Dios, mi vida está en tus manos.
El autor de este salmo es David y nos muestra que a pesar de la difícil situación que está viviendo confía en que Dios le guardará porque conoce a su Dios.
El salmo 31 es un salmo de lamento individual; es decir, un poema que comienza con expresiones de luto (o angustia) y finaliza con declaraciones de confianza en Dios. Este salmo nos muestra, en su inicio, a David expresando su confianza en Dios en tiempo de dificultad, luego clama a Jehová por la angustia que vive y termina declarando y alabando el cuidado y la justicia de Dios y alentando a los demás a confiar en Él.
En una frase sencilla, la idea principal de este salmo se puede resumir en la siguiente oración: “Dios, mi vida está en tus manos” .
I. Una petición de protección en la confianza (vv. 1-8).
1 En ti, oh Jehová, he confiado; no sea yo confundido jamás;
Líbrame en tu justicia.
2 Inclina a mí tu oído, líbrame pronto;
Sé tú mi roca fuerte, y fortaleza para salvarme.
3 Porque tú eres mi roca y mi castillo;
Por tu nombre me guiarás y me encaminarás.
4 Sácame de la red que han escondido para mí,
Pues tú eres mi refugio.
5 En tu mano encomiendo mi espíritu;
Tú me has redimido, oh Jehová, Dios de verdad.
6 Aborrezco a los que esperan en vanidades ilusorias;
Mas yo en Jehová he esperado.
7 Me gozaré y alegraré en tu misericordia,
Porque has visto mi aflicción;
Has conocido mi alma en las angustias.
8 No me entregaste en mano del enemigo;
Pusiste mis pies en lugar espacioso.
Este es otro salmo más que David comienza con una declaración de confianza en Dios en tiempos de dificultad. Si bien no sabemos con certeza lo que pudo estar pasando en la vida de David, sabemos que el salmista ha entendido que solamente en Jehová hallará refugio. David conoce que Dios escuchará su clamor y le defenderá; puede decir “Sé mi roca fuerte y mi fortaleza…” “Tú eres mi roca y mi castillo…”. David encomienda su vida a Dios porque le conoce; Jehová es el “Dios de verdad” (v.5) y el único que puede librarle, escucharle, salvarle, guiarle, encaminarle, y refugiarle en sus tribulaciones (vv. 1-5).
Durante el día de hoy el devocional de mis hijos fue orientado en entender que Dios está con nosotros en todo momento, y sobre todo en la aflicción, ellos apreciaron que en esos momentos difíciles, el descanso y consuelo vienen del Señor. Así mismo lo vemos en David.
II. Un angustioso estado y la confianza en Jehová (vv. 9-18)
9 Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy en angustia;
Se han consumido de tristeza mis ojos, mi alma también y mi cuerpo.
10 Porque mi vida se va gastando de dolor, y mis años de suspirar;
Se agotan mis fuerzas a causa de mi iniquidad, y mis huesos se han consumido.
11 De todos mis enemigos soy objeto de oprobio,
Y de mis vecinos mucho más, y el horror de mis conocidos;
Los que me ven fuera huyen de mí.
12 He sido olvidado de su corazón como un muerto;
He venido a ser como un vaso quebrado.
13 Porque oigo la calumnia de muchos;
El miedo me asalta por todas partes,
Mientras consultan juntos contra mí
E idean quitarme la vida.
14 Mas yo en ti confío, oh Jehová;
Digo: Tú eres mi Dios.
15 En tu mano están mis tiempos;
Líbrame de la mano de mis enemigos y de mis perseguidores.
16 Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo;
Sálvame por tu misericordia.
17 No sea yo avergonzado, oh Jehová, ya que te he invocado;
Sean avergonzados los impíos, estén mudos en el Seol.
18 Enmudezcan los labios mentirosos,
Que hablan contra el justo cosas duras
Con soberbia y menosprecio.
David comenzó el salmo con una afirmación de la confianza que tiene en Dios, pero aun así él sabe que su vida no estará libre de sufrir, de lamentarse en momentos de angustia, pero en esos momentos él mira hacia el Señor: “Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy en angustia”. Son las palabras que denotan que estaba en momentos duros. Prosigue el salmista indicando como se siente, emocionalmente dice que sus ojos están llenos de tristeza, que su vida está desgastada de dolor, y que su círculo social está en su contra, ya que le miran con deshonra (v11-12) y maquinan entre ellos cómo quitarle la vida (v13). Pero es maravilloso cómo confía el salmista en Jehová, el versículo 14 nos muestra en mayúscula lo que David tenía en el corazón: “Mas yo en ti confío, oh Jehová; Digo: Tú eres mi Dios”. Aquí vemos la enseñanza del salmo: más grande que los problemas es Jehová. David sabía que estaba en las manos de Dios y no en la de sus adversarios (v15), veía que la bondad y el favor de Dios estaban con él mostrándole misericordia (v16), el clamor del salmista es que sean avergonzados sus enemigos y enmudecidos sus labios, porque él ha puesto su confianza en Jehová.
III. Una alabanza personal y pública. (vv. 19-24)
19 ¡Cuán grande es tu bondad, que has guardado para los que te temen,
Que has mostrado a los que esperan en ti, delante de los hijos de los hombres!
20 En lo secreto de tu presencia los esconderás de la conspiración del hombre;
Los pondrás en un tabernáculo a cubierto de contención de lenguas.
21 Bendito sea Jehová,
Porque ha hecho maravillosa su misericordia para conmigo en ciudad fortificada.
22 Decía yo en mi premura: Cortado soy de delante de tus ojos;
Pero tú oíste la voz de mis ruegos cuando a ti clamaba.
23 Amad a Jehová, todos vosotros sus santos;
A los fieles guarda Jehová,
Y paga abundantemente al que procede con soberbia.
24 Esforzaos todos vosotros los que esperáis en Jehová,
Y tome aliento vuestro corazón.
Ya terminando el salmo vemos que el salmista alaba a Dios (v19-22). David canta al Señor canciones que nacen de su corazón al ver la respuesta de Jehová y al ver su bondad (v19). En su angustia el salmista confió en Dios y ahora reconoce que es Él quien le ha guardado (v20), quien le ha socorrido, y quien ha sido el refugio ante sus adversarios. David bendice a Dios por su grande misericordia (v21), porque cuando estuvo afligido y al borde de la desesperación, el Señor escuchó atento los ruegos de su siervo y le sostuvo. Razón que, además, le impulsó a animar a otros a alabar al Señor (vv. 23-24). “Amad a Jehová, todos vosotros sus santos…” es el llamado del salmista a todos los que conocen a Dios y le son fieles. “Amad a Jehová” porque Dios es bondadoso, porque Dios es justo, y porque Él paga a los soberbios con lo que merecen.
El salmo termina con David llamando a tener ánimo y valor a todos los que confían en el Señor, sabiendo que nuestras vidas están en las manos de Dios.
Aplicaciones para la Iglesia
- Este salmo nos invita a confiar en el Señor, en él podemos ver que Jehová es nuestro refugio, como lo fue con David.
- Podemos ver que el Señor está atento al clamor de sus hijos y que responderá en los momentos de aflicción.
- Encomendemos nuestra vida y todas nuestras actividades al Señor.
- Podemos tomar el ejemplo de David de que en un momento de angustia lo primero que salga de nuestra boca sea alabanza y confianza en Jehová.
- Esté nuestra confianza en que estamos en las manos de Jehová y no en las del hombre.
- Alentémonos los unos a los otros a amad al Señor, porque Él es nuestro Dios, soberano y justo.
Antes de terminar, quiero remarcar que nosotros clamamos al Señor no por nuestra justicia el versículo uno dice “En ti, oh Jehová, he confiado; no sea yo confundido jamás; Líbrame en tu justicia”. Esa justicia es la obra de nuestro Señor Jesucristo.
Terminemos el estudio recordando que Jehová es más grande que cualquier problema, confiemos en Él y sobretodo alabemos su amor cuidado y misericordia. Y cuando venga el momento de la dificultad, digamos con confianza: “Dios, mi vida está en tus manos”.