Dios, me has cuidado, me cuidas y me cuidarás.
Salmo 81 es un salmo de Asaf y un salmo de la renovación del pacto. El Salmo 81 es un cántico que comienza con una invitación a celebrar una fiesta en honor al “Dios de Jacob” (vv. 1-5); y luego oír un mensaje profético de Dios (vv. 6-16).
No sabemos cuál fiesta en particular se celebraba, pero se cree que incluía la fiesta de los tabernáculos (vea Deut. 16:13–15). Como memoriales de los hechos salvíficos de Dios, en el período del éxodo, las fiestas nacionales llamaban a Israel a celebrar las misericordias de Jehová, y volver a consagrarse a Él. Dios hizo el pacto con la nación de Israel en el monte Sinaí y constituyó a Israel como nación. Ese pacto fue condicional, y contó con deberes y obligaciones para los israelitas. A la vez, Dios prometía proteger y bendecir a Israel. Este pacto fue vigente desde el monte Sinaí hasta el momento en que Jesús inauguró el nuevo pacto con su muerte (Mateo 26:28).
El salmista, Asaf, llama a Israel a un festival glorioso que recordará estos eventos. Les ordena que canten con gozo y en voz alta (vv. 1-3). Dios mismo ha decretado este culto como ordenanza y estatuto (v.4)
La estructura del salmo nos ayuda a entender el enfoque del autor.
I. Un cántico de celebración y alabanza (vv. 1-5a)
II. Un mensaje profético: La importancia del oír y obedecer (vv. 5b-16)
El cuidado pasado de Dios: (vv. 5a-7)
El cuidado presente y el juicio de Dios: (vv. 8-13)
El cuidado futuro de Dios (vv. 14-16)
El Salmo 81 se puede resumir con esta frase sencilla, “Dios, me has cuidado, me cuidas y me cuidarás.”
1 Cantad con gozo a Dios, fortaleza nuestra;
Al Dios de Jacob aclamad con júbilo.
2 Entonad canción, y tañed el pandero,
El arpa deliciosa y el salterio.
3 Tocad la trompeta en la nueva luna,
En el día señalado, en el día de nuestra fiesta solemne.
4 Porque estatuto es de Israel,
Ordenanza del Dios de Jacob.
5 Lo constituyó como testimonio en José
Cuando salió por la tierra de Egipto.
La introducción del salmo es similar a la de los himnos de alabanzas a Dios. Hay una serie de exhortaciones: “Cantad” (v. 1), “aclamad” (v. 1), “entonad canción” (v. 2), “tañed el pandero” (v. 2), y “tocad trompeta” (v. 3). El propósito básico del salmista es enfatizar el contentamiento y la felicidad del pueblo de Israel en la fiesta. La alegría del pueblo se basa en la liberación y salida de Israel de Egipto (v. 5).
Oí lenguaje que no entendía;
6 Aparté su hombro de debajo de la carga;
Sus manos fueron descargadas de los cestos.
7 En la calamidad clamaste, y yo te libré;
Te respondí en lo secreto del trueno;
Te probé junto a las aguas de Meriba.
Selah
La frase “oí lenguaje que no entendía” (v. 5) indica un cambio de voces. Ahora habla el profeta que da el mensaje de Jehová. Como este mensaje tiene su origen en una inspiración divina, y no procede de él mismo, el profeta aclara que antes no lo conocía.
Esta sección del salmo celebra la liberación de Dios de su pueblo de Egipto. Su cuidado sobre ellos en el pasado. Dios liberó a Israel de la esclavitud en Egipto, donde habían cargado cestos con barro y ladrillos (v. 6; vea Éx. 1:11–14; 5:6–9). Sus manos fueron descargadas de los cestos. La carga y el cesto (versículo 6) son metáforas de los trabajos forzados del pueblo de Israel en Egipto. En el desierto, había satisfecho todas sus necesidades. En una ocasión Dios respondió desde una nube con truenos (v. 7a; Éx. 16:10). También probó a su pueblo en Meriba (v. 7b; Éx. 17:1–7; Núm. 20:2–13; Salmo 95:8–9). Dios había visto esto y le importaba. En estas palabras encontramos un eco de lo que Dios le dijo a Moisés cuando se le apareció en la zarza ardiente: “Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias, y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel” (Éx 3:7-8).
En la siguiente sección, leemos acerca de la exhortación de Dios a escuchar y su juicio sobre el Israel rebelde (vv. 8-13).
8 Oye, pueblo mío, y te amonestaré.
Israel, si me oyeres,
9 No habrá en ti dios ajeno,
Ni te inclinarás a dios extraño.
10 Yo soy Jehová tu Dios,
Que te hice subir de la tierra de Egipto;
Abre tu boca, y yo la llenaré.
11 Pero mi pueblo no oyó mi voz,
E Israel no me quiso a mí.
12 Los dejé, por tanto, a la dureza de su corazón;
Caminaron en sus propios consejos.
13 ¡Oh, si me hubiera oído mi pueblo,
Si en mis caminos hubiera andado Israel!
El salmo continúa con las palabras de Dios, quien recuerda al pueblo lo que ha hecho por ellos en el pasado y les advierte que se arrepientan de su pecado, en particular de su adoración a los dioses falsos de las naciones, para que sus enemigos sean sometidos y bendecidos. Mirando sus acciones en el pasado, Dios dice que los escuchó, los liberó, los instruyó y les advirtió. “Pero mi pueblo no oyó mi voz, e Israel no me quiso a mí.” (v. 11). Lo notable de este rechazo es que es por «mi pueblo», no por “el mundo”. Esto se enfatiza, porque las palabras “mi pueblo” se repiten en los versículos 8, 11 y 13.
En los últimos versículos (vv. 14-16), vemos el cuidado futuro de Dios sobre Israel.
14 En un momento habría yo derribado a sus enemigos,
Y vuelto mi mano contra sus adversarios.
15 Los que aborrecen a Jehová se le habrían sometido,
Y el tiempo de ellos sería para siempre.
16 Les sustentaría Dios con lo mejor del trigo,
Y con miel de la peña les saciaría.
Dios puede liberar a su pueblo, pero requiere que estén comprometidos con su revelación. Promete proteger a Israel de los ataques de sus enemigos. Su liberación es segura porque su mano prevalecerá. Dios suplirá las necesidades de su pueblo. El v. 16 describe esto poéticamente con imágenes de trigo (Núm. 18:12; Deut. 32:14; Salmo 147: 14) y miel (Deut. 32:13).
Salmo 81 resume la preocupación de Dios por un pueblo leal y receptivo, bendecido y protegido por el Señor del pacto. Su instrucción conduce a la vida y la bendición (Juan 15: 9-17; Rom. 5:17-21). Pero todos los que rechazan su instrucción se encontrarán con el juicio de Dios. Este salmo es una invitación apropiada a la renovación del pacto durante la fiesta, cuando el pueblo de Dios reflexionó sobre todos sus actos maravillosos en el pasado. Mientras sus corazones anhelaban la venida de la redención, escucharon nuevamente la promesa de redención de Dios. Pero a Israel también se le recordó su responsabilidad de escuchar y obedecer.
¿Cómo podemos aplicar el tema principal de este salmo a nuestras vidas?
Salmo 81 es un mensaje de Dios para su pueblo, recordando su bondad constante (vv. 6-10) y la desobediencia frecuente de su pueblo (vv. 11-16). ¿No es este el mismo problema que enfrentamos hoy? Nuestro olvido y nuestra frecuente desobediencia. En lugar de adorar al Dios verdadero y solo a él, a menudo parece que estamos adorando a los dioses de la cultura secular. Los dioses de la riqueza, el placer, la fama, el estatus y el orgullo.
Salmo 81 nos recuerda nuestra necesidad diaria de escuchar y obedecer la palabra revelada de Dios. Solo por Su Palabra nos da vida eterna y verdadera bendición espiritual a través de la obra terminada de Jesucristo en la cruz.
Salmo 81 nos desafía a recordar y expresar las obras poderosas de Dios en nuestras vidas. Una de las mejores formas de hacerlo es a través de la música y el canto sobre Dios. ¿Sobre qué has estado cantando últimamente?
Salmo 81 nos recuerda que Dios anhela satisfacer las necesidades físicas y espirituales de su pueblo (v. 16). Nuestro Dios se preocupa por nosotros. Lo ha hecho en el pasado, nos está cuidando en el presente y promete cuidarnos en el futuro. El Nuevo Testamento nos dice como discípulos de Jesús que ‘Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.’ (Fil. 4:19).
Salmo 81 nos desafía a memorizar la oración sencilla, “Dios, me has cuidado, me cuidas y me cuidarás.”
Preguntas de repaso y aplicación:
1. ¿Qué género es el Salmo 81? ¿Dónde identificas sus características en el salmo?
2. Niños y juveniles: Además de sus voces, ¿puedes nombrar varios otros instrumentos musicales que se usaban para alabar y adorar al Señor en los versículos 1-3?
3. ¿Cuál es la frase sencilla que resume el salmo?
4. El salmista nombra específicamente (o hace referencia) a varias obras de Dios en la historia de Israel. ¿Cuáles son y en qué versículos los encontraste?
5. Salmo 81 nos recuerda nuestra necesidad diaria de escuchar y obedecer la palabra revelada de Dios. ¿Cómo nos parecemos a los israelitas en la forma en que respondemos a la Palabra de Dios?
6. Salmo 81 nos desafía a meditar en las obras de Dios en nuestras vidas. ¿Puedes compartir un ejemplo de cómo Dios se ha preocupado por ti en el pasado? ¿Qué tal un ejemplo de Su cuidado por ti hoy? O ¿Un ejemplo de una promesa de su cuidado futuro?