Orando los Salmos: Salmo 23

Dios, confío en ti porque siempre me cuidas.

El Salmo 23 es el salmo más conocido de todos los salmos, y ha sido leído y memorizado por millones de cristianos. Es un muy buen ejemplo de los salmos de confianza, que expresan la confianza en la grandeza y la bondad de Dios, muchas veces ocupando metáforas de Dios. En este salmo, tenemos la metáfora más famosa de la Biblia, “Jehová es mi pastor”. El pastor cuida de sus ovejas, las guía (vv. 1–3), las protege (v. 4), las alimenta (v. 5), les da reposo (v. 6). Las ovejas confían completamente en su pastor, porque el buen pastor siempre las cuida.

En el primer versículo, David expone la metáfora central del salmo: Jehová es mi pastor, o sea, Dios me pastorea. La oveja depende del pastor para todo, y Jehová es un buen pastor, por eso, nada le falta a su oveja. El pastor guía a su oveja a pastos delicados donde pueda descansar. La guía a aguas tranquilas donde se pueda refrescar. David confía en Dios como su pastor porque Él le guía. Le da consuelo y descanso para su alma, guiándole por la senda justa.

1 Jehová es mi pastor; nada me faltará.
2 En lugares de delicados pastos me hará descansar;
Junto a aguas de reposo me pastoreará.
3 Confortará mi alma;
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.

David confía en el Señor porque siempre le guía.

Pero no todo es fácil y bonito para las ovejas, hay peligros reales que están al acecho para ellas, pero en todo momento, el buen pastor protege su rebaño. Aunque pasen por peligros mortales, Dios siempre está con sus ovejas, protegiéndolas con su vara y cayado para que no se resbalen ni se caigan.

4 Aunque ande en valle de sombra de muerte,
No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.

David confía en el Señor porque siempre le protege.

Pero Dios no solo está pastoreando a sus ovejas en los momentos peligrosos, como si solamente las defendiera; también David nos da a conocer que el buen pastor cuida de sus ovejas con mucha ternura cada día. Prepara una mesa de delicias, aunque otros están en contra, demostrando el cuidado detallado y la atención individual del pastor con sus ovejas. Dios es un pastor que atiende las necesidades diarias de sus ovejas, ungiendo sus cabezas con aceite, una parte del cuidado diario de las ovejas. El cuidado del pastor es tan completo, tan cariñoso, es como una copa que está rebosando con bendiciones.

5 Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores;
Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.

David confía en el Señor porque le cuida día tras día.

Pero el amor y lealtad de Dios no sólo es para este momento, ahora mismo. David dice que Dios va cuidando de los suyos todos los días de su vida, que la bondad y la misericordia de Dios (su amor leal) va detrás de los suyos en todo momento, para siempre. Jamás serán sin techo, porque la casa del pastor es la casa de sus ovejas, para siempre.

6 Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,
Y en la casa de Jehová moraré por largos días.

David confía en Dios porque siempre le cuida.

Confía en la guía de Dios, y con gozo obedece la ley de Dios. Confía en la protección de Dios, y sin temor le sigue independiente del costo. Confía en el cuidado diario de Dios, y con gratitud se deleita en la bondad de Dios. Confía en la promesa de Dios para la eternidad, y con confianza disfruta de la misericordia y amor de Dios. Podemos resumir este salmo bien conocido con esta oración, “Dios, confío en ti porque siempre me cuidas.”

¿Cómo podemos aplicar el tema principal del Salmo 23 a nuestras vidas?

En primer lugar, la confianza en el cuidado de Dios calma nuestro miedo. Hay muchas preocupaciones en nuestro mundo hoy día: la salud, el trabajo, la seguridad, el gobierno, el matrimonio, la crianza de los hijos, el cuidado de los de tercera edad, etc. Es fácil sentirse abrumado por el miedo a los peligros que sí existen y los riesgos que podrían existir. Sentir el miedo es una parte de vivir en el mundo corrompido por el pecado, pero nuestra confianza en el cuidado de Dios calma nuestros temores.
La fe está opuesta al miedo. El miedo dice, “No estás en control. No sabes qué pasará.” La fe responde, “Dios está en control. Él sabe todo.” El miedo dice, “Estos peligros son enormes. No hay quien me cuide.” La fe responde, “Dios es todopoderoso. Él me pastorea para que nada me falte.” Nuestra confianza en el cuidado de Dios calma nuestro miedo. 1ª Pedro 5:7 dice que podemos “echar toda nuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de nosotros.”

En segundo lugar, la confianza en el cuidado de Dios motiva nuestra obediencia. Nuestra fe en Dios, quien es el buen pastor que siempre nos cuida, nos anima a seguirle y obedecerle. Como dijo Jesús, “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen” (Juan 10:27). Si Dios me pastorea, le seguiré y le obedeceré. Si no obedezco ni sigo a Dios, tal vez yo no sea parte de su rebaño. La fe en Dios motiva nuestra obediencia.

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