Dios, a pesar de mi situación actual, espero en ti.
Todos hemos estado deprimidos en algún momento. Sentimos que Dios se ha olvidado de nosotros. También es una condición desconcertante. Nos preguntamos por qué está sucediendo, especialmente si somos cristianos.
Los Salmos 42 y 43, que abren el libro dos de los Salmos (42-72), tratan sobre la depresión espiritual. Los Salmos 42 y 43 deben estudiarse juntos como una unidad. Se encuentran entre los salmos más queridos y consultados. Dado que la mayoría de nosotros estamos abatidos en algún momento u otro, recurrimos naturalmente a un salmo que pregunta honesta y francamente: «¿Por qué te abates, oh alma mía?» (42:5). Y nos alienta cuando responde con esperanza, “Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío” (42:11; 43:5). La frase, “porque aún he de alabarle” nos apunta al concepto resumido en la simple oración de Salmo 42. “Dios, a pesar de mi situación actual, espero en ti”.
Salmo 42 es un salmo de lamento individual. Como hemos aprendido en nuestro estudio en el libro de los Salmos, el lamento es una oración a Dios que inicia con una expresión de luto, pero finaliza con una declaración de confianza en Dios. Son salmos que comienzan con la pregunta, “Dios, ¿por qué…?” pero concluyen con “Sin embargo, confío en Ti porque…” Los lamentos pueden ser individuales o nacionales.
Salmo 42 da ejemplos de las causas de la depresión espiritual y también de la cura para la depresión espiritual. ¿Cuáles son las causas de la depresión espiritual que se enfatizan en Salmo 42? Comencemos a leer este salmo y averigüémoslo.
1 Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas,
Así clama por ti, oh Dios, el alma mía.
2 Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo;
¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?
6 Dios mío, mi alma está abatida en mí;
Me acordaré, por tanto, de ti desde la tierra del Jordán,
Y de los hermonitas, desde el monte de Mizar.
La primera causa de depresión espiritual es la ausencia obligada del templo de Dios, donde se adoraba a Dios (vv. 1–2, 6). El autor de este salmo es presumiblemente uno de los Hijos de Coré. Pero quienquiera que fuera, sabemos lo que más le molestaba. Estaba lejos de Jerusalén y de su templo de adoración en el monte Sión, y por lo tanto se sintió separado de Dios.
Tampoco sabemos exactamente dónde estaba este autor desconocido ni por qué estaba allí, pero al menos podemos intentar responder la primera pregunta. Dice que está escribiendo «desde la tierra del Jordán, y de los hermonitas, desde el monte de Mizar«. (42:6). Mizar significa «pequeña montaña». No conocemos ningún cerro con ese nombre, pero “la tierra del Jordán” es la región más allá del Jordán al norte y al este, donde está el monte Hermón. Así que Mizar probablemente era una montaña menor en la cordillera del Hermón. Esta área está bastante lejos de Jerusalén (270 km aprox.), y algunos escritores han sugerido que si un viajero (o cautivo, como podría ser el autor) se dirigiera al este en dirección a Babilonia, este es el último punto desde el cual podría ver las conocidas montañas de su tierra natal al sur.
De modo que el salmista está lejos de casa y siente que, por lo tanto, también está lejos de Dios. No es que no crea que Dios está en todas partes o que Dios no está con él. Después de todo, le está orando a Dios. Pero el estar lejos de casa lo ha deprimido, y su estado depresivo le ha hecho sentir que Dios está ausente. Es aquí cuando necesitamos recordar el contexto de las bendiciones y maldiciones del pacto bajo la Ley de Dios y la nación de Israel.
Debemos recordar que el trabajo de los Hijos de Coré fue en el templo en la interpretación de la música del templo. Por tanto, la ausencia obligada del autor de Jerusalén fue también una ausencia de su trabajo (o servicio) y, por tanto, de su sentido de ser útil. Reflejaba todo su propósito de vivir.
La segunda razón de la depresión espiritual del autor fueron las burlas de sus enemigos (vv. 3 y 10).
3 Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche,
Mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios?
10 Como quien hiere mis huesos, mis enemigos me afrentan,
Diciéndome cada día: ¿Dónde está tu Dios?
En esta lejana tierra el salmista también estaba rodeado por sus enemigos que se burlaban de él diciendo: «¿Dónde está tu Dios?» Esto debe haberle dolido mucho, porque repite la línea dos veces en este salmo. Entonces, la burla no significaba que Dios no existiera, sino que Dios había abandonado al salmista. Sus enemigos básicamente decían “¿Dónde está tu Dios cuando lo necesitas? ¿Dónde está tu Dios ahora?»
Esa es una causa de profunda depresión espiritual. ¿De verdad, dónde está Dios? ¿Dónde está Dios cuando estoy en un país lejano, separado de mi trabajo habitual, burlado por enemigos? ¿Por qué Dios no parece escuchar mis gritos? ¿Por qué no interviene para cambiar mis circunstancias?
El salmista también estaba preocupado por los recuerdos de días mejores. (v. 4).
4 Me acuerdo de estas cosas, y derramo mi alma dentro de mí;
De cómo yo fui con la multitud, y la conduje hasta la casa de Dios,
Entre voces de alegría y de alabanza del pueblo en fiesta.
Hay un uso adecuado de la memoria en los momentos en que estamos deprimidos, recordar el pasado de Dios sirve como un estímulo para creer que volverá a actuar por nosotros. Pero ese no es el primer uso de la memoria que encontramos en estos salmos. Lo que encontramos aquí es el recuerdo del escritor de los días pasados cuando él…
fue con la multitud…
conduciéndolos hasta la casa de Dios…
con voces de alegría y de alabanza del pueblo en fiesta.
Es difícil para nosotros sentir el alcance de este anhelo por el gozo del culto judío por parte de un israelita, pero el autor, CS Lewis, lo llamó “un apetito o hambre por Dios» y argumenta que tenía «toda la alegre espontaneidad de un deseo natural, incluso un deseo físico».
Nuestros cultos no tienen los mismos ritos o sacrificios del templo, y existen buenas razones para ello (Hebreos 10:1-18). Sin embargo, para muchos cristianos, algunos de sus mejores recuerdos son el culto con otros creyentes en la iglesia. La ausencia de estos tiempos, así como su recuerdo, pueden contribuir a la depresión espiritual. Hermanos míos, ha sido una prueba espiritual este año pasado, ¿no? Hemos echado mucho de menos estar juntos y, lo que es más importante, hemos echado de menos adorar a Cristo juntos…cantando y orando juntos en una forma presencial.
Vemos otra razón de la depresión espiritual del autor en las abrumadoras pruebas de la vida. (v. 7).
7 Un abismo llama a otro a la voz de tus cascadas;
Todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí.
El autor habla de las pruebas abrumadoras de su vida, refiriéndose a ellas como “ondas y olas que han pasado sobre él”. No sabemos cuáles fueron estas pruebas, aunque podemos imaginar que fueron las circunstancias difíciles que lo habían alejado de Jerusalén.
A continuación, encontramos otra causa de depresión espiritual en el (supuesto) fracaso de Dios para actuar rápidamente en nuestro nombre (v. 9).
9 Diré a Dios: Roca mía, ¿por qué te has olvidado de mí?
¿Por qué andaré yo enlutado por la opresión del enemigo?
El versículo 9 es un clamor doloroso a Dios por haberse olvidado de él. Nos recuerda el grito de Jesús en la cruz: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?» (Mateo 27:46). Estas palabras de Jesús fueron tomadas del Salmo 22:1. Es común que una persona deprimida se sienta desamparada por Dios.
Hay una razón más … los ataques de personas impías, engañosas y malvadas (43:1). Pero dejaré esto para el pastor Andrés en su estudio del Salmo 43 la próxima semana.
La mayoría de nosotros podemos relacionarnos con este salmo, ya que no es raro que aquellos que tratan de vivir para Dios sean acusados, atacados y calumniados injustamente. Jesús dijo: “Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece…Si a mí me han perseguido, también a vosotros os perseguirán; si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra.” (Juan 15:19-20). Sería inusual que una persona no se deprimiera ocasionalmente por un trato malicioso.
Este salmo nos dice cómo la persona piadosa puede tener la victoria sobre la depresión.
5 ¿Por qué te abates, oh alma mía,
Y te turbas dentro de mí?
Espera en Dios; porque aún he de alabarle,
Salvación mía y Dios mío.
8 Pero de día mandará Jehová su misericordia,
Y de noche su cántico estará conmigo,
Y mi oración al Dios de mi vida.
11 ¿Por qué te abates, oh alma mía,
Y por qué te turbas dentro de mí?
Espera en Dios; porque aún he de alabarle,
Salvación mía y Dios mío.
«Esperar en Dios» es recordar el carácter y los atributos de Dios en quien confiamos. “Señor, no importa lo que está pasando en este momento, te alabaré». Hay una gran certeza en Dios, porque no ha cambiado. Por lo tanto, sus propósitos para nosotros no han cambiado. Nos ha llevado a victorias edificantes en el pasado. Lo volverá a hacer. Por lo tanto, en lugar de mirar el pasado como algo que hemos perdido, lo miraremos como un anticipo de las muchas cosas buenas que están por venir. Podemos encontrar varios ejemplos de esto en la vida de los personajes de la Biblia, personas como José, Moisés, Josué y David.
La simple oración de Salmo 42 dice “Dios, a pesar de mi situación actual, espero en ti”.
Preguntas para aplicar el tema principal del Salmo 42 a mi vida.
Pregúntese, ¿Soy yo el centro del universo? ¿Determino qué es bueno y qué es malo? ¿Soy el juez de lo bueno y lo malo? Juan describe este sistema de pensar y vivir como «el mundo» (1 Juan 2: 15-17) que está en oposición a Dios y su voluntad. El Dios soberano ocupa el lugar de máxima autoridad y poder, libremente llevando a cabo su voluntad sin impedimento. El Dios bueno es perfectamente justo y bueno, siempre haciendo lo mejor en todo. Si nuestro Dios es soberano y bueno, entonces, toda prueba y circunstancia difícil es para nuestro bien.
- ¿Reconozco la soberanía y la bondad de Dios y me someto a Él?
- ¿Confío en el Señor, incluso si no sé lo que está sucediendo en medio de una situación difícil?
- ¿He aprendido la disciplina de orar una oración de lamento en medio de dificultades?
Preguntas de repaso
- Según lo presentado al comienzo de este estudio, ¿de qué manera debemos ver los salmos 42 y 43? ¿Por qué?
2. ¿Cuál es la frase que resume el tema del Salmo 42 en una oración?
3. ¿Qué atributos de Dios puedes observar en los versículos 5, 8, 9 y 11? ¿Has meditado en estos atributos de Dios últimamente? ¿Cómo te ha ayudado específicamente meditar en estos atributos?
4. ¿Has aprendido a hacer una oración de lamento? ¿Por qué nos cuesta hacer oraciones de lamento? Para revisar cómo hacer una oración de lamento, escuche el audio “Lamentaciones” en la serie «Conociendo los libros de la Biblia«.
5. ¿Qué verdades/atributos/promesas de Dios has recordado cuando estuviste afligido últimamente?
6. Además de José, Moisés, Josué y David mencionados en el estudio, ¿Quién más experimentó una experiencia “tipo Salmo 42” en la Biblia?