Durante las próximas seis semanas estaremos estudiando una breve serie de la doctrina de la salvación. Esta semana daremos inicio con el primer tema de esta serie, que corresponde a:
LA ELECCIÓN
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Antes de comenzar a estudiar este tema, me gustaría que recordemos al menos tres cosas respecto a Dios, el Hombre y el Pecado: (1) En primer lugar, recordemos que Dios es el Creador Santo y el Juez de Su creación, y, como tal, ha determinado que todo aquel que peca contra Él debe morir eternamente (Ez. 18:4). (2) En segundo lugar, recordemos que el Hombre fue creado sin pecado, pero después de la desobediencia de Adán, el pecado pasó a toda la humanidad, dejando a cada uno de los Hombres (desde la concepción) totalmente depravados e incapaces de agradar a Dios, arrepentirse y dejar de pecar. (3) Y, en tercer lugar, recordemos que, por causa del pecado, no hay ningún ser humano que sea justos delante de Dios; todos los Hombres son pecadores y por naturaleza siempre eligen pecar contra Él; lo que, a su vez, los vuelve irremediablemente merecedores del castigo infinito del Dios infinito.
En resumen, toda la humanidad está bajo el juicio de Dios porque todos son pecadores injustos delante de Su presencia; y, por lo mismo, el destino inevitable de los Hombres es sufrir el justo juicio por sus pecados siendo arrojados para siempre a la muerte eterna. Ahora, con una declaración como esta, es probable que más de alguno se esté preguntando: “Pero, si todo los Hombres son pecadores y están justamente condenados a muerte, entonces, ¿por qué la Biblia habla de algunos que son salvos del pecado y de la condenación eterna?” La respuesta, querido hermano, es porque Dios eligió salvar a esos pecadores, solo por gracia.
I. LA ELECCIÓN
La Elección (o la elección divina)es la doctrina bíblica que enseña que Dios, antes de los siglos, escogió libre y soberanamente a cierto número de pecadores para salvarlos en Cristo Jesús, solo por gracia y para Su propia gloria. En otras palabras:
(1) Que Dios haya elegido salvar “antes de los siglos” significa que ni la elección ni la salvación fueron improvisada e influenciada por el tiempo o las circunstancias, sino que ambas fueron perfectamente planificadas y decretadas por Dios desde la eternidad. Leemos, por ejemplo, en la segunda carta de Pablo a Timoteo capítulo 1, que el apóstol anima a su discípulo a recordar que fue Dios quien lo salvó y llamó con llamamiento santo, según el propósito de Dios y la gracia que le fue dada en Cristo Jesús antes de los siglos (v.9). Así mismo, escribiendo Pablo a los creyentes de Éfeso les dijo que las bendiciones espirituales que recibieron en Cristo, fueron preparadas por Dios aun antes de la fundación del mundo (Ef. 1:4). Por tanto, la elección no es una decisión que Dios tomó después de la caída del Hombre o durante la historia de la humanidad, sino un decreto divino establecido antes de la creación y el tiempo (pre-temporal).
(2) Que la elección de Dios haya sido “libre y soberana” significa que de ninguna manera Dios estaba obligado a salvar a Hombres o que su elección haya sido inducida por algo o alguien. En este sentido, las Escrituras son claras en decir que Dios no depende de las elecciones o acciones de las criaturas, ya que, para el Creador, “Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces?” (Dn. 4:35 cp. Sal. 115:3; Is. 46:10). Por tanto, su elección no fue inducida por “voluntad de Hombre”; y así lo deja en claro Pablo en Romanos 9:16, donde dice que no depende del que quiere sino de quien Dios tiene misericordia. Así mismo, la elección no fue inducida por “obra de Hombre” porque 2 Timoteo 1:9, Pablo dice que Dios salvó no conforme a obras sino de acuerdo a Su propósito y gracia. También, la elección no fue inducida por una supuesta “pureza del Hombre” puesto que en Efesios 1:4 queda claro que los pecadores fueron escogidos para santificación y no a causa de ésta. Ni tampoco fue inducida por “obediencia de Hombre” ya que en 1 Pedro 1:1-2 el apóstol aclara que los Hombres no fueron escogidos por obediencia sino para obediencia a Dios. Además, la elección de Dios no estuvo condicionada a una posible “elección del Hombre por Dios” porque, además de estar muertos espiritualmente e incapacitados para acercarse a Dios por sus propios medios (Ro. 3:9-18), Jesús fue categórico en decirle a sus discípulos: “no me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros” (Jn. 15:16). Así mismo, en Efesios 1:4-11, Pablo recordó a sus hermanos diciéndoles que toda las bendiciones en Cristo (p. ej., la adopción v.5, la redención y el perdón v.7) fueron otorgadas por el puro afecto de Su voluntad.
Así que, como ya hemos dicho antes, la corrupción del pecado incapacitó de tal manera al Hombre que no hay nada en él; o en lo que él es, o hizo, o hace, o pudiera hacer, que sea capaz de inducir a Dios para que el Señor actúe de manera salvífica en su favor. La elección de Dios para salvación es libre y soberana, y por tanto, lo que el Dios Soberano libremente decidió de antemano, se hará sin que nada ni nadie pueda impedirlo (Is. 46:10-11)
(3) Que Dios haya elegido “a cierto número de pecadores para salvarlos” significa que el Señor no decidió salvar a toda la humanidad del pecado sino que, de todos los Hombres depravados (Ef. 2:1), ajenos a Dios (v.12), culpables, condenados (Ro. 5:16, 17; Gá. 3:10; Ef. 2:3), e irremediablemente esclavizados por el pecado, la muerte y el maligno (Ro. 6.16-17; 1Jn. 5:19); Dios quiso mostrar su misericordia eligiendo y salvando solamente a algunos. Y en cuanto a esto, Jesús mismos dijo que muchos son las llamados pero pocos los escogidos (Mt. 22:14), y, por esta razón, su llamado a los Hombres era: “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.” (Mt. 7:13-14). Un ejemplo más de que Dios eligió solo alguno para salvación, lo vemos cuando Pablo y Bernabé empezaron a predicar a los gentiles en Antioquía de Pisidia, allí Lucas escribe que, al oír el evangelio, los gentiles se alegraron y celebraron la palabra del Señor; y creyeron todos los que estaban destinados a la vida eterna (Hch. 13:48). Por tanto, las Escrituras enseñan que Dios, en su inescrutable sabiduría y misericordia, no escogió salvar a toda la humanidad sino a los pecadores que Él quiso.
(4) Que Dios haya elegido salvar “en Cristo Jesús” significa que Dios designó a Jesucristo para llevar a cabo la salvación de sus escogidos. Quien, a su vez, estuvo preparado desde antes de la fundación del mundo para entregar su sangre preciosa, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, por amor de los escogidos (1Pe. 1:18-21)
(5) Y finalmente, que Dios haya elegido salvar a pecadores “solo por gracia y para Su propia gloria” significa que la elección de Dios es, en definitiva, un trato completamente inmerecido para el Hombre, y cuyo fin es traer la mayor gloria posible a Dios (cp. Ro. 9:23). Y de hecho, cuando Pablo habla acerca de la elección de los Efesios, el apóstol es enfático en decir que la elección de Dios (y posterior salvación) no fue por obra ni por merito ni para la gloría de los Hombres (Ef. 2:8-9), sino para alabanza de la gloria de su gracia (Ef. 1:6); lo cual, es el estándar más elevado que existe y lo que le produce mayor deleite al Señor (cp. Is. 42:8; 48:11).
Así que, el primer tema de este breve estudio de soteriología es La elección; es decir, la doctrina bíblica que enseña que Dios, antes de los siglos, escogió libre y soberanamente a cierto número de pecadores para salvarlos en Cristo Jesús, solo por gracia y para Su propia gloria.
II. APLICACIONES
Ahora, ¿cómo podemos aplicar esta doctrina a nuestras vidas?
En primer lugar, recordar que Dios nos eligió para salvación solo por gracia, es un buen motivo para la alabanza. Miremos nuevamente lo que Pablo escribió a los creyentes de Éfeso, y notemos las veces que el apóstol señala que las bendiciones de los escogidos de Dios son para alabanza de la gloria de Su gracia, dice el texto en Efesios 1:3-14: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia… En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad, a fin de que seamos para alabanza de su gloria… En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria”.
En segundo lugar, recordar la elección de Dios nos ayuda a ordenar nuestras vidas de acuerdo a Su elección. Tal como se ha leído en el pasaje anterior, Dios nos escogió para que fuésemos santos y sin mancha delante de él (Ef. 1:4); en otras palabras, para que nos acerquemos al Dios Santo a medida que imitamos a Cristo y nos alejemos del pecado. Y es debido a esta relación entre la “elección y la santificación”, que varios pasajes bíblicos exhortan al creyente a vivir para Dios considerando que ese fue uno de los propósitos de Su elección. Por ejemplo, leemos en Colosenses 3:12, lo siguiente: “Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia…”. Así mismo, leemos en Juan 15:16-17, que el Señor Jesús le dijo a sus discípulos: “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca… Esto os mando: Que os améis unos a otros”.
En tercer lugar, recordar la elección de Dios nos vuelve agradecidos. Cuando Pablo escribió su primera carta a los creyentes de Tesalónica, comienza diciendo que siempre da gracias a Dios por la salvación de ellos cada vez que les recuerda en sus oraciones. De esta manera, el apóstol deja ver a sus hermanos que estaba realmente agradecido de la elección de Dios y la salvación que les había otorgado; lo que queda aún más claro cuando escribe: “Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad,a lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo.” (2Ts. 2.13-14).
Y finalmente, recordar la elección de Dios es un estímulo para predicar el evangelio por amor y sin temor. Y así lo vemos en la segunda carta de Pablo a Timoteo, donde el apóstol escribe a su discípulo animándole a dar testimonio de Cristo, ser copartícipe de las aflicciones del evangelio y a dejar de lado todo indicio de orgullo, vergüenza y temor; sabiendo que su salvación no fue conforme a obras, sino según el propósito de Dios y la gracia que le fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos (2Ti. 1:8-9). En otras palabras, si bien los opositores del evangelio podían tomar su vida, jamás podrían tomar su salvación porque esta no fue adquirida por obras; Timoteo no tenía derecho a la salvación ni a la gracia de Dios, su destino, al igual que el nuestro, era la muerte y la perdición eterna. Sin embargo, Dios le eligió antes de los tiempos y lo llamó con llamamiento santo para que fuese salvo y diese testimonio de que, por el evangelio de Jesucristo, la muerte ha sido quitada (para siempre) y vida e inmortalidad le fueron dadas en Cristo Jesús, solo por gracia (v.10). Lo cual, explica Pablo, también era el motor principal de su predicación y ministerio entre los gentiles; ya que, sin importante que tipo de amenazas o padecimientos pudiera sufrir, estaba seguro que Aquel que le había escogido antes del tiempo y dado vida eterna en Jesucristo, también guardaría su salvación hasta día final (v.12). Ahora, el apóstol Pablo no solo soportaba las aflicciones confiando en la salvación que Dios le otorgó, sino que también predicaba el evangelio y hacia frente a todas las oposiciones del mundo, por amor de aquellos que fueron escogidos por Dios para oír el evangelio y ser salvos en Jesucristo. Así escribió Pablo en su segunda carta a Timoteo: “Acuérdate de Jesucristo, del linaje de David, resucitado de los muertos conforme a mi evangelio, en el cual sufro penalidades, hasta prisiones a modo de malhechor; más la palabra de Dios no está presa. Por tanto, todo lo soporto por amor de los escogidos, para que ellos también obtengan la salvación que es en Cristo Jesús con gloria eterna.” (2:8-10).
Así que, hermanos, ahora que hemos aprendido y recordado un poco más sobre nuestra elección, alabemos al Señor, ordenemos nuestras vidas de acuerdo a nuestra elección, seamos agradecidos de nuestra elección inmerecida y prediquemos el evangelio por amor y sin temor, sabiendo que somos instrumentos de Dios para que Sus escogidos también obtengan la salvación que es en Cristo Jesús con gloria eterna.
REPASO DEL ESTUDIO
Verdadero o Falso (justifique sus respuesta)
- Dios es el Creador del universo, pero no tiene derecho de condenar a muerte eterna a los Hombres por no cumplir su estándar de justicia____
- Después de la caída, el pecado pasó a toda la humanidad, dejando a cada uno de los Hombres depravados e incapaces de agradar a Dios, arrepentirse y dejar de pecar____
- Los Hombres pecan y son pecadores por naturaleza. Sin embargo, no merecen ser castigados; merecen que se les ame y que se les dé otra oportunidad____
- Todos los Hombres merecían ser arrojados a la muerte, pero Dios quiso mostrar misericordia y eligió salvar a algunos, solo por gracia____
Preguntas de estudio
- ¿Qué significa que Dios haya elegido salvar “antes de los siglos”?
- ¿Qué significa que la elección de Dios haya sido “libre y soberana”?
- ¿Qué significa que Dios haya elegido a “cierto número de pecador para salvación”?
- ¿Qué significa que Dios haya elegido salvar “en Cristo Jesús”?
- ¿Qué significa que Dios haya elegido salvar a pecadores “solo por gracia y para su propia gloria”?
Complete la oración
- La _____ es la doctrina _____ que enseña que Dios, ____ de los ____, escogió ___ y ______ a cierto número de ______ para ______ en ____ ______, solo por _____ y para su _____ _____
- Recordar que Dios nos eligió para salvación, ____ por _____, es un buen ______ para la _____
- Recordar la _______ de Dios nos ayuda a _______ nuestras _____ de acuerdo a Su _____
- ______ la elección de ______ nos vuelve __________
- Recordar la _______ de Dios es un ________ para _______ el evangelio por _____ y sin _______.
Preguntas de aplicación y reflexión
- ¿Crees que fuiste elegido por Dios para salvación? ¿Por qué?
- ¿Te da la doctrina de la elección consuelo o seguridad acerca del futuro?
- ¿Qué efecto piensas que va a tener en ti la doctrina de la elección en tu motivación para la evangelización?
- ¿Puedes pensar en formas en las que la doctrina de la elección puede ser un estímulo positivo para la evangelización?