Santiago capítulo 1

INTRODUCCIÓN A LA CARTA

En primer lugar, la epístola universal de Santiago, tal como leemos en título de nuestras biblias, fue escrita por Jacobo quien, a su vez, fue uno de los hermanos de Jesús (cp. Gál. 1:19; Mt. 13:55). Jacobo escribió esta carta alrededor del año 40 d.C., es decir, unos 10 o 15 años después de la ascensión de Jesús; lo cual, tiene una especial relevancia porque quiere decir que ésta fue una de las primeras cartas que la iglesia cristiana recibió con instrucciones basadas en la vida, obra y enseñanzas de Jesucristo.

En segundo lugar, la carta de Santiago no es un tratado de doctrina sino que es, más bien, tipo de manual práctico para la vida cristiana. Es decir, Jacobo no estaba interesado en elaborar un tratado de teología para que los creyentes del primer siglo crecieran en el conocimiento de las doctrinas cristiana, ni tampoco quiso escribir su propia versión del evangelio incluyendo los detalles que él, como hermano del Señor, aprendió de Jesús en su niñez y juventud antes de dar inicio a su ministerio público. Más bien, Jacobo, con esta carta, quería que los creyentes supieran como podían vivir sabiamente, agradando al Señor. Y, para ello, incluye una serie de instrucciones, mandatos, advertencias y enseñanzas prácticas con el fin de que los creyentes reflexionen y adquieran la sabiduría que es necesaria para vivir cómo Dios quiere que sus hijos vivan en las distintas circunstancias de la vida; y, en particular, los tiempos difíciles. Así que, cuando leemos esta carta no vamos a encontrar un desarrollo sistemático y refinado de las doctrinas cristinas sino que vamos a ver una serie de principios para vivir sabiamente, como Dios quiere.

En tercer lugar, Jacobo era un judío que escribe a creyentes judíos que estaban viviendo diversas pruebas y padecimientos por causa de la Fe en Jesús, por tanto, las pruebas son el marco de referencia para la lectura de esta carta. Además, hermanos, recordemos que los primeros cristianos fueron (en su inmensa mayoría) judíos; ellos fueron los primeros en escuchar el evangelio, arrepentirse y creer en Jesús para salvación, y el hecho de creer en Él como Dios y Señor para muchos de ellos significó la perdida de sus trabajos, el abandono obligatorio de sus hogares, el rechazo de sus familiares, el destierro, y diversos abusos; lo que, en definitiva, incrementó la pobreza entre ellos y trajo muchas aflicciones.

Y, en cuarto lugar, el propósito del autor de esta carta es exhortar a sus hermanos a dar evidencias de una fe genuina; una fe que demuestra los cambios verdaderos de una vida que ha sido vivificada por Dios y que confía plenamente en el Señor Jesucristo y su Palabra eterna. Su objetivo es que los creyentes sepan cómo es que la actúa la verdadera fe frente a distintas circunstancias de la vida, y la pongan por obra.

RESUMEN DE LAS ENSEÑANZAS DEL CAPÍTULO 1

  1. Tengamos gozo cuando el Señor nos envía pruebas porque éstas son para perfeccionar nuestra fe y hacernos perfecto y completos, como Jesús (vv. 2-4).
  2. Pidamos sabiduría a Dios orando con fe para que sepamos cómo podemos agradar a Dios en medio de las pruebas (vv. 5-6)
  3. Gloriémonos en la verdad de que somos hijos de Dios y pongamos nuestra confianza en Él y no en las cosas materiales y pasajeras de la vida (vv.9-11).
  4. Soportemos la tentación que nos seduce al pecado sabiendo que Dios es galardonador de los que le aman y que todo lo que hace Dios y lo que viene de Dios, es perfecto (vv. 12-17).
  5. Vivamos según la nueva vida que Dios nos dio, desechando todo lo que nos impida recibir la Palabra de Dios con humildad (vv.18-19)
  6. Pongamos por obra la Palabra de Dios en nuestras vidas, no siendo oidores olvidadizos sino hacedores de la obra (vv.22-25)
  7. Busquemos agradar a Dios viviendo santa y piadosamente, tanto en nuestros corazones, como en nuestras palabras y acciones (vv.26-27).

REFLEXIÓN Y APLICACIONES DEL CAPÍTULO 1

Hermanos, ¿cuáles son las evidencias que demuestran que tenemos una fe genuina; una fe que demuestra los cambios verdaderos de una vida que ha sido vivificada por Dios y que confía plenamente en el Señor Jesucristo y su Palabra eterna? Si hemos pasado por pruebas o estamos pasando por ellas, ¿estamos demostrando una Fe genuina en Dios? ¿estamos viviendo de acuerdo a ella?

Por lo que vemos en los versículo 1:2-3, es un hecho de que los creyentes vamos a pasar por distintas pruebas y aflicciones (Jn. 16:33; He. 12:5-10; Ro. 8:28-29). Y es más, puede que tú, hoy mismo, estés atravesando por un periodo de pruebas. Si es así, ¿crees que Dios te ha puesto en esta situación para probar tu fe y llevarte a ser más como Jesús? ¿Por qué?

Pensando en los versículos 1:5-8, ¿por qué es tan importante pedir sabiduría a Dios en el tiempo de la prueba (cp. Prov. 3:5-7, 17; Stg. 3:17)? ¿Por qué es importante orar a Dios y pedir sabiduría con fe, no dudando nada?

Pensando en los versículos 1:9-11. No es muy difícil ver que para los que son de este mundo, el dinero lo define todo en sus vidas. Según ellos, el dinero es el que les da seguridad de un presente y un futuro; el dinero les da un estatus; les da comodidades, les da seguridad, les da paz, les da salud, y, hasta muchas veces, los define como personas (“yo soy rico”, “tú eres pobre”, “Yo no tengo nada”, “tú lo tienes todo”, etc). Sin embargo, para los que creemos Jesucristo la idea de lo que es el dinero es completamente distinta a la del mundo. Nosotros reconocemos que el dinero es útil y necesario en esta vida; pero, a la vez, sabemos que pasajero, temporal e impotente. Y por ello, el creyente que tiene mucho no debe gloriarse en lo que tiene ni el que tiene poco lamentarse por lo que no tiene. Porque, en primer lugar, Dios tienen cuidado de nosotros y de nuestras necesidades (Mt. 6:25-34); y, en segundo lugar, Dios que ya nos ha dado las más ricas inmerecidas bendiciones espirituales en Cristo Jesús, las cuales son eternas (Leer Ef. 1; 1P. 1).

Cuando pensamos en versículo 1:12-15, es notable la relación que existe entre la prueba y las tentaciones. Cuando somos probados para crecer en santidad casi a la misma somos tentados (por nuestras pasiones) a desobedecer y pecar contra Dios. Así pasó con Adán y Eva en el huerto, así pasó con Job, con José, con Daniel; todos ellos al momento de ser probada su fe e integridad, fueron tentados a pecar. Del mismo modo, nosotros, cuando pasamos por las diversas pruebas de la vida cristiana, muchas veces seremos tentados (interna y externamente) a no hacer lo que Dios quiere. Sin embargo, tenemos esperanza. Dios nos ha dado libertad del pecado por la obra de Cristo en nuestro favor. Dios nos hizo nacer de nuevo para que ya no seamos esclavos del pecado (Ro. 6:10-14) sino siervos de Jesucristo; y, por tanto, podemos soportar la tentación, y más aún, podemos agradar a Dios haciendo lo que Él quiere que hagamos porque Él mismos nos da las fuerzas para soportar la tentación y salir aprobados.

Pensando en los versículos 1:19-25, hermanos, cuán fácil es engañar nuestro corazón creyendo que estamos bien espiritualmente cuando en realidad solo nos conformamos con el conocimiento de lo que dice la Palabra de Dios y sin considerar importante el poner por obra lo que nos manda la Palabra de Dios. Si somos sinceros, muchas veces nos ha pasado que hemos tomado la Biblia, leído una cantidad de versículos, cerrado nuestras biblias y continuado nuestras vidas, y al otro día, cuando volvemos a abrir nuestras biblias, ni siquiera recordamos dónde habíamos leído el día anterior. Esto no debe ser así. La fe verdadera da frutos prácticos de que no solo cree en la autoridad y suficiencia de las Escrituras sino que lo demuestra con la obediencia.

Por último, pensando en los versículos 1:26 y 27, la vida piadosa y santa que Dios quiere que vivamos no consiste en una serie de ritos y actividades religiosas externas. Es más, ésta ni siquiera consiste en lo que nosotros creamos que es, sino en lo que Dios dice que es la vida piadosa y santa. Y, por lo que podemos ver, Dios quiere es que mostremos amor a los necesitados y temor por el pecado; es decir, que nos acerquemos y ayudemos a los que menos tienen que darnos a cambio (como las viudas y los huérfanos) y que nos mantengamos lejos de lo que el mundo dice que es bueno y honorable porque, a la luz de las Escrituras, es todo lo contrario (cp. Stg. 4:4; 1Jn. 2:15-16); Dios quiere que amemos de corazón, sin hipocresía ni palabrerías, y que busquemos la santidad, guardándonos del mal. Esa es la vida de piedad y santidad que agrada a Dios, esa es la vida que demuestra una vida sabia y una Fe verdadera en Jesucristo.    

PREGUNTAS DE REPASO DE CAPÍTULO 1

Verdadero o Falso (justifique las falsas)

  1. Según lo presentado en el estudio, el autor de la carta de Santiago fue Judas, el hermano de Jesús ___
  2. La carta de Santiago es más parecido a un tratado de doctrinas (libro de teología) que un manual práctico para la vida cristiana___
  3. Su autor escribe a creyentes judíos que estaban “viviendo felices comiendo perdices”___
  4. El propósito de Jacobo (o Santiago) era exhortar a sus hermanos a dar evidencias de una fe que es intelectual y teórica (no práctica)___

Complete la oración

  1. Tengamos ____ cuando el Señor nos envía ____ porque éstas son para _____ nuestra fe y hacernos _____ y ______, como Jesús (vv. 2-4).
  2. Pidamos _____ a Dios orando con fe para que _____ cómo podemos ____ a Dios en medio de las pruebas (vv. 5-6)
  3. ______ en la verdad de que somos ____ de _____ y pongamos nuestra _____ en Él y no en las cosas ______ y pasajeras de la vida (vv.9-11).
  4. Soportemos la _____ que nos seduce al pecado sabiendo que Dios es ______ de los que le aman y que todo lo que ____ Dios y lo que ____ de Dios es _____ (vv. 12-17).
  5. Vivamos según la _____ vida que Dios nos dio, desechando todo lo que nos _____ recibir la ______ de Dios con ______ (vv.18-19)
  6. Pongamos por _____ la Palabra de Dios en nuestras vidas, no siendo _____ olvidadizos sino ______ de la obra (vv.22-25)
  7. Busquemos ______ a Dios viviendo ____ y _______, tanto en nuestros corazones, como en nuestras _____ y ______ (vv.26-27).

Preguntas de estudio

  1. ¿Por qué razón los creyentes podemos (y debemos) tener sumo gozo cuando nos hallemos en diversas pruebas?
  2. ¿Por qué es necesaria la sabiduría en la vida cristiana, y sobre todo en el tiempo de la prueba?
  3. ¿Cuáles son las razones que tenemos los creyentes para gloriarnos?
  4. ¿En qué consiste el proceso de la tentación y el pecado?
  5. ¿Por qué es importante ser hacedores de la Palabra y no solamente oidores de ella?
  6. ¿Qué fue lo que más te llamó la atención de este estudio? ¿Qué aprendiste hoy?
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