Doctrina de la Salvación – El Llamado

Continuando con nuestra breve serie de la doctrina de la salvación, esta semana aprenderemos un poco más sobre:

El Llamado de Dios

Antes de comenzar el estudio de este tema, me gustaría que recordemos algunas cosas que hemos estado aprendiendo. En primer lugar, recordemos que Dios es el Creador Santo y el Juez de toda la creación, y ha determinado que todo aquel que peca contra Él debe morir eternamente (Ez. 18:4). En segundo lugar, recordemos que el Hombre fue creado sin pecado, pero después de la desobediencia de Adán, el pecado pasó a toda la humanidad, dejando a cada uno de los Hombres (desde la concepción) totalmente depravados e incapaces de buscar a Dios, arrepentirse y dejar de pecar contra Él (Ro. 5:12 cp. Ecl. 7:20, 29); lo que, a su vez, los vuelve irremediablemente merecedores del castigo infinito del Dios infinito. Y, en tercer lugar, recordemos que Dios, antes de los siglos, escogió libre y soberanamente a cierto número de pecadores para salvarlos en Cristo Jesús, solo por gracia y para Su propia gloria.  

En resumen, a pesar de que todos los Hombres merecían ser arrojados a la muerte eterna por causa de sus pecados, el Señor quiso hacer notoria Su misericordia eligiendo a algunos para salvarlos del pecado y el castigo eterno. Ahora, ¿cómo es que Dios los salva? La Biblia dice que Dios salva a los escogidos por medio del arrepentimiento y la fe en Jesucristo, quien vino al mundo para vivir una perfecta vida de obediencia a Dios y ofrecerse a sí mismo para ocupar el lugar de los pecadores en la cruz, recibir el juicio de Dios por sus pecados, morir en lugar de ellos, resucitar al tercer día para vencer al pecado y la muerte, y otorgar Su justicia perfecta a todo aquel que se arrepienta y crea en Él (Jn. 3:16, 18, 36; 6:40; Ef. 2:8; Mr. 1:14-15; Hch. 20:21). No obstante, debido que los elegidos, al igual que todos los Hombres, nacen totalmente depravados e incapaces de buscar a Dios, arrepentirse de sus pecados y creer en Jesucristo; la Biblia también señala que Dios obra poderosa y soberanamente en la vida de los escogidos llamándolos irresistiblemente al arrepentimiento y a la fe para salvación de sus pecados.

I. El Llamado

El Llamado es la doctrina bíblica que enseña que Dios, a través de la predicación del evangelio a todos los Hombres, llama eficazmente a sus escogidos para que en el momento que Él ha determinado, respondan con arrepentimiento y fe en Jesucristo para salvación. En otras palabras:

1) Que el llamado de Dios sea “a través de la predicación del evangelio” significa que ese es el medio que el Señor dispuso para que el pecador clame a Él y alcance salvación (2Ts. 2:14). Ahora, si bien es cierto que el testimonio del poder y la santidad de Dios a través de lo creado es suficiente para que todos los Hombres sean convencidos de su pecaminosidad, culpabilidad y juicio delante del Creador (Ro. 1:18-32), la solución para el pecado y la condenación de la humanidad no se encuentra en la revelación natural de Dios ni en lo que el pecador pueda buscar dentro de sí mismo (o de otro); sino que ésta se encuentra, necesariamente, en la proclamación del evangelio de Jesucristo. Dicho de otro modo, Dios se complace en salvar al pecador por medio la predicación de la persona y la obra de Jesucristo (cp. 1Cor. 1:21; Ef. 2:13; Stg. 1:18; 1P. 1:23, 25). Y sabiendo esto, Pablo dijo a los creyentes de Roma que no se avergüenza del evangelio porque “el evangelio es poder de Dios para salvación” (Ro. 1:16), y más adelante, en el capítulo 10:13-17, argumenta que la proclamación de la persona y la obra de Jesucristo es absolutamente indispensable para que las personas sean salvas; razón por la cual escribe: “… todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. Pero, ¿cómo invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas (el evangelio)!

2) Que la predicación del evangelio sea “a todos los Hombres” significa que ésta no fue reservada solo para que algunos (los escogidos) sino que es extensiva para toda la humanidad; todos los pecadores, sin importar su edad u origen, son exhortados a apartarse de su pecado y creer en Cristo. Algo que se puede observar desde el antiguo testamento, cuando Dios habló por medio de Isaías diciendo: “Mirad a mí y sed salvos, todos los términos de la tierra” (Is. 45:22a); un poco más adelante dice: “A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y precio… inclinad vuestro oído, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma” (Is. 55:1, 3). Así mismo, Jesús invitó a todos Hombres diciendo: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mt. 11:28) para que más tarde también le digiera a sus discípulos que debían ir por todo el mundo predicando el evangelio “a toda criatura” (Mr. 16:15). Sin embargo, que el evangelio sea predicado a todos los Hombres y que todos sean llamado a mira a Cristo para ser salvos, no garantiza que todos lo harán ni que todos serán perdonados, porque como Jesús dijo: “… muchos son los llamados, pero pocos los escogidos” (Mt. 22:14 cp. Ro. 8:30).

3) Que Dios “llame eficazmente a sus escogidos” significa que, a pesar del estado de muerte espiritual que caracteriza al Hombre (Ef. 2:1), el llamado eficaz del Señor cumplirá infaliblemente su propósito de traer a los pecadores escogidos a la salvación en Cristo y a la inevitable gloria de su bendición eterna y final. Hablando del llamamiento eficaz de Dios, Jesús responde a sus implacables enemigos, diciendo: “Verdad os digo, el que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación más ha pasado de muerte a vida”, y nuevamente, “verdad os digo, viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios y los que la oyeren vivirán” (Jn. 5:24-25). En Romanos 8:30, Pablo es enfático en decir que a todos los elegidos de Dios, el Señor mismo llamará, justificará y glorificará; que es también el sentido de lo que el apóstol dice en el capítulo 11:29, cuando escribe: “irrevocable es el llamamiento de Dios”; o en 1Ts. 5:24, donde Pablo añade: “Fiel es el que os llama, el cual también lo hará”.

      Por tanto, cuando hablamos del llamado eficaz de Dios, no estamos hablando de una simple invitación desprovista de poder y urgencia; más bien, estamos hablando de una poderosa convocatoria de parte del Rey del universo que trae al pecador elegido a la fe y al arrepentimiento; de las tinieblas a la luz (1P. 2:9), de las esclavitud a la libertad (Gá. 5:13), del pecado a la comunión con Jesucristo (1Co. 1:9), y de la muerte a la vida eterna (1Ti. 6:12). Y un buen ejemplo de este llamado eficaz lo vemos en Lidia (Hch. 16:14-15), una mujer de la ciudad de Tiatira, vendedora de púrpura, que mientras adoraba a Dios y oía la predicación de Pablo, el Señor abrió su corazón para que estuviera atenta al evangelio y creyera en Jesucristo; algo que no habría sucedido si Dios no hubiera preparado su corazón para oír y responder a Su llamado.

4) Que el llamado eficaz de Dios sea “en el momento que Él ha determinado” significa que Dios ha fijado el instante preciso cuando hará que, de manera personal y particular, cada uno de sus escogidos oigan la voz de su llamado, crean al evangelio de Jesucristo y sean salvos (cp. Jn. 10:27.30). Y, pensado en ello, es notable observar que cuando Jesús predicaba en las calles de Israel invitando a todos los Hombres a creer en Él para vida eterna (p. ej. JN. 6:35), también añadía que la respuesta positiva a su llamado era por obra de Dios y en los tiempo de Dios(véase Jn. 6:35-40, 44, 65). Un buen ejemplo bíblico de esto mismo es Pablo, quien dio testimonio a los gálatas diciendo que si bien el Señor le había apartado desde el vientre de su madre para ser salvo del pecado y servidor de Cristo (2:3-4 cp. v. 15), esto no sucedió sino hasta cuando Dios quiso revelarle a Su Hijo y llamarle por su gracia (Gá. 1:15-16 cp. Hch. 9:1-6).

5) Que Dios llame a sus escogidos “para que respondan con arrepentimiento y fe en Jesucristo para salvación” significa que, junto con el llamamiento, Dios obra en la vida de sus escogidos para que la única respuesta de ellos sea la convicción de pecado y la intensa necesidad de creer en Jesucristo para salvación del pecado y la muerte eterna. Lo cual, no significa que el pecador sea arrastrado a Cristo con reclamos y contra su voluntad; por el contrario, el llamamiento de Dios no fuerza ni obstaculiza la voluntad del Hombre. Dios obra de tal manera que el pecador, una vez que entiende quién es Dios, qué es el pecado, quien es Jesucristo y cómo puede ser salvo de su justa condenación eterna, voluntaria e irresistiblemente se da cuenta que la única solución para su pecado y su condenación es el arrepentimiento y la fe en Jesucristo. Un buen ejemplo de esta respuesta la podemos ver en la reacción de los judíos que escucharon por primera vez la predicación de Pedro durante el pentecostés. En Hechos 2:37-42, Lucas escribe que al menos tres mil personas, al oír las verdades de Jesucristo el Señor y el llamamiento de Dios, no les quedó otra opción más que preguntar “varones hermanos, ¿qué haremos?” (v.37), ante lo cual Pedro les dice: arrepiéntanse y crean (bautizándose) en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados (v.38), lo cual finalmente sucedió y las tres mil personas fueron salvadas (vv.41-42).      

Así que, el segundo tema de este breve estudio de soteriología es El llamado; que es la doctrina bíblica que enseña que Dios, a través de la predicación del evangelio a todos los Hombres, llama eficazmente a sus escogidos para que en el momento que Él ha determinado, respondan con arrepentimiento y fe en Jesucristo para salvación.

II. Aplicaciones prácticas del Llamado

Ahora, ¿cómo podemos aplicar esta doctrina a nuestras vidas?

En primer lugar, esta doctrina nos recuerda que Dios no dejará a ninguno de sus escogidos sin ser llamados y salvados. Lo cual nos trae gozo y confianza en el Señor.Sin embargo, ¿esto significa que podemos marginarnos de predicar el evangelio y restar importancia a la urgencia de la predicación? Por supuesto que no. La predicación del evangelio es y debe ser presentada con urgencia a los pecadores; hoy es el día para buscar y hallar a Dios. Hablando con esta misma urgencia, el profeta Isaías escribió: “Buscad al Señor mientras puede se hallado, llamadle en tanto que está cercano. Deje el pecador su camino de pecado y el hombre malo sus pensamientos de maldad, y vuélvase al Señor” (Is. 55:6). Y de un modo similar, Pablo escribe a los corintios exhortándoles a predicar con urgencia: “Reconciliaos con Dios”. (2Co. 5:20)

En Segundo lugar, esta doctrina nos recuerda que Dios llama cuando Él quiere y en el momento que Él quiere. Basta con mirar las Escrituras (p. ej. Jn. 1:35-51; Lc. 19:1-10; Hch. 2:37-42; 8:26-39; 10:1-34; et al) y nuestras propias vidas, para darnos cuenta que cada una de las circunstancias del llamado de Dios son diversas. Algunos fueron llamados siendo jóvenes, otros siendo viejos; algunos tuvieron que pasar por experiencias dramáticas, otros no tanto; algunos al igual que Timoteo desde la niñez han aprendido las Escrituras (2Ti. 3:15), otros al igual que Pablo hicieron grandes atrocidades. Sin embargo, el tiempo del Señor es perfecto y más allá de lo que fue o de lo que pudo ser, el que ha sido llamado por Dios se debe regocijar en que el evangelio llegó a su vida y el Señor lo llamó con llamamiento santo, no conforme a sus obras, sino según el propósito de Dios y la gracia que le fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos (2Ti. 1:9).

En tercer lugar, esta doctrina nos deja ver la importancia de la predicación del evangelio. Ya hemos aprendido que Dios se complace en que los Hombres alcancen la salvación por medio de la predicación del evangelio de Jesucristo (1Co. 1:18). Por tanto, debemos anunciar el evangelio a los Hombres; porque, de otro modo, “¿cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?” (Ro. 10:14)

En cuarto lugar, ya que el llamado de Dios se hace sobre la base de la predicación del evangelio, es importante que al predicar el evangelio prediquemos bien el evangelio. Por tanto, no está demás preguntarnos: ¿Cómo estamos predicando? ¿Hemos considerado incluir en nuestras predicaciones las preguntas: (a) Quién es Dios, (b) quién es Jesucristo (c), qué es el pecado (d), y cómo pueden los hombres ser justos delante de Dios? Después de predicar ¿hacemos un llamado al arrepentimiento y a la fe en Jesucristo?

Y por último, esta doctrina nos recuerda que Dios nos ha llamado con propósito. Y este no fue para ser sabios según la carne ni poderosos ni nobles, sino que fuimos llamados por Dios para gloriarnos en el Señor Jesucristo (1Co. 1:26-31), fuimos llamados a dejar las tinieblas y vivir en Su luz admirable (1P. 2:9), fuimos llamados a tener comunión con Jesucristo (1Co. 1:9), fuimos llamados a la libertad, no como una razón para el libertinaje sino para servirnos por amor los unos a los otros (Gá. 5:13), fuimos llamados a la santidad (1Ts. 4:7) y a pelear la buena batalla de la Fe y a echar mano de la vida eterna (1Tm. 6:12). Por tanto, hermanos, andemos como es digno de la vocación con que fuimos llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándonos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz (Ef. 4:1-3).



REPASO DEL ESTUDIO

Verdadero o Falso

  1. Dios es el Creador Santo y el Juez de toda la creación, y ha determinado que todo aquel que peca contra Él debe morir eternamente____
  2. Después de la caída, el pecado pasó a toda la humanidad dejando a cada uno de los Hombres parcialmente depravados y medianamente incapaces de buscar a Dios, arrepentirse y dejar de pecar contra Él____
  3. A pesar de que todos los Hombres merecían ser arrojados a la muerte eterna por causa de sus pecados, el Señor quiso hacer notoria Su misericordia eligiendo a algunos para salvarlos del pecado y el castigo eterno____
  4. Ya que los elegidos, a diferencia de todos los Hombres, nacen con la capacidad natural de buscar a Dios, arrepentirse de sus pecados y creer en Jesús, no es necesario que Dios los llame porque son “los elegidos”____
  5. El Llamado es la doctrina bíblica que enseña que Dios, a través de la predicación del evangelio a todos los Hombres, llama eficazmente a sus escogidos para que en el momento que Él ha determinado, respondan con arrepentimiento y fe en Jesucristo para salvación____

Preguntas de estudio

  1. ¿Qué significa que el llamado de Dios sea “a través de la predicación del evangelio”?
  2. ¿Qué significa que la predicación del evangelio sea “a todos los Hombres”?
  3. ¿Qué significa que “Dios llame eficazmente a sus escogidos”?
  4. ¿Qué significa que  el llamado de Dios sea “en el momento que Él ha determinado”?
  5. ¿Qué significa que Dios llame a sus escogidos “para que respondan con arrepentimiento y fe en Jesucristo para salvación”?

Complete la oración

  1. El _____ es la doctrina bíblica que _____ que _____, a través de la _____ del ______ a ______ los Hombres, llama _______ a sus ______ para que en el ______ que Él ha determinado,  ________ con __________ y _____ en Jesucristo para ________.
  2. Dios se complace en ______ al _______ por medio de la _______ de la persona y la obra de ________.
  3. Todos los _______, sin importar su ______ y ______, son _______ a _______ de su pecado y ______ en _______.
  4. El llamado ______ de ______ es una poderosa _______ de parte del _______ del universo que trae el ________  ________  a la ______ y al _________.
  5.  _____ ha ______ el instante preciso cuando hará que cada uno de sus _____ oigan la _____ de su _______, crean al ______ y sean ________.
  6. El ________ de Dios no ______ ni _________ la voluntad del Hombre.

Preguntas de aplicación y reflexión

  1. ¿Por qué Dios tiene que llamar eficazmente a sus escogidos a la salvación?
  2. ¿Puedes recordar la primera vez que oíste el evangelio y respondiste a él? ¿Puedes contarnos cómo fue?
  3. Según lo aprendido, ¿crees que es importante predicar el evangelio? ¿Por qué?
  4. Si Dios llama a la salvación sobre la base de la predicación del evangelio, ¿qué elementos crees que deberían estar presentes en la predicación del evangelio?
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