Orando los salmos: Salmo 72

Dios, despliega tu justicia por medio del Rey Justo

El salmo 72 es un salmo real. Los salmos reales son oraciones (o canciones) que tiene como argumento predominante la figura del Rey divino (Dios), y el rey teocrático (los reyes ungidos del linaje de David). En este salmo, en particular, el autor pide a Dios (al rey divino) que le conceda al rey de Israel (al rey teocrático) la capacidad de aplicar Su justicia en el pueblo con el propósito de traer paz. Es probable que el contexto inicial de la oración del salmo 72 haya sido la ceremonia de entronización de Salomón como rey de Israel (ver título “para Salomón” y cp. 1Re. 2:1-4). Sin embargo, a la vez que la oración de este salmo expresa muy bien el deseo del salmista hacia el gobierno teocrático que se inaugura, también expresa muy bien las expectativas y el deseo escatológico del establecimiento del reino perfecto del Mesías; es decir, el rey prometido del linaje de David que vendría a establecer justicia divina y paz en medio de la tierra (cp. 2S. 23:3-4; Is. 11:1-5; 61-62). Pensando en todo ello, en una frase sencilla, el tema central de este salmo se puede resumir en la siguiente oración: Dios, despliega tu justicia por medio del Rey Justo”.          

EXPLICACIÓN DEL SALMO

1 Oh Dios, da tus juicios al rey,
Y tu justicia al hijo del rey.
2 El juzgará a tu pueblo con justicia,
Y a tus afligidos con juicio.
3 Los montes llevarán paz al pueblo,
Y los collados justicia.
4 Juzgará a los afligidos del pueblo,
Salvará a los hijos del menesteroso,
Y aplastará al opresor.

El salmo 72 comienza con el salmista pidiendo a Dios que capacite al rey con sentido de equidad y rectitud para que pueda responder adecuadamente a los clamores de justicia y salvación que tienen las personas afligidas y necesitadas. Con esta petición, el salmista expone que sus expectativas son que, en la medida que el rey actúe con forme a la justicia de Dios, los afligidos serán escuchados (v.2), paz será traída al pueblo (v.3), los necesitados serán salvados, y los opresores serán juzgados (o “aplastados”) (v.4).  

5 Te temerán mientras duren el sol
Y la luna, de generación en generación.
6 Descenderá como la lluvia sobre la hierba cortada;
Como el rocío que destila sobre la tierra.
7 Florecerá en sus días justicia,
Y muchedumbre de paz, hasta que no haya luna.

La oración del salmo 72 continúa con el salmista reconociendo con figuras muy poéticas que cuando el rey de Israel obre conforme a la justicia de Dios, tanto su persona, su gobierno y su actuar, serán respetables (cp. “te temerán”), agradables (cp. “descenderá como la lluvia sobre la hierba cortada, como el rocío que destila sobre la tierra”), prósperos (cp. “florecerá en sus días justicia y muchedumbre de paz”) y duraderos (cp. “mientras duren el sol”, “de generación en generación” y “hasta que no haya luna”).    

8 Dominará de mar a mar,
Y desde el río hasta los confines de la tierra.
9 Ante él se postrarán los moradores del desierto,
Y sus enemigos lamerán el polvo.
10 Los reyes de Tarsis y de las costas traerán presentes;
Los reyes de Sabá y de Seba ofrecerán dones.
11 Todos los reyes se postrarán delante de él;
Todas las naciones le servirán.

El salmo 72 continua con el salmista afirmando que el reconocimiento de la autoridad, rectitud y equidad del rey que obra conforme la justicia de Dios traspasa los límites nacionales e internos del pueblo hasta tener implicaciones internacionales importantes. “Dominará de mar a mar y… hasta los confines de la tierra; Todos los reyes se postrarán delante de él; Todas las naciones le servirán” dice el salmista. En otras palabras, el reinado del rey justo será tan próspero y exitoso que las naciones del mundo sucumbirán ante él, y quienes se levantaron en contra el rey serán humillados y sometidos a su gobierno justo. 

12 Porque él librará al menesteroso que clamare,
Y al afligido que no tuviere quien le socorra.
13 Tendrá misericordia del pobre y del menesteroso,
Y salvará la vida de los pobres.
14 De engaño y de violencia redimirá sus almas,
Y la sangre de ellos será preciosa ante sus ojos.

En los versículos 12 al 14 del salmo 72, el salmista retoma uno de los temas del cual tiene notable interés; a saber, la implantación de la justicia para el apoyo de las personas necesitadas, afligidas y pobres. Como parte del trasfondo de esta oración, el autor de este salmo sabe que rey de la teocracia tiene un rol importante en la aplicación de la justicia en medio del pueblo. Sin embargo, el salmista también sabe que la verdadera justicia solo llegará en la medida que el rey actúe conforme a la justicia que es de Dios; y por tanto, ora en esta dirección y confía en que el rey justo hará que el menesteroso sea escuchado, que el afligido sea socorrido, que el pobre alcance misericordia, y que todos ellos sean librados de la muerte, del engaño, y de la violencia; debido a que no son ya más un grupo ignorado y despreciables; porque, en las palabras del salmista, “la sangre de ellos será preciosa” (v.14) ante los ojos del rey justo.     

15 Vivirá, y se le dará del oro de Sabá,
Y se orará por él continuamente;
Todo el día se le bendecirá.
16 Será echado un puñado de grano en la tierra, en las cumbres de los montes;
Su fruto hará ruido como el Líbano,
Y los de la ciudad florecerán como la hierba de la tierra.
17 Será su nombre para siempre,
Se perpetuará su nombre mientras dure el sol.
Benditas serán en él todas las naciones;
Lo llamarán bienaventurado.

En los versículos 15 al 17 el autor de este salmo nuevamente destaca el reconocimiento que recibirá el rey justo en los diversos ámbitos de su vida. En el verso 15 el salmista dice que obtendrá tributos de otros pueblo, así como también será el motivo de la oración (“se orará por él continuamente”) y el objeto la bendición de su pueblo (“todo el día se le bendecirá”). Además, en el versículo 16 el salmista dice que el rey disfrutará de la prosperidad y fertilidad de la tierra, y luego, en el verso 17, dice que su nombre será reconocido para siempre. Sin embargo, el salmista sabe que tales bendiciones no solo tendrán beneficios para el rey justo, sino que éstas alcanzarán también a todas las naciones y todas ellas serán benditas en él, lo que, finalmente, impulsará a toda la gente de los pueblos a reconocerle como bienaventurado.

18 Bendito Jehová Dios, el Dios de Israel,
El único que hace maravillas.
19 Bendito su nombre glorioso para siempre,
Y toda la tierra sea llena de su gloria.
Amén y Amén.

20Aquí terminan las oraciones de David, hijo de Isaí.

Finalmente, es probable que los versículos 18 al 20 que han sido leídos no formen parte original de la oración del salmo 72 sino que sean, más bien, unas palabras de conclusión que se añadieron para terminar la compilación del segundo libro de los salmos (los salmos 42-72). Como es sabido, hay cinco “libros de los salmos” dentro del Libro de los Salmos (Libro I: Salmos 1-41; Libro II: Salmos 42-72; Libro III Salmos 73-89; Libro IV: Salmos 90-106; Libro V: Salmos 107-150) y todos ellos finalizan con una bendición alabando a Dios.  Sin embargo, si nos es posible establecer algún tipo de conexión con la oración del salmo 72, podríamos decir que las dos bendiciones señalas en los versículos 18 y 19 resultan ser una muy buena conclusión a la oración del salmista, ya que ellas terminan por reconocer que solo Dios es digno de recibir toda la gloria por lo siglos de los siglos; ya que solo la justicia de Dios es capaz de desplegar verdadera justicia en medio de su Pueblo y en toda la tierra. Y a la verdad, Dios es glorificado no solo por su perfecta justicia, sino que además es bendito porque Él es el único que hace maravillas, el único que tiene un Nombre que es para siempre, y el único que es capaz de llenar la tierra con su Gloria. Amén y Amén.     

APLICACIONES DEL SALMO

Ahora bien, ¿Cómo podemos aplicar el tema principal de este salmo a nuestras vidas?

Tal vez es bueno comenzar recordando que hoy en día no hay hombre que reine en Israel ni un hijo de David que esté ocupando su derecho al trono sobre aquella nación, por tanto, como cristianos no debemos orar este salmo de la misma manera que lo oró originalmente el salmista (pidiendo a Dios por un reinado justo y próspero) sino que, más bien, debemos aplicar esta oración pensando en el futuro reino que será establecido cuando Jesús, el hijo de David, regrese a este mundo para ocupar su lugar en el trono de Israel y traer verdadera justicia y paz a las naciones.  

Hermanos, tal como leemos en Las Escrituras, Jesús prometió regresar a este mundo; pero al volver, no lo hará como lo hizo la primera vez; como un alguien que viene a servir y dar su vida por muchos, sino que lo hará con poder y gran gloria; tal como un rey poderoso que viene a conquistar y establecer su reino de justicia y equidad entre las naciones (léase Mt. 16:27; Mt. 24:30). Leemos, por ejemplo, en Apocalipsis 19:11-16, lo siguiente: “11Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. 12Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. 13Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. 14Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. 15De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. 16Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.

Hermanos, este que se llama “Fiel y Verdadero”, y que “con justicia juzga y pelea”; este que se llama “el Verbo de Dios”; y este “Rey de reyes y Señor de señores” del cual leemos en estos versos, es Jesucristo. Y es en Él que se cumple perfectamente cada una de las peticiones y deseos la oración del salmo 72. Solo Jesucristo es quién puede reinar con perfecta rectitud y juicio justo, porque Él es Dios; y, por tanto, Su justicia es la Justicia de Dios. Y lo maravilloso de todo esto, hermanos, es que nosotros, los creyentes, tenemos una relación personal, cercana, única con Él. Los creyentes hemos sido unidos Jesucristo con una unión inquebrantable; de modo que, Él es nuestro Señor, nuestro salvador, nuestro Dios, nuestro Rey, y nos ha prometido que un día seremos reunidos con Él y estaremos físicamente con Él para siempre (léase Fil. 3:20; 1Ts. 4.16; Jn. 14:1-3). Por ende, hermanos, nuestro desafío al momento de aplicar el tema de este salmo a nuestras vidas queda reducido a, al menos, tres ideas: En primer lugar, anhelar el regreso de Jesucristo (Fil. 3:20; Ap. 22:20). En segundo lugar, vivir a la espera del regreso de Jesucristo (Col. 3:1-4). Y, en tercer lugar, orar por el regreso de Jesucristo (Mt. 6.10); por que Él, y solo Él, es el Rey Justo, el Rey de gloria, y en quién toda la justicia de Dios se exhibe y se aplica perfectamente.

Salmo 72: Dios, despliega tu justicia por medio del Rey Justo”.  


                  

PREGUNTAS DE REPASO

  1. ¿Qué evidencias dentro del texto nos ayudan a considerar el salmo 72 como un «Salmo Real»?
  2. ¿Cuál es la frase sencilla que resume el tema del salmo 72?
  3. ¿Cuáles son las expectativas del salmista respecto al rey teocrático que obra de acuerdo con la justicia de Dios?
  4. ¿Podemos orar literalmente esta oración así como el contexto original del salmista? ¿Por qué?
  5. ¿Cómo se relaciona la oración del salmo 72 con Jesucristo?
  6. ¿Cuál de las aplicaciones propuestas te llamó más la atención? ¿Piensas en ellas regularmente?
  7. ¿Qué otras aplicaciones podemos sacar para nuestras vidas esta semana?
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