La gracia de Dios en la salvación: La conversión de Pablo

La gracia de Dios en la salvación

Hoy vamos a comenzar una nueva sección (o una nueva instancia de discipulado) dentro de las reuniones de oración de este año. La idea es que durante de este año ocupemos varios miércoles para compartir y escuchar las distintas experiencias que han hecho evidente que la gracia de Dios nos alcanzó y nos salvó por medio de la fe en Jesucristo. Nuestro deseo es que podemos mirar con especial atención la gracia de Dios operada en nuestro ser al darnos vida cuando estábamos muertos en delitos pecados.   

¿QUÉ ES LA GRACIA DE DIOS?

Así que, cuando hablamos de “la gracia de Dios en la salvación”, estamos diciendo que la salvación que Dios extiende a los hombres no la otorga por algo que los hombres hayan hecho ni porque los hombres se la hayan ganado, sino que Dios la extiende porque quiere hacer notorio Su gran amor y misericordia hacia personas que no la merecen. En otras palabras, la salvación es por gracia porque el perdón y la salvación que Dios extiende a los hombres no la merecen. Por el contrario, el hombre pecador merece el castigo eterno por causa de sus rebeliones. Sin embargo, Dios hace notorias las riquezas de su gran bondad y amor, exhibiendo Su gracia al momento de perdonar y dar vida a pecadores como tú y como yo. 

LA GRACIA DE DIOS EN LA SALVACIÓN – LA CONVERSIÓN DE SAULO

Para comenzar a ver con claridad la gracia de Dios, quisiera hermanos invitarlos a ver en las Escrituras, cómo fue que la gracia de Dios se exhibió al salvar a un hombre llamado Saulo de Tarso, o también conocido como Pablo.

Como hemos dicho antes, la gracia de Dios se puede definir como “Dios haciendo por el hombre lo que el hombre no se merece”. Y así mismo, lo que el hombre muchas veces ni siquiera está buscando. Sin embargo, también hemos dichos que Dios es libre y soberano para mostrar Su amor y bondad a quién Él quiere, independiente de quién sea y lo que haga. Y en el caso de Saulo, Dios mostró Su gracia aquel día en camino a Damasco y no le dio a Saulo lo que él merecía por causa de su persecución a la iglesia de Cristo, sino que se reveló a él y le hizo entender y creer que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y que la iglesia a quién él estaba persiguiendo, es su cuerpo.

A partir de ese día camino a Damasco, Saulo paso de ser perseguidor de la iglesia a discípulo de Jesucristo… Y eso fue posible solo por la gracia de Dios. La conversión de Saulo fue solo por gracia. Dios hizo por Saulo lo que él no merecía. Dios le extendió perdón y vida cuando Saulo lo único que hacia era respirar amenazas y muerte. Saulo alcanzó la salvación solo por la gracia de Dios. Y entendiendo esta misma verdad, Pablo escribió a lo Efesios en el capítulo 2 de su carta diciendo:


PREGUNTAS DE REFLEXIÓN

Para finalizar, quiero compartir algunas preguntas que nos ayudarán a meditar en la gracia de Dios en nuestra salvación:

  1. ¿Qué estabas haciendo antes de conocer a Jesucristo?
  2. ¿Cómo te relacionabas con las verdades del evangelio (persona y obra de Jesús)?
  3. ¿Recuerdas el momento cuándo la verdad del evangelio te confrontó por primera vez? Si no, ¿Cuál es tu primer recuerdo de verte confrontado a la verdad del Evangelio? ¿Cuándo fue? ¿Qué pasó ese día? ¿Cómo reaccionaste la primera vez que fuiste confrontado a la verdad del evangelio?
  4. ¿De qué manera cambió tu vida al creer la verdad del evangelio? ¿Cuáles fueron los primeros cambios?
  5. ¿Cuál es tu relación actual con las verdades del evangelio?
  6. ¿Cuál es tu esperanza futura respecto a las verdades que ves en el evangelio?  
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