Orando los Salmos: Salmo 66

Dios, alabamos y cantamos a tu nombre

El salmo 66 es un salmo de alabanza y gratitud al salvador de Israel, estos salmos expresan agradecimiento a Dios por lo que ha hecho y alabanza a Dios por quién es. Podremos ver en el salmo que existe una adoración tanto comunitaria, de todo el pueblo, como individual. La adoración se concentra en la persona de Dios: quién es, su grandeza, santidad, amor. A través del salmo podemos observar y adorar la grandeza de nuestro Dios.

En una frase sencilla, la idea principal de este salmo se puede resumir en la siguiente oración: “Dios, alabamos y cantamos a tu nombre”.

La estructura del salmo nos muestra tres grandes aspectos a considerar en nuestra adoración, primero alabar a Dios por sus asombrosas obras en toda la tierra (vv. 1-4), después la alabanza por lo que Dios hizo en su propio pueblo, Israel (vv. 5-12) y finalmente la alabanza por lo que Dios ha hecho en la vida del salmista (vv. 13-20).

Aclamad a Dios con alegría, toda la tierra.
2 Cantad la gloria de su nombre;
Poned gloria en su alabanza.
3 Decid a Dios: ¡Cuán asombrosas son tus obras!
Por la grandeza de tu poder se someterán a ti tus enemigos.
4 Toda la tierra te adorará,
Y cantará a ti;
Cantarán a tu nombre. Selah

Este salmo, al igual que el anterior que estudiamos, está centrado en la gratitud y la alabanza a Jehová por todo lo que Él ha hecho. Es maravilloso como el salmista comienza haciendo una invitación a toda la tierra, es decir a todo ser viviente, a que cante alabanza al Dios de todas las maravillas. En “Cantad la gloria de su nombre, Poner gloria en su alabanza”, vemos el propósito que cada ser viviente tiene: el propósito de glorificar al Dios verdadero. ¿Por qué da gloria el salmista? Por la grandeza del poder de Dios, y con esto nos vamos al segundo punto dentro del salmo.

5 Venid, y ved las obras de Dios,
Temible en hechos sobre los hijos de los hombres.
6 Volvió el mar en seco;
Por el río pasaron a pie;
Allí en él nos alegramos.
7 El señorea con su poder para siempre;
Sus ojos atalayan sobre las naciones;
Los rebeldes no serán enaltecidos. Selah

La estructura del salmo nos muestra tres grandes aspectos a considerar en nuestra adoración, primero alabar En esta parte del salmo, el autor lleva al pueblo de Israel a recordar las poderosas obras de Jehová. Dos eventos que muestran el poder de Dios, que son parte importante de la historia de Israel. El paso de Israel a través del Mar Rojo (Éxodo 14:21) y por medio del Río Jordán (Josué 3:14-16) para cruzar a la tierra prometida. El salmista hace el llamado a ver las obras de Dios y ver como Él participa en la vida de su pueblo. Dios ve todo por sobre todas las naciones y se enseñorea sobre ellas.

8 Bendecid, pueblos, a nuestro Dios,
Y haced oír la voz de su alabanza.
9 El es quien preservó la vida a nuestra alma,
Y no permitió que nuestros pies resbalasen.
10 Porque tú nos probaste, oh Dios;
Nos ensayaste como se afina la plata.
11 Nos metiste en la red;
Pusiste sobre nuestros lomos pesada carga.
12 Hiciste cabalgar hombres sobre nuestra cabeza;
Pasamos por el fuego y por el agua,
Y nos sacaste a abundancia.

Bendecid a Jehová, es alabarle, es hacer que esa alabanza sea oída por todos en la tierra, esta es la idea que persigue el salmista (v8) y luego de ello da paso a dar testimonio de todo lo que ha hecho Dios por su pueblo. Jehová salvó a Israel de muchas pruebas, y el autor llama al pueblo a alabar a Dios por ello. Y en los versos siguientes vemos que Dios probó a Israel, pero el salmista no duda, sino que reconoce que Dios estaba en control de todo y que les saca de esas pruebas para llevarlos a abundancia.

13 Entraré en tu casa con holocaustos;
Te pagaré mis votos,
14 Que pronunciaron mis labios
Y habló mi boca, cuando estaba angustiado.
15 Holocaustos de animales engordados te ofreceré,
Con sahumerio de carneros;
Te ofreceré en sacrificio bueyes y machos cabríos. Selah

En los versículos 13 al 15 vemos como el salmista de manera particular presenta su sacrificio, según lo escrito en la ley de Moisés. El autor quiere agradecer a Jehová, a través de lo que indica su ley, ofreciendo holocaustos con el corazón alegre a Dios.

16 Venid, oíd todos los que teméis a Dios,
Y contaré lo que ha hecho a mi alma.
17 A él clamé con mi boca,
Y fue exaltado con mi lengua.
18 Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad,
El Señor no me habría escuchado.
19 Mas ciertamente me escuchó Dios;
Atendió a la voz de mi súplica.
20 Bendito sea Dios,
Que no echó de sí mi oración, ni de mí su misericordia.

El salmista canta al Jehová exaltando Su misericordia (v.9) al adorarlo en Su templo y reconoce que Dios es En la sección final del salmo (v16-20) el autor del salmo llama a todos a que conozcan lo que Jehová ha hecho en su vida (v16) a mostrar como el salmista clamó y exaltó a Dios (17-18) y afirma que Dios ciertamente le escuchó y atendió su súplica. (v19). El versículo 18 nos muestra algo importante para que esto sucediera, debe existir un corazón sin pecado oculto o no confesado (Salmo 51). El salmista termina el salmo reconociendo lo maravilloso que es que Dios atendiese a su oración, y que la respuesta de oración por parte de Dios no venía por lo que el salmista hizo o mereciera, sino como un regalo de Dios (misericordia).

Aplicaciones para la Iglesia

Después del leer el salmo debemos glorificar a Dios, esto es, le damos gloria porque lo merece. Nadie más merece la alabanza y adoración que damos. También debemos dar a Dios nuestra vida en ofrenda como parte de la adoración que lo glorifica. ¿Cuál es la ofrenda que le traemos para glorificarle? La ofrenda que traemos a Dios implica obediencia y sumisión recordando sus atributos y exaltándolo.

En segundo lugar, debemos tener presente que Dios obra en nuestra vida día a día. El salmista recordó lo que Dios hizo en el Mar Rojo y en el Rio Jordán por Israel, nosotros debemos tener presente también la obra de Dios, a través de Cristo Jesus, en nuestras vidas y las bendiciones espirituales que tenemos en Cristo.

Dios obra desde siempre, desde el primer versículo de la biblia, hasta el día de hoy. Si bien parece bien a nuestro corazón compartir las experiencias más visibles de la obra de Dios en nuestras vidas, consideremos que Él obra en mil maneras más, que muchas veces no vemos. ¿Has pensado en cuantas veces Dios está presente en tu vida?

En tercer lugar, este salmo nos abre la oportunidad de proclamar lo que Dios ha hecho alabándole en todo momento en la congregación con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones; dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo (Efesios 5:19-20) y también la oportunidad de mostrar al mundo las buenas nuevas de Cristo, Su misericordia (no darnos el castigo que merecíamos) y Su gracia en nosotros (darnos el perdón que de ninguna manera nos hemos ganado).

Y finalmente podemos ver hoy que nuestro Dios es cercano, que tenemos acceso a Él, por la obra de Cristo en la cruz, que gozamos de su gracia y misericordia y que podemos decir confiadamente: Dios, alabamos y cantamos a tu nombre

Preguntas:

  1. ¿Qué género es el salmo 66 y cuáles son sus características?
  2. ¿Cuáles son los motivos de alabanza que se observan en el Salmo 66?
  3. ¿Cuál es la frase sencilla que resume la oración del salmo?
  4. ¿Cuáles atributos de Dios ves en el salmo? Y ¿Puedes compartir cómo obra Dios hoy en tu vida a través de ellos?
  5. ¿Qué te llamó la atención de este salmo? Y ¿Cómo lo aplicas a tu vida hoy día?
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