DIOS, TÚ HAS SIDO EL REFUGIO DE MI VIDA
El salmo 71 es un lamento individual, y como todos los salmos que pertenecen a este género, el salmista comienza clamando a Dios por una situación angustiosa (vv. 1-3) pero termina declarando su confianza en Él con palabras de seguridad y alabanza (vv. 14-24). En particular, el salmo 71 parece ser la oración de un hombre anciano que está enfrentando diversos conflictos y persecuciones de parte de sus enemigos. Sin embargo, a pesar de las persecuciones de las que es objeto, las enfermedades que ha sufrido, y las adversidades que ha tenido que enfrentar a lo largo de su vida, la confianza y seguridad que tiene en el Señor permanecen inamovibles. De acuerdo con ello, el tema principal que comunica este poema es la creciente confianza que el salmista ha depositado en Dios a lo largo de su vida, lo que en una frase sencilla se puede resumir en la siguiente oración: “Dios, tú has sido el refugio de mi vida”
EXPLICACIÓN DEL SALMO
1 En ti, oh Jehová, me he refugiado;
No sea yo avergonzado jamás.
2 Socórreme y líbrame en tu justicia;
Inclina tu oído y sálvame.
3 Sé para mí una roca de refugio, adonde recurra yo continuamente.
Tú has dado mandamiento para salvarme,
Porque tú eres mi roca y mi fortaleza.
4 Dios mío, líbrame de la mano del impío,
De la mano del perverso y violento.
5 Porque tú, oh Señor Jehová, eres mi esperanza,
Seguridad mía desde mi juventud.
6 En ti he sido sustentado desde el vientre;
De las entrañas de mi madre tú fuiste el que me sacó;
De ti será siempre mi alabanza.
7 Como prodigio he sido a muchos,
Y tú mi refugio fuerte.
8 Sea llena mi boca de tu alabanza,
De tu gloria todo el día.
9 No me deseches en el tiempo de la vejez;
Cuando mi fuerza se acabare, no me desampares.
10 Porque mis enemigos hablan de mí,
Y los que acechan mi alma consultaron juntamente,
11 Diciendo: Dios lo ha desamparado;
Perseguidle y tomadle, porque no hay quien le libre.
12 Oh Dios, no te alejes de mí;
Dios mío, acude pronto en mi socorro.
13 Sean avergonzados, perezcan los adversarios de mi alma;
Sean cubiertos de vergüenza y de confusión los que mi mal buscan.
En la primera parte del salmo 71, y específicamente en los versículos 1 al 13, el salmista presenta varias peticiones a Dios; tales como: “Socórreme y líbrame en tu justicia” (v.2a), “inclina tu oído y sálvame” (v.2b), “Sé para mí una roca de refugio” (v.3), “líbrame de la mano del impío” (v.4), “no me deseches en el tiempo de la vejez” (v.9a), “no me desampares” (v.9b), “no te alejes de mí” (v.12a), “Dios mío, acude pronto a mi socorro” (v.12b), “sean avergonzados y perezcan los adversarios de mi alma” (v.13a) y “sean cubiertos de vergüenza y de confusión los que mi mal buscan” (v.13b). Tales peticiones indican que el salmista estaba viviendo un periodo de prueba, de angustia y de persecución. Sin embargo, a la vez que presenta al Señor su clamor y auxilio, el autor de este salmo también afirma que en Dios está su confianza y, por tanto, reconoce que la razón por la cual acude a Dios en oración se debe a que Él ha sido su refugio y lo seguirá siendo. Y es más, tan confiado está el salmista en Dios y tan seguro se siente en Él que, antes o después de cada petición, justifica su clamor diciendo que Jehová ha sido y sigue siendo su refugio (v.1), o su roca (v.3c), o su fortaleza (v.3c), o su esperanza (v.5a), o su seguridad (v.5b), o su refugio fuerte (v.7). Lo cual, le da suficiente ánimo para confiar en el Señor, esperar en el Señor, y alabar el nombre del Señor a medida que llega la pronta respuesta a sus peticiones.
14 Mas yo esperaré siempre,
Y te alabaré más y más.
15 Mi boca publicará tu justicia
Y tus hechos de salvación todo el día,
Aunque no sé su número.
16 Vendré a los hechos poderosos de Jehová el Señor;
Haré memoria de tu justicia, de la tuya sola.
17 Oh Dios, me enseñaste desde mi juventud,
Y hasta ahora he manifestado tus maravillas.
18 Aun en la vejez y las canas, oh Dios, no me desampares,
Hasta que anuncie tu poder a la posteridad,
Y tu potencia a todos los que han de venir,
19 Y tu justicia, oh Dios, hasta lo excelso.
Tú has hecho grandes cosas;
Oh Dios, ¿quién como tú?
20 Tú, que me has hecho ver muchas angustias y males,
Volverás a darme vida,
Y de nuevo me levantarás de los abismos de la tierra.
21 Aumentarás mi grandeza,
Y volverás a consolarme.
22 Asimismo yo te alabaré con instrumento de salterio,
Oh Dios mío; tu verdad cantaré a ti en el arpa,
Oh Santo de Israel.
23 Mis labios se alegrarán cuando cante a ti,
Y mi alma, la cual redimiste.
24 Mi lengua hablará también de tu justicia todo el día;
Por cuanto han sido avergonzados, porque han sido confundidos los que mi mal procuraban.
La segunda parte del salmo, y específicamente los versículos 14 al 24, comienzan con un cambio en la actitud (y las peticiones) del salmista frente a sus dificultades. “Más yo…” (v.14) dice el autor. Una expresión con la cual marca el contraste de lo que dijo antes y de lo que dirá a continuación. Y una expresión con la cual inicia una nueva sección en su oración donde, habiendo dejado en las manos de Dios las peticiones que causaban su aflicción, ahora se centra en su deseo (y promesa) de alabar a Dios, publicar Su justicia, manifestar Sus maravillas, anunciar Su poder, cantar con instrumentos a Su nombre, y hablar todo el día de Su justicia que es perfecta. Y de hecho, si bien en el verso 18 el salmista vuelve a introducir una petición a Dios muy parecida a la que ya había presentado en el versículo 9 (cp. “no me desampares”), la diferencia es que ahora su deseo no tiene directa relación con la preservación de su vida por causa de sus enemigos, sino que con su deseo de vivir más para anunciar el poder de Dios y la potencia de su fuerza a los que han de venir. Lo cual es una muestra de que el autor de esta oración estaba seguro de que Dios obraría en su vida e intervendría en la vida de sus enemigos, y por tanto, ya no vuelve a pensar más en ellos, sino que ahora le basta concentrarse en cómo alabaría a Dios y en cómo anunciaría a los hombres sobre la justicia de Dios, cuando Dios avergüence y confunda a los que procuran su mal.
Finalmente, no debemos pasar por alto que a lo largo del todo el salmo 71 encontramos notables similitudes con otras oraciones y canciones dentro del Libro de los Salmos. Por ejemplo, vemos términos y frases muy parecidas con los salmos 3:2; 22:9-10; 25:2-3; 31:1-2; 35:4, 10, 28; 40:5, 14; 61:3, entre varios otros salmos. Lo cual nos deja ver la cercanía, el acceso, y hasta la práctica que tenía el autor del salmo 71 de consultar, memorizar, y orar otros salmos que tenía a su disposición a medida que crecía físicamente respecto a su edad, y crecía espiritualmente respecto a su relación con Dios.
Salmo 71: “Dios, tú has sido el refugio de mi vida”.

APLICACIONES DEL SALMO
Ahora bien, ¿cómo podemos aplicar este salmo a nuestras vidas?
En primer lugar, la oración del salmo 71 nos recuerda la importancia de crecer el conocimiento de Dios a lo largo de nuestras vidas por medio de las Escrituras.
Como se ha señalado en este estudio, el autor de este salmo, quién era probablemente de edad avanzada, conoció a Dios y confío en Él a lo largo de su vida. De hecho, en el versículo 5 el salmista mencionó que Jehová era su esperanza y seguridad desde la juventud, y que Su soberanía y poder le llevó a reconocer que fue Él quien le estaba guardando desde su nacimiento hasta lo más avanzado de sus días (v. 5 cp. v. 17-18). Palabras que nos lleva a concluir que el conocimiento (intelectual y experimental) que tenía el salmista sobre quién es Dios no fue algo de un momento solamente, sino que fue algo de toda una vida; un conocimiento creciente y dinámico que se alimentó a través de los años por medio de la experiencia y de Biblia. ¿De la Biblia? Sí, de la Biblia. ¿Recuerdan que hace un momento dijimos que el salmo 71 tiene muchas similitudes con otros salmos? Bien, hermanos, esto no fue casualidad. Es seguro que el salmista conoció a Dios y siguió conociendo a Dios a través de los salmos (y seguramente también por medio de la ley y los escritos de los profetas), lo cual explica la gran cantidad de similitudes que su oración tiene respecto a los otros poemas del libro de los salmos. Por ende, hermanos, esto también representa para nosotros un desafió muy práctico, y que es crecer en nuestro conocimiento de Dios a lo largo de nuestras vidas por medio del estudio de los salmos. Y, hermanos, gracias a Dios que hemos podido estar estudiando este libro durante estos años, y debería ser nuestras oración y deseo seguir haciéndolo a lo largo de nuestras vidas, porque es por medio de este libro; y a la verdad, es a través de toda la Biblia que Dios da a conocer (de manera especial) más de Su carácter y de Sus perfectos atributos a nuestras vidas.
En segundo lugar, la oración del salmo 71 nos recuerda la importancia de dejar sobre Dios nuestras cargas, descansar en Él, y enfocarnos en nuestro deber.
Como pudimos ver, a partir del versículos 14 hasta el final de su oración, el salmista cambia el enfoque de su palabras, de modo que, pasa de los clamores a causa de sus enemigos a las promesas de alabanzas por el poder y la justicia de Dios. Hermanos, tal vez es bueno reconocer que muchas veces nosotros no avanzamos mucho más allá de los clamores a causa de las circunstancias. Tal vez es bueno reconocer que muchas veces nosotros nos quedamos empantanados en la etapa de la desesperación, y dejamos de hacer lo que es nuestro deber como hijos de Dios. Y como esto es así, creo que es muy oportuno recordar junto con la oración de este salmo que orar a Dios pidiendo que obre en una situación en particular, también implica descansar en Su obra, esperar en Sus tiempos, y seguir haciendo lo que como cristianos hemos sido instruidos a hacer. En el caso del salmista, él sabía que, después de haber encomendado su causa al Señor, lo que debía hacer era publicar las maravillas de Dios. En nuestro caso, los cristianos sabemos que, después de encomendar nuestras causas a Dios, nuestro deber, independientemente de las circunstancias, es hacer discípulos de Jesucristo.
Y, en tercer lugar, la oración del salmo 71 nos recuerda que, para los que conocen y confían en el Señor, la vejez no debe ser un sinónimo de debilidad espiritual sino de mayor confianza en Él.
Como ya se ha dicho en varias ocasiones, las evidencias dentro del salmo apuntan a que el autor era un hombre de edad avanzada (vv. 5, 9, 17-18). Y, a sí mismos, hay muchas evidencias dentro del salmo que indican que, a pesar del tiempo, el salmista seguía confiando en Dios y fortaleciéndose en Él. En el nuevo testamento el apóstol Pablo les recuerda a sus hermanos en Corinto algo muy parecido, y les dice: “aunque el hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día” (2Cor. 4:16). Hermanos, el salmista podía ser anciano, débil y con muchos problemas, no obstante, su confianza en Dios permanecía intacta y creciendo. Así mismo, hermanos, oremos y deseemos ser fortalecidos en el hombre interior (Ef. 3:16; Col. 1:11) para conocer y confiar en el Señor cada día más, y cada vez más. A fin de poder decir el día de hoy, y hasta el final de nuestros días: “Dios, tú has sido el refugio de mi vida”.
PREGUNTAS DE REPASO
- ¿Qué evidencias dentro del texto nos ayudan a considerar el salmo 71 como un lamento individual?
- ¿Cuál es la frase sencilla que resume el tema del salmo 71?
- Como se dijo en el estudio, el salmo 71 tiene varias frases e ideas que se repiten en otros salmos (varios ya estudiados) ¿Puedes citar algunos ejemplos de esas frases y su relación con otros salmos de la Biblia?
- Pensando en las aplicaciones propuestas en este estudio, ¿te es difícil entregar tus cargas a Dios, descansar en Él, y seguir adelante obedeciendo a Dios? ¿Por qué crees que a veces los cristianos nos quedamos empantanados en una situación de la vida y nos cuenta salir de allí?
- ¿Qué dice Jesús acerca de dejar nuestras cargas sobre Él? ¿Le crees a Jesús? ¿Puedes dar un ejemplo de tu vida en que haber orado al Señor y dejado sobre él tu petición (carga) te dio descanso y ánimo para seguir adelante, a pesar de las circunstancias adversas?
- ¿Es tu deseo que, a medida que creces y envejeces, tu relación con Dios crezca y se fortalezca? ¿Qué cosas prácticas haces para que aquello suceda? ¿Qué cosas deberías hacer para que tu relación con Dios crezca y se fortalezca?
- ¿Qué otras aplicaciones podemos sacar de este salmo para nuestras vidas?