Los Deberes Regulares de la iglesia local: el ministerio de la Palabra

¿Qué debe hacer una iglesia local de forma regular para ser fiel a Cristo? Hay miles de actividades en que la iglesia se puede involucrar, pero ¿cuáles son imprescindibles? Esta breve serie pretende examinar lo que nuestra iglesia local debe hacer regularmente según el Nuevo Testamento, usando como patrón Hechos 2:42.

Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, 
en la comunión unos con otros,
en el partimiento del pan y en las oraciones.
  • El ministerio de la Palabra: la lectura bíblica, la enseñanza y las canciones
  • La comunión de los santos: el discipulado bíblico
  • La oración: por el avance del evangelio
  • Las ordenanzas: la Cena del Señor y el bautismo

El Ministerio de la Palabra

La primera ocupación en que perseveraba la iglesia en Hechos 2:42 fue la doctrina de los apóstoles, o sea, la enseñanza de los apóstoles. Tenemos en el Nuevo Testamento el registro escrito de la enseñanza de los apóstoles, y, de hecho, 2ª Timoteo 3:16 nos asegura que “toda la Escritura es inspirada por Dios, y por eso, es útil para enseñar”. En nuestra iglesia, hay tres formas en que perseveramos en el ministerio de la Palabra de forma continua: la lectura bíblica, la enseñanza bíblica y nuestras canciones y alabanzas.

La lectura bíblica

Pablo manda a Timoteo que se ocupe en la lectura (1ª Timoteo 4:13). Esta lectura se refiere a la lectura pública de las Escrituras durante los cultos de la iglesia en Éfeso (cp. 1ª Timoteo 3:15). Solo la Biblia nos puede hacer sabios para la salvación por la fe en Jesús (2ª Timoteo 3:15), y solo la Biblia es la leche espiritual que debemos desear como los niños que desean la leche, para que crezcamos espiritualmente (1ª Pedro 2:2). La iglesia debe leer las Escrituras de manera regular y constante.

La enseñanza bíblica

La forma más obvia del ministerio de la Palabra en los cultos de la iglesia es la enseñanza bíblica, en lo que debemos ocuparnos (1ª Timoteo 4:13). La fuente de nuestra enseñanza son las Escrituras, porque son útiles para enseñar (2ª Timoteo 3:16), y todo lo que hablamos en la iglesia debe estar de acuerdo con esta sana enseñanza (Tito 2:1) y no recibir a alguien que venga con otra doctrina (2ª Juan 10). La meta de la enseñanza bíblica es “presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre” (Colosenses 1:28), y la enseñanza debe ser el trabajo principal de los ancianos de la iglesia (1ª Timoteo 5:17). La iglesia debe enseñar las Escrituras de manera regular y constante.

Las canciones y alabanzas

Una forma del ministerio de la Palabra que muchas veces pasamos por alto es nuestro canto. Colosenses 3:16 nos instruye que la Palabra debe morar en abundancia en nosotros, a fin de que estemos enseñándonos y exhortándonos unos a otros en la sabiduría de las Escrituras. Hay muchas maneras de enseñar y exhortar, pero Pablo destaca que podemos cantar “con salmos e himnos y cánticos espirituales” para instruir a nuestros hermanos. Por eso, la música en la iglesia se radica en la Palabra de Dios y es una manera en que todo miembro enseñe a los demás, con el resultado de que resuenen gratitudes al Señor.

Por eso, la Palabra de Dios debe ser el centro cada vez que la iglesia se congregue, porque leemos la Palabra, enseñamos la Palabra y cantamos la Palabra de Dios.

¿Cómo debemos responder al ministerio de la Palabra?

Frente a la lectura bíblica, debemos participar, buscar entender y hacer preguntas cuando no la entendemos, porque una lectura sin entendimiento no vale la pena.

Frente a la enseñanza bíblica, debemos escucharla bien, debemos hacer preguntas para aclarar y entender mejor, y sobre todo debemos hacer aplicación personal a nuestras vidas. Si escuchamos la enseñanza bíblica sin responder en obediencia, somos como uno que se mira el rostro en un espejo, pero después de mirarse, se va y se olvida en seguida de cómo es (Santiago 1:23–24).

En relación a las canciones y alabanzas, debemos cantar fuerte y con gozo, siempre meditando en la letra que cantamos, y debemos ver nuestro canto como una manera de servir a nuestros hermanos, edificándoles y enseñándoles a través de la Palabra.

Preguntas de repaso y reflexión

  1. Según Hechos 2:42, ¿cuáles son los cuatro deberes regulares de la iglesia?
  2. ¿Qué quiere decir la palabra doctrina?
  3. ¿Cuáles son las tres formas del ministerio de la Palabra que podemos realizar?
  4. ¿Cuál es la meta de toda enseñanza en la iglesia local?
  5. ¿Quién debe enseñar la Palabra de Dios dentro de la iglesia local? Justifica tu respuesta con una cita bíblica.
  6. ¿Cuáles son los tres propósitos de cantar en la iglesia local?
  7. ¿Cuál es la frase que resume el ministerio de la Palabra en la iglesia local?
  8. Dentro de las respuestas al ministerio de la Palabra, ¿cuál te llamó la atención?
  9. ¿Cómo cumplimos actualmente el deber del ministerio de la Palabra de forma regular en nuestra iglesia?
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