Dios, te alabamos porque podemos entrar en tu presencia
Al musico principal; sobre Gitit. Salmo para los hijos de Core
Es probable que el autor sea uno de los descendientes de los hijos de Core, que dedicaba al trabajo de la portería y al ministerio de la música en el templo.
El género de este salmo es de alabanza: es un himno de adoración a Dios por quién es y por lo que ha hecho. Dicen, «Dios, te alabo porque…» Hay himnos a Dios el Creador de todo, a Jehová el Salvador de Israel, a Dios el Señor de la historia y una colección de salmos que se llamaban «los cánticos de Sion.» Principalmente este salmo pertenece a la colección de los cánticos de Sion, pues su propósito fundamental es el anhelo humano de llegar a Jerusalén y entrar en el templo.
Este salmo nos cuenta de un peregrino que hace un largo viaje a Jerusalén para celebrar una de las fiestas anuales, con un profundo deseo de entrar en el templo, porque ahí estaba la presencia del Dios vivo. Este peregrino expresa sus sentimientos más nobles y profundos en torno al lugar, que ciertamente representa la morada del Dios de los ejércitos. Para este peregrino, el templo es símbolo de esperanza, refugio, protección, abrigo, reposo y gozo para los que andan en integridad y confían en Dios. Hay que recordar que, en la ley de Moisés, la verdadera adoración era mediante un sacrificio y eso solo se realizaba en el templo (Deuteronomio 12). En palabras sencillas podemos orar este salmo: Dios, te alabamos porque podemos entrar en tu presencia.
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Para una buena comprensión dividiré este salmo en tres partes:
1. Anhelo por estar en el templo de Jerusalén (vv. 1-4)
2. La expedición para adorar a Dios (vv. 5-7)
3. El entusiasmo y las bendiciones de adorar a Dios en el templo (vv. 8-12)
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1. El anhelo por estar en el templo, vv. 1 al 4
¡Cuán amables son tus moradas, oh Jehová de los ejércitos!
Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová;
Mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo.
Aun el gorrión halla casa,
Y la golondrina nido para sí, donde ponga sus polluelos,
Cerca de tus altares, oh Jehová de los ejércitos,
Rey mío, y Dios mío.
Bienaventurados los que habitan en tu casa;
Perpetuamente te alabarán.
Hay que recordar que el único centro de culto permitido a Dios era en el templo de Jerusalén, en Deuteronomio 12:5 dice: “…sino que el lugar que Jehová vuestro Dios escogiere de entre todas vuestras tribus, para poner allí su nombre para su habitación, ése buscaréis, y allá iréis”. En el mismo capitulo, en el versículo 11, es más claro aún, y dice: “Y al lugar que Jehová vuestro Dios escogiere para poner en él su nombre, allí llevaréis todas las cosas que yo os mando: vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros diezmos, las ofrendas elevadas de vuestras manos, y todo lo escogido de los votos que hubiereis prometido a Jehová.” Y el lugar que Dios escogió para su morada, fue en el templo de Jerusalén, donde Salomón lo construyó especialmente para Dios, (ver 2 Crónicas 6), en este lugar el Señor iba a escuchar la oración de su pueblo.
Según esta información, podemos entender mucho mejor el corazón del salmista, ese deseo ardiente de estar en los atrios del templo.
2. La expedición para adorar. vv 5 al 7
Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas,
En cuyo corazón están tus caminos.
Atravesando el valle de lágrimas lo cambian en fuente,
Cuando la lluvia llena los estanques.
Irán de poder en poder;
Verán a Dios en Sion.
Muchos israelitas tenían que viajar largas distancias a pie, para ir a adorar en el templo de Jerusalén. El viaje era duro, pero el hecho de llegar al templo para estar con Dios, era el motor y la fuerza para seguir avanzando.
3. El entusiasmo y las bendiciones de adorar a Dios en el templo. vv 8 al 12
Jehová Dios de los ejércitos, oye mi oración;
Escucha, oh Dios de Jacob. Selah
Mira, oh Dios, escudo nuestro,
Y pon los ojos en el rostro de tu ungido.
Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos.
Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios,
Que habitar en las moradas de maldad.
Porque sol y escudo es Jehová Dios;
Gracia y gloria dará Jehová.
No quitará el bien a los que andan en integridad.
Jehová de los ejércitos,
Dichoso el hombre que en ti confía.
La bendición de estar, aunque sea un día, en los atrios del templo y estar en obediencia a Dios, no se compara con nada en el mundo. Estar en el lugar que Dios mora y contar con el favor de él, no tiene precio.
En conclusión, no hay lugar en la tierra que sea mejor que habitar en los atrios del templo de Dios, no hay bendición más grande que contar con el favor de Jehová de los Ejércitos, y el esfuerzo para llegar a ese lugar realmente vale la pena.

Aplicaciones
Ya no tenemos la obligación de ir a un lugar específico, como el templo de Jerusalén para adorar a Dios, el Señor Jesús le dijo lo mismo a la mujer samaritana: “que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adorareis al Padre.” Mediante la fe en la muerte y resurrección de Jesucristo podemos acercarnos confiadamente en adoración a nuestro Dios y llamarlo Padre.
Los israelitas comunes y corrientes solo podían entrar al patio del templo. El lugar santo y el lugar santísimo estaba reservado para los sacerdotes y el sumo sacerdote. Pero ahora por la fe en Jesucristo, podemos entrar al lugar santísimo que esta en los cielos, en la misma presencia de Dios.
Hebreo 10: 19-20 dice
Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne.
Los israelitas viajaban largas distancias, dándose fuerza y ánimo para llegar a la meta, al templo en Jerusalén. Nosotros los cristianos, somos peregrinos y extranjeros en este mundo, nuestra meta es estar con el Señor, por tanto, también debemos animarnos los unos a los otros para seguir avanzando. Hebreos 10:23-25 dice:
Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.
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PREGUNTAS DE REPASO
- ¿Qué tipo de género es el salmo?
- ¿De qué se trata el salmo?
- ¿Cuál es la oración sencilla del salmo?
- ¿Por qué es importante saber y entender el contexto del salmo?
- ¿Podemos aplicar literalmente todo el salmo a nuestra vida?
- ¿Cómo podemos aplicar correctamente este salmo a nuestra vida?