Una Iglesia Establecida a Una Iglesia que Reproduce: Confianza y Obediencia

Por la gracia de Dios, la Iglesia Berea es una iglesia establecida con membresía y liderazgo. ¿Ahora qué? ¿Cómo avanzamos? ¿Cuál es el próximo paso para nuestra iglesia? Bueno, la gran comisión que nos dio Jesucristo (Mateo 28) es hacer discípulos. La Iglesia Berea se inició porque hermanos y hermanas en Cristo tomaron en serio esta gran comisión. A Dios sea toda la gloria. Esta mañana, me gustaría continuar con nuestra serie titulada Una Iglesia Establecida a Una Iglesia que Reproduce.”

Las misiones no son una opción para la iglesia Berea; son un mandamiento. Hacer discípulos, es la misión de la iglesia entera. “Hacer discípulos” en todo lugar, en donde sea que se esté, que el evangelio de Jesucristo sea proclamado.

En la primera parte la semana pasada, dije que cada uno de nosotros en la Iglesia Berea debería participar intencionalmente en misiones a través de nuestra iglesia Berea debido a una pasión por la gloria de Dios.

¿Qué es la gloria de Dios? La gloria de Dios es la manifestación de su infinita grandeza, esplendor, valor, y santidad. Los discípulos verdaderos de Jesucristo no descansarán hasta que Dios reciba toda la gloria que Él merece de toda tribu, lengua, pueblo, y nación.

Una segunda motivación para que cada uno de nosotros en la Iglesia Berea participe intencionalmente en misiones a través de nuestra iglesia local es debido a una compasión por los perdidos. Los discípulos cautivados por la gloria de Dios muestran de manera práctica su amor por Dios en cómo aman a los demás. Un discípulo de Cristo sin un corazón por los perdidos es una anomalía.

Esta mañana, quiero compartir dos motivaciones más. Una tercera motivación para que cada uno de nosotros en la Iglesia Berea participe intencionalmente en misiones a través de nuestra iglesia local debido a una confianza en el evangelio de Jesucristo.

Jesús asegura que sus ovejas oirán su voz y se unirán al rebaño. Juan 10:16También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.” Los discípulos de Cristo pueden llamar a los pecadores al arrepentimiento confiadamente, sabiendo que todos los elegidos para vida eterna creerán Hechos 13:48Los gentiles, oyendo esto, se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor, y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna.”

Si nuestra motivación para participar en las misiones es lograr grandes cantidades de “decisiones por Cristo”, nos veremos tentados a manipular el mensaje para hacerlo más atractivo a los pecadores. Sin embargo, con confianza en el evangelio, podemos predicar fielmente a Cristo crucificado sabiendo que es el poder de Dios para salvación. Romanos 1:16Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.”

1a Cor. 2:1-5Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado. Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.”

Una confianza en el evangelio de Jesucristo asegura nuestra dependencia del Espíritu Santo. Nosotros no somos más que administradores del mensaje. Dependemos del Espíritu para guiar y efectuar nuestro evangelismo (Jn. 6:63). Como administradores, participamos con fervor en las misiones como instrumentos de gracia de Dios.

Mientras meditamos en la confianza en el Evangelio, ¿cómo se ve eso en la vida real y en las conversaciones reales con los perdidos? Permítanme recordarles las cuatro preguntas principales que responde el Evangelio.

Debemos tener confianza en el mensaje del evangelio y lo que dice acerca del Dios de la Biblia. ¿Quién es Dios?

  • Dios es nuestro Creador, quien creó todo el universo por su Palabra y para su gloria.
  • Dios es santo. En todo el universo, solo existen Dios y la creación, el Creador y las criaturas. Dios está separado de todo lo que ha creado junto con todo lo malo.
  • Dios es nuestro Juez, porque nos creó. Porque es perfectamente santo, Él tiene el derecho de juzgarnos.
  • Dios nos exige la justicia perfecta. El estándar que Dios ha puesto es obedecer perfectamente todo lo que nos ha mandado. No cumplamos con su justicia; hemos pecado contra Dios.

Debemos tener confianza en el mensaje del evangelio y lo que dice acerca de la seriedad del problema del pecado.

  • Somos pecadores porque somos hijos de Adán (Romanos 5:12; 1ª Corintios 15:22).
  • Somos pecadores que hemos violado la santidad de Dios por desobedecer Sus mandamientos (Efesios 2:1–3).
  • Porque somos pecadores nosotros merecemos la ira justa de Dios (Efesios 5:6; Romanos 1:18).
  • Porque hemos pecado contra el infinito Dios, merecemos el castigo infinito del infierno (Romanos 6:21, 23).

Debemos tener confianza en el mensaje del evangelio y lo que dice acerca de la persona y obra de Jesucristo.

  • Jesucristo es el Hijo de Dios, enviado al mundo como ser humano y vivió perfectamente (Filipenses 2:6–8).
  • Jesucristo es el Hijo de Dios, que murió en lugar de los pecadores (2ª Corintios 5:21).

Debemos tener confianza en el mensaje del evangelio y lo que dice sobre el llamado a arrepentirnos de nuestros pecados y confiar solo en Cristo.

  • Dios manda que dejemos nuestros pecados y creamos en Jesucristo (1ª Tesalonicenses 1:9; Romanos 3:21–22; Hechos 17:30–31).
  • Cuando creo en Jesús, hay un intercambio: la muerte sacrificial de Jesús cancela la paga de mi pecado, y la obediencia perfecta de Jesús está acreditada a mi cuenta (2ª Corintios 5:21).

¿Tienes confianza en el evangelio de Jesucristo? ¿Te avergüenzas del evangelio? ¿Has experimentado el poder transformador del evangelio en tu vida? ¿Crees que el evangelio puede transformar la vida de las personas? ¿Incluso las vidas de aquellos que crees que son difíciles, duras u opuestas al evangelio? Recuerdas el estudio del Ps. Andrés el miércoles pasado sobre “la gracia de Dios en la salvación” de Saulo? La gracia es el favor inmerecido de Dios hacia los hombres.

El poder del evangelio de la gracia es tan poderoso. Debemos confiar en el evangelio. No importa si estamos sentados en la cama de nuestros hijos compartiendo el evangelio o si un misionero comparte las buenas nuevas en un pueblo de Asia. Es el mismo evangelio y tiene el mismo poder para transformar vidas. El evangelio puede transformar la vida de tu vecino, tu jefe, nuestro presidente del Estado o una persona en la calle.  

Una cuarta motivación para que cada uno de nosotros en la Iglesia Berea participe intencionalmente en misiones a través de nuestra iglesia local es debido a una obediencia a la Palabra de Dios.

Todo cristiano en la historia vino a la fe a través del evangelio, la palabra de verdad. Dios ha dispuesto su Palabra como el instrumento para convertir, santificar, y producir fruto en nosotros (Col. 1:3-6). Es decir, la Palabra de Dios da fruto cuando es recibida por fe y empoderada por el Espíritu. El evangelio transforma nuestras vidas de tal manera que la obediencia a los mandatos de la Escrituras se vuelve inevitable y natural.

Un verdadero encuentro con Cristo produce obediencia radical. Esta es la evidencia de nuestra conversión (1a Juan 2:3). Esta obediencia incluye nuestro llamado a vivir como sal y luz resplandeciendo en el mundo, llevando a otros a la adoración a Dios (Mt. 5:13-16). Nuestra responsabilidad y privilegio como discípulos de Cristo es proclamar las misericordias y excelencias de Dios a las naciones al vivir de una manera digna del evangelio (1a Pedro 2:9-12). Estamos llamados a orar por el avance del evangelio (Col. 4:2-3).

Quizás, esto es muy básico, pero la tendencia, mis hermanos, es que no estamos participando en la gran comisión por que no estamos obedeciendo al mandamiento de Cristo. ¿Cuál fue el mandamiento de Cristo? ¿Qué dijo Jesús sobre la gran comisión? Vamos a recordar los cinco pasajes sobre la gran comisión. En cada uno de los pasajes podemos ver una dinámica diferente o un enfoque distinto.

Mateo 28:18-20 – La Estrategia de Nuestra Misión (o Ministerio)

Primero, podemos ver Su Poder Ilimitado – “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.”

Segundo, podemos ver Su Programa Infalible – “haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado” Fíjense bien en el programa de Cristo que nunca va a fallar.

Evangelismo – compartiendo las Buenas Nuevas (o el Evangelio de Jesucristo)

Bautizando – “en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo

Catequismo (o enseñando doctrina) “enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado.

Tercero, podemos ver Su Presencia Interminable – “he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” Estos tres puntos de la estrategia de Dios deberían ser de mucho ánimo para nosotros. Deberían animar a discípulos de Cristo, pastores y misioneros que han dado su vida a la obra de Dios.

En el mandamiento de Cristo sobre la Gran Comisión, no hay lugar para dudas, desacuerdos, ni discusiones por nuestra parte. Si Cristo lo mandó, entonces deberíamos involucrarnos intencionalmente en la gran comisión. No hacerlo es un acto egoísta de desobediencia y apatía.

Marcos 16:15 – El Alcance de Nuestro Campo Misionero Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.” Este versículo está animándonos a trabajar y participar en la Gran Comisión no solamente acá en Antofagasta, pero hasta el fin del mundo.

Lucas 24:46-47 – El Contenido de Nuestro Mensaje – ¿Cuál es el contenido del mensaje del Evangelio de Jesucristo? “Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.”

Juan 20:31 – La Fuente de Nuestro MandatoPero éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.”

Hechos 1:8 – Hay un texto más en el libro de Hechos que nos enseña sobre la gran comisión. “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.” Observen al menos tres conceptos importantes en este versículo.

El Poder – “pero recibiréis poder”.

Es muy Personal – Tres veces en este versículo enfatiza que la Gran Comisión es muy personal. “Ustedes recibiréis” … ”sobre vosotros”…”me seréis testigos” Esto NO ES la tarea solamente para su pastor o anciano o alguien más en la iglesia. ¡No! El mandamiento de la Gran Comisión es muy personal…es para MI…es para TI…es para todos nosotros.

El Propósito – “me seréis testigos” – El propósito de la Gran Comisión es que seamos testigos de Dios. Que seamos testigos que están participando y no observando no más.

Todo creyente debe experimentar una convicción a participar con Dios en la gran comisión motivado por la gloria de Dios, motivado por una compasión por los perdidos, motivado por una confianza en el evangelio y motivado por una obediencia a la palabra de Dios.

¿Estás obedeciendo lo que Cristo manda en la palabra de Dios?

¿Estás haciendo discípulos?

¿Estás leyendo la palabra de Dios?

¿Estás participando intencionalmente en tu iglesia local para promover el evangelio en nuestra ciudad y en el resto del mundo?

¿Si no, por qué no?

Piensas en cómo Dios te salvó. Un día, tal vez fue el año pasado, tal vez hace décadas, el evangelio llegó a tu ciudad y algunos creyeron en el evangelio. Luego alguien te habló de Jesús, o alguien te compartió el evangelio, y te arrepentiste y creíste en Cristo. Ahora, como discípulo de Jesucristo, debería ser algo normal para ti desear dar toda la gloria a Dios. Debería ser algo normal tener compasión por los perdidos para que ellos también puedan escuchar las buenas nuevas del Evangelio. Debería ser normal para ti tener confianza en el Evangelio y en su poder para transformar vidas. Debería ser normal para ti obedecer el mandato de la gran comisión de hacer discípulos a todas las naciones.

Hermanos, todo esto debería ser una práctica normal y nuestra misión en nuestra Iglesia Berea. Una pasión por la gloria de Dios. Una compasión por los perdidos. Una confianza en el poder del evangelio de Jesucristo. Y una obediencia a la palabra de Dios.

La próxima semana, terminaremos nuestra serie con las dos motivaciones finales para participar intencionalmente en la gran comisión. Un compromiso con la iglesia local y nuestro gozo y el gozo en otros.

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