
Este salmo nos invita a confiar en el Señor, en él podemos ver que Jehová es nuestro refugio (v.1-3) que en cualquier situación Él está atento a nuestro clamor (v.6) que en diversas pruebas o adversidades Él nos libra (v.16-17). Que Dios es misericordioso con quien es misericordioso (v.25) y es Guía en la tempestad (v.28). Podemos ver que nuestro Dios es quien sustenta, fortalece y da bien (v.31).
Consideremos las palabras del salmista y estén siempre en nuestra boca el alabar y glorificar a Dios; comienza el salmo con un El Señor es mi Roca y termina con bendita sea mi Roca. No nos cansemos de confesar entre las naciones a Jehová y de cantar salmos a su nombre.
Amados hermanos, hoy descansamos en la Roca, nuestro Señor Jesucristo, quien es el Ungido de Jehová, por Él alcanzamos misericordia, Él es nuestro firme Salvador, nuestro lugar tranquilo y por Él podemos declarar hoy con confianza: “Dios, gracias por ser nuestra Roca”.