
¿Quién dices que es Jesús?
Como hemos aprendido durante estas semanas, saber quién realmente es Jesús es absolutamente relevante para nuestras vidas porque es el punto partida que divide a la humanidad entre los que “creen en Jesús” y los que “rechazan a Jesús”. Sin embargo, también hemos dicho que la cuestión sobre «¿Quién es Jesús?», está lejos de ser «la pregunta definitiva» – como si esta fuera la última pregunta del gran premio millonario donde el que acierta se gana la salvación, ¡NO! -. Más bien, esta pregunta (¿Quién dices que es Jesús?) un punto de partida, porque aunque alguno pudiera responder correctamente, diciendo: “Jesús es Cristo, el hijo del Dios viviente” – que es la frase que hemos estado estudiando estas semana -, la pregunta que le seguiría a continuación es: ¿Y sabes lo que eso significa? ¿Sabes lo que significa que Jesús sea el hijo del Dios viviente? E inclusive, podemos ir un poco más allá, y preguntarnos: ¿Crees que Jesús es el Hijo de Dios? Tú que dices que Jesús es el hijo de Dios, ¿entiendes lo que dices? Y más aún ¿lo crees?
Antes que alguno responda si cree, o no, que Jesús es el Hijo de Dios, permítanme en los próximos minutos invitarles a ver qué significa que «Jesús sea el Hijo de Dios«. Y una vez que aclaremos un poco más su significado, entonces allí recién los animo a responder si creen o rechazan esta verdad en cuanto a Jesús.
El Hijo de Dios, su trasfondo
En primer lugar, partamos hablando del trasfondo que tiene este enunciado “hijo de... Dios”. Y, en cuanto a ello, podemos partir diciendo que la expresión “hijo de…” era una forma de hablar que común mente se utilizaba para describir las características de alguien en relación con aquel de quién era hijo. Y esto, hermanos, es algo importante de entender. La frase “hijo de” era una expresión que, en los tiempos de Jesús y mucho antes que él, se utilizaba para hablar de las características de una persona en relación con aquel que era llamado su padre. Lo cual, según el contexto, podía describir características como: (A) El linaje de una persona (p. ej. Mt. 1:1, 20; 9:27; Lc. 3:23-38). (B) La semejanza de una persona con aquel a quién se le vincula (p. ej. Mt. 5:9, 44,45). (C) La obediencia y sujeción de un hijo hacia su padre (Jn. 8:44; Mt. 12:50; Jn. 6:38-40). (D) La unión de un hijo con su padre (Jn. 1:1-18). E inclusive, la expresión “hijo de…” podía llegar a describir (E) la naturaleza de una persona, según la relación que se establece con aquel de quién es hijo (Mt. 8:29; 14:33; Mr. 1:1; Jn. 5:18).

Si llevamos todo este trasfondo al contexto de lo que estamos hablando respecto a Jesús, la frase “Jesús es el hijo de Dios” tiene un peso ¡tremendo! Porque en otras palabras, lo que esta frase está diciendo es que Jesús mucho más que un simple hombre que vivió hace dos mil años atrás en Israel; aquel que nació en la pequeña ciudad de belén en un pesebre es mucho más que un buen hijo de un carpintero; aquel (Jesús) que predicaba sobre el reino de Dios es mucho más que un profeta de Dios; Jesús es mucho más que un buen maestro con poderes milagrosos. Y la frase “Jesús es el hijo de Dios” tiene precisamente esa intención; a saber, develar quién realmente es Jesús según la relación que tiene con Dios.
Ahora, si bien hay muchas formas de abordar este tema, esta mañana vamos a enfocarnos en solo dos indicaciones que la frase “Jesús es el hijo de Dios” nos señala. La primera es: La unión que goza Jesús con Dios. Y, la segunda es: La naturaleza divina que comparte con Dios.
El Hijo de Dios, sus significados
1. La unión que Jesús goza con Dios
Vayamos al evangelio según Juan capítulo 1, y leamos desde el versículo 14 hasta el versículos 18. Dice así la Palabra de Dios: “14Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. 15Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo. 16Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia. 17Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. 18A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer”.

Ya sabemos que en la época de Jesús (y antes de él) uno de los usos que se le daba a la expresión “hijo de…” tenía relación con la idea de señalar la unión que alguien tenía con su padre. Y, de este modo, aquel que era llamado “hijo de Dios” implicaba que tenía una relación muy cercana con Dios; e inclusive, como miembro de la familia de Dios (Jn. 1:12; 1Jn. 3:1; Ef. 2:19). Sin embargo, cuando Juan agrega a la frase “hijo de Dios” el adjetivo “unigénito”, lo que el apóstol está haciendo (al referirse a Jesús como el “unigénito hijo de Dios”) es acentuar la verdad de que Jesús tiene tal unión con Dios; Jesús está tan unido a Dios, que su relación con Él es única y eterna. La unión del unigénito hijo de Dios con su padre es están estrecha, íntima, y perfecta que nunca sea visto afectada por el tiempo o por la distancia. De modo que, aún antes que Jesús haya ascendido a los cielos, o haya sido resucitado al tercer día de la muerte, o haya sido crucificado en un madero, o haya alimentado a más de cinco mil hombres en el desierto con solo cinco panes y dos pececillos, o haya sido bautizado por Juan en el Jordán, o haya nacido en un pesebre de Belén; y aún antes de todas estas cosas Jesús ya era con Dios. Jesús estaba con Dios. Jesús era uno con Dios, aún antes de su nacimiento (Jn. 1:1-3; 15:7).
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Ahora bien, estoy consciente de que una declaración como esta no deja indiferente a nadie. Y hasta es muy probable que genere ciertas dudas y (quizás) escepticismo. Por ejemplo, alguno se dirá: ¿Cómo puede decir Jesús que era hijo de Dios y que existía aun antes de su nacimiento? ¿Cómo podría ser eso posible? ¿Cómo puede Jesús estar consciente de su unión con Dios, aún antes de su nacimiento? ¿Quién es Jesús?
Bueno. La respuesta a esta pregunta, amado hermano, la encontramos en la segunda indicación que comunica la frase “Jesús es el hijo de Dios”, la cual describe que Jesús, al ser hijo de Dios, comparte una misma naturaleza con Dios.
2. La naturaleza que Jesús comparte con Dios

Como dije al principio, la expresión “hijo de…” (dentro de sus diversas connotaciones) tiene el propósito de describir un poco más acerca de la naturaleza de una persona; y la manera hablar acerca de la naturaleza de esa persona es estableciendo una relación con aquel que es su padre. Por lo tanto, cuando la Biblia habla de Jesús como “el hijo de Dios”, lo que busca con ello es describir la naturaleza de Jesús en relación con la naturaleza Dios. Y siendo muy directo en cuanto a esto, lo que en otras palabras quiere decir la expresión “Jesús es el hijo de Dios”, es que, Jesús es total y completamente Dios. Hermanos, esa es la naturaleza de Jesús. Jesús total y completamente Dios. Jesús es Dios.

Por ende, eso esto lo que nosotros declaramos cuando decimos «Jesús es el hijo de Dios»: Estamos diciendo que Jesús es total y perfectamente Dios. Y, de hecho, eso era lo que precisamente el apóstol Juan quería comunicar a través de su relato del evangelio. Leemos, por ejemplo, en el evangelio según Juan capítulo 20 versículo 31 que el apóstol escribe este libro para que todos sus lectores crean que Jesús es el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengan vida en su nombre. Y pensando en ese propósito, Juan selecciona una serie de eventos de la vida de Jesús para demostrar con hechos objetivos que Jesús es Dios; total y perfectamente Dios. De modo que la frase “Jesús es el hijo de Dios” no es una frase dogmática sin argumento. Al contrario, esta frase es, más bien, el resultado inevitable de una serie de sucesos que evidencian la verdad que Jesús es Dios.
El Hijo de Dios, sus evidencias
Pensando en el propósito de Juan para con su relato del evangelio (Jn. 20:21), veamos a continuación una serie de eventos (evidencias) registrados por Juan que establecen la verdad de que Jesús es Dios.











Hermanos, solo leyendo el evangelio de Juan (el cuarto libro del Nuevo Testamento) podemos ver una y otra vez que Jesús es Dios porque (1) tiene atributos que solo Dios tiene, (2) realiza obras que solo Dios puede hacer, (3) tiene autoridad que solo Dios tiene, (4) y recibe adoración que solo Dios merece. Lo cual, todo ello, se resumen en la frase: “Jesús es el Hijo de Dios”.
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Reflexión final
Hermanos, hermanas, visitas, amigos, amigas. Como ya he dicho en distintas oportunidades, toda la humanidad se divide entre los que creen en Jesús y los que rechazan a Jesús. En este mismo grupo que está hoy reunido, están los que creen y los que rechaza a Jesús. Y, como también he mencionado, el punto de partida para establecer lo uno y lo otro, es la pregunta: ¿Quién dices que es Jesús? ¿Sabes quién es Jesús?
Sin embargo, ya sabemos que esta pregunta es solo un punto de partida porque aunque alguno pudiera decir correctamente: “Jesús es el Cristo, el hijo del Dios viviente”, la pregunta que le sigue a continuación es: ¿Y sabes lo que eso significa? ¿Sabes lo que significa que Jesús sea el hijo de Dios?
Mi más sincero deseo es que durante todo este tiempo que hemos estado compartiendo, ustedes puedan decir, sí. Ahora sé lo que significa que Jesús sea el hijo de Dios, y he entendido que Jesús no fue solo un hombre que habló acerca de Dios y anduvo por Israel hace dos mil años atrás haciendo milagros. Más bien, Jesús es Dios, eternamente Dios. Y antes de su nacimiento en Belén, Jesús era con Dios, y gozaba de la perfecta y eterna unión con Dios, de modo que, donde Dios estaba Jesús estaba y lo que Dios hacía Jesús lo hacía, y la gloria que Dios recibía Jesús la recibía, porque Jesús es el unigénito hijo de Dios. Y teniendo esa unión de amor eterno, Dios envió a su hijo al mundo, y Jesús anduvo en la tierra, y se sujetó a su Padre, y demostró una y otra vez las credenciales que identificaban que la naturaleza de Jesús es total y perfectamente divina, y por tanto, es Hijo de Dios.
Sin embargo, a pesar de que lo entiendas, no me gustaría que todo este quede en el plano de lo intelectual y del conocimiento. Sino que realmente espero que ustedes y yo, nos preguntemos hoy: ¿Creo que Jesús es el hijo de Dios? Ya es entendido lo que significa, pero ¿Creo que Jesús es total y perfectamente Dios? ¿Lo crees?
