Orando los salmos: Salmo 33

El salmo treinta y tres es un salmo de alabanza. Los salmos de alabanza son himnos de adoración que exaltan a Dios por quién es y por lo que ha hecho. Y, en particular, el autor de este salmo alaba alegremente al Señor reconociendo que confía en Él porque solo Él es verdadero, amante de la justicia, misericordioso, poderoso, soberano, salvador, sustentador y confiable. En una frase sencilla, el tema de este salmo se puede resumir en la siguiente oración: “Dios, nos gozamos en ti”

EXPLICACIÓN DEL SALMO

1 Alegraos, oh justos, en Jehová;
En los íntegros es hermosa la alabanza.
2 Aclamad a Jehová con arpa;
Cantadle con salterio y decacordio.
3 Cantadle cántico nuevo;
Hacedlo bien, tañendo con júbilo.

En los tres primeros versículos de este cántico, el salmista invita a sus lectores, con una serie de imperativos, a regocijarse en Jehová y entonar alabanzas a Él. ¡Alégrense, aclamen, canten y háganlo bien! le dice el salmista a los que confían y esperan en Jehová (cp. vv. 20-22), dejando rápidamente de manifiesto que éste no es salmo fúnebre – ni mucho menos –  sino un cántico de júbilo acompañado de armoniosos instrumentos musicales, como el arpa, el “salterio” y el “decacordio” (instrumento de diez cuerdas).

4 Porque recta es la palabra de Jehová,
Y toda su obra es hecha con fidelidad.
5 El ama justicia y juicio;
De la misericordia de Jehová está llena la tierra.
6 Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos,
Y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca.
7 El junta como montón las aguas del mar;
El pone en depósitos los abismos.
8 Tema a Jehová toda la tierra;
Teman delante de él todos los habitantes del mundo.
9 Porque él dijo, y fue hecho;
El mandó, y existió.

Después de exhortar a la comunidad a unirse al himno de alabanza (vv.1-3), el salmista comienza a identificar cuáles eran las razones para tan alegre cántico. Y entre esas razones, el autor parte diciendo que la Palabra de Dios es recta y Su obra es hecha con fidelidad (v. 4). Luego, añade que el Señor ama la justicia y Su misericordia llena la tierra (v. 5), que Su Palabra creó los cielos y todo lo que en ellos hay (v.6), y que la autoridad del Creador se extiende sobre toda la creación (cp. “cielos y los abismos”); verdades llevan al poeta a incluir una breve exhortación como resultado de la maravillosa acción creadora de Su Palabra y Su dominio universal. “Tema a Jehová toda la tierra”, dice el salmista, “teman delante de él todos los habitantes del mundo. Porque él dijo, y fue hecho; Él mandó, y existió” (v.8-9).          

10 Jehová hace nulo el consejo de las naciones,
Y frustra las maquinaciones de los pueblos.
11 El consejo de Jehová permanecerá para siempre;
Los pensamientos de su corazón por todas las generaciones.
12 Bienaventurada la nación cuyo Dios es Jehová,
El pueblo que él escogió como heredad para sí.

13 Desde los cielos miró Jehová;
Vio a todos los hijos de los hombres;
14 Desde el lugar de su morada miró
Sobre todos los moradores de la tierra.
15 El formó el corazón de todos ellos;
Atento está a todas sus obras.

Continuando con las razones que forman la base de este alegre cántico, el salmista reconoce que Jehová tiene control absoluto de la humanidad; la historia del Hombre está en Sus manos y no en la de los gobernadores de las naciones; ya que, al final de todo, no es el consejo de ellos el que se sobrepone al del Creador; por el contrario, es el consejo de Dios el que permanece para siempre, lo que, para el salmista, viene a ser la razón fundamental de alegría que debe tener nación que Dios escogió para sí (v.12).

            Luego, en los versículos 13 al 15, el autor no solo reconoce que Dios creó el universo (vv. 4-9) y que en control de la historia humana (vv. 10-12) sino que, además, el mismos Dios Creador mira desde lo alto de su morada a todos los Hombres, y a cada uno en particular. El Señor está mirando a todos los moradores de la tierra. Él es el Creador de todos los Hombres y no deja, ni por una milésima de segundo, de estar atento a todas sus obras.                    

16 El rey no se salva por la multitud del ejército,
Ni escapa el valiente por la mucha fuerza.
17 Vano para salvarse es el caballo;
La grandeza de su fuerza a nadie podrá librar.
18 He aquí el ojo de Jehová sobre los que le temen,
Sobre los que esperan en su misericordia,
19 Para librar sus almas de la muerte,
Y para darles vida en tiempo de hambre.

Continuando con las razones que forman parte de la base teológica de su himno de alabanza, el salmista reflexiona en que ningún recurso humano (o animal) debe ser el fundamento de la seguridad (o salvación) del Hombre (v.16) porque el único que verdadera puede librar de la muerte es Jehová; no los ejércitos, ni la mucha fuerza, ni los animales de guerra, sino solo el Señor es quien puede salvar, y quien está pronto a rescatar a los que le temen y esperan en Su misericordia (vv. 18-19). Y pensando en ese temor y confianza en Dios, el salmista finaliza su cántico con una tremenda afirmación de esperanza colectiva, dice:

20 Nuestra alma espera a Jehová;
Nuestra ayuda y nuestro escudo es él.
21 Por tanto, en él se alegrará nuestro corazón,
Porque en su santo nombre hemos confiado.
22 Sea tu misericordia, oh Jehová, sobre nosotros,
Según esperamos en ti.

El autor de este salmo termina su cántico de alabanza incluyendo a todos los que reconocen que Jehová es recto, amante de la justicia, misericordioso, poderoso, soberano, salvador, sustentador y confiable. Y junto a todos ellos el salmista canta alegremente, diciendo: “nuestra alma espera al Señor, nuestra ayuda y nuestro escudo es él. Por tanto, en él se alegrara nuestro corazón”.

REFLEXIÓN

Hermanos, sinceramente pienso que mirar este salmo treinta y tres nos llevará inevitablemente a preguntarnos: “¿Cuándo fue la última vez que canté al Señor con gozo?” Y, con ello, no estoy hablando de tararear una melodía cristiana mientras tenemos un ataque de risa o cantar al ritmo de una canción pegajosa que lleva muchos instrumentos divertidos. Más bien, estoy hablando de cantar al Señor con el gozo de haber recordado que todo lo que Él hace en este mundo es perfecto; con el gozo de estar contemplando Su poder creativo y Deidad por medio de la creación; con el gozo que provoca reconocer que Dios es infinito en poder y autoridad; con el gozo que trae consigo el saber que Él está atento a todos nuestros pasos y que mira desde los cielos todas nuestras obras; o con el gozo que resulta de la verdad bíblica de que los creyentes estamos en el Único que puede librar el alma del hombre del pecado y la muerte; es decir, en el Señor Jesucristo.

            Hermanos, el salmo treinta y tres es un cántico que nos invita a disfrutar alegremente de las alabanzas a Dios pero no por el ritmo de la melodía o por los instrumentos que los acompañen sino por el gozo que provoca saber quién es Dios y las cosas que Él ha hecho. En cuanto al salmista, él podía gozarse en Dios al mirar la creación, la historia de las naciones, y la fidelidad de Dios del amor por Su pueblo. Y en cuanto a nosotros los creyentes, también podemos gozarnos en Dios al mirar la creación, Su soberanía, Su fidelidad y Su amor con que nos salvó del pecado por medio de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Hermanos, los creyentes podemos y debemos cantar alegremente al Señor. Por ello, hoy te animo a orar y cantar al Señor, diciendo: “Dios, nos gozamos en ti”.     


PREGUNTAS DE REPASO           

  1. El salmo 33 es un salmo de alabanza, ¿qué evidencias vemos en el salmo para decir que esto es así?
  2. En el estudio se mencionó que el salmista reconoce que Dios es “verdadero, amante de la justicia, misericordioso, poderoso, soberano, salvador, sustentador y confiable”, ¿En qué versículos (dentro del salmo) vemos estos atributos de Dios?
  3. En los versículos 16 y 17, ¿por qué dice el salmista que los ejércitos o los caballos no salvan?
  4. ¿Cuál es la frase  sencilla que nos ayuda a resumir el tema del salmo en una oración?
  5. ¿Puedes contarnos un poco acerca de tu vida de adoración? ¿Cuándo cantas al Señor? ¿Qué razones que te impulsan a hacerlo? ¿Cantas alegremente?
  6. Pensando en los vv. 20-22, ¿es para ti “esperar en Dios” una razón para alegrarte en Él? ¿Por qué?
search previous next tag category expand menu location phone mail time cart zoom edit close