1ª Corintios 11: conducta en la iglesia

En este capítulo, Pablo aborda dos asuntos en el culto de la iglesia en Corinto. En primer lugar, algunas hermanas demostraban en su atavío en el culto que no quisieron someterse a sus maridos (vv. 4–5). Él responde, llevándonos a la sumisión de Jesucristo a su Padre (v. 3), recordándonos que en el evangelio, somos iguales ante Dios (vv. 11–12) y diciendo que:

  • Esta insumisión es vergonzosa para la mujer, como si tuviese una cabeza rapada (v. 6)
  • Esta insumisión deshonra a su marido, su cabeza (v. 7)
  • Esta insumisión niega el orden de la creación (vv. 8–9)
  • Aunque la insumisión surge del corazón, se manifiesta en la apariencia (v. 10)
  • Esta insumisión está en contra de la naturaleza (vv. 13–15)
  • Esta insumisión no es la práctica de las iglesias de Dios (v. 16)

En segundo lugar, los corintios tomaban la cena del Señor en una manera indigna, sin pensar en sus hermanos, como si fuese su propia cena (vv. 17–22). Según las instrucciones del Señor, la cena es una oportunidad de recordar la muerte de Jesucristo juntos (vv. 23–26). Debemos tener en cuenta nuestros hermanos, el cuerpo de Cristo, al tomar la cena para evitar el juicio del Señor (vv. 28–33). La unidad de la iglesia se debe manifestar siempre que se reúna.

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