Orando los salmo: Salmo 95

Dios, tú eres Rey soberano

El salmo 95 pertenece al género de los “salmos reales” (ver introducción a los salmos), y específicamente, del “reinado divino”. Los salmos que hablan sobre el reinado divino se caracterizan por ser canciones que reconocen a Dios como Rey sobre todo (cp. v.3). En cuanto al contenido general de este salmo, el autor invita y exhorta al pueblo de Israel a adorar a Jehová como único Soberano y Creador, y como Dios grande que reina sobre Su creación y Su pueblo (vv. 3, 5). En una frase sencilla, el tema de este salmo se puede resumir en la siguiente oración: “Dios, tú eres rey soberano”.

EXPLICACIÓN DEL SALMO 95

Para la explicación del salmo 95 se dividirá el cántico en dos secciones: (1) La invitación del salmista a alabar a Dios (vv. 1-7a), y (2) La advertencia de salmista al pueblo de Israel (vv. 7b-11)

La invitación del salmista a alabar a Dios (vv. 1-7a)

1 Venid, aclamemos alegremente a Jehová;

Cantemos con júbilo a la roca de nuestra salvación.

2 Lleguemos ante su presencia con alabanza;

Aclamémosle con cánticos.

3 Porque Jehová es Dios grande,

Y Rey grande sobre todos los dioses.

4 Porque en su mano están las profundidades de la tierra,

Y las alturas de los montes son suyas.

5 Suyo también el mar, pues él lo hizo;

Y sus manos formaron la tierra seca.

6 Venid, adoremos y postrémonos;

Arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor.

7 Porque él es nuestro Dios;

Nosotros el pueblo de su prado, y ovejas de su mano.

El salmista comienza este cántico invitando enfáticamente al pueblo de Israel, mediante el uso del imperativos “venid” (v. 1 cp. v. 6), para que alaben a Dios. Así dice el salmista en el verso 1: “Venid, aclamemos alegremente” ¿A quién debían alabar? A “Jehová”, a quien también el autor reconoce e identifica como “la roca de salvación” de Israel. Las razones por las cuales el salmista está llamando al pueblo de Israel a estar reunido y alabarle (v.2) son las siguientes: (1) Por su soberanía, (2) porque gobierna sobre lo creado, (3) por su grandeza como REY sobre los dioses (ídolos) (v.3), (4) por su dominio total (control) sobre todo lo creado, y (5) por Su poder creativo (vv.4-5).

En el versículo 6 el salmista nuevamente hace un llamado al pueblo (que también es un imperativo “venid” cp. v. 1), pero esta vez dice: “postrémonos, arrodillémonos delante de Jehová nuestro hacedor”. Y el propósito detrás de esta llamado es para que Israel alabe a Dios reconociendo que Él es su hacedor y su único Señor (REY), y quién, según el versículo 7, ha entrado en una bella relación con Su pueblo; así como es la relación de un pastor (Dios) que tiene cuidado de sus ovejas (pueblos de Israel).


La advertencia de salmista al pueblo de Israel (vv. 7b-11)

Si oyereis hoy su voz,

8 no endurezcáis vuestro corazón, como en Meriba,

Como en el día de Masah en el desierto,

9 donde me tentaron vuestros padres,

Me probaron, y vieron mis obras.

10 cuarenta años estuve disgustado con la nación,

Y dije: Pueblo es que divaga de corazón,

Y no han conocido mis caminos.

11 por tanto, juré en mi furor

Que no entrarían en mi reposo.

Luego de la invitación a alabar a Dios (vv. 1-7a), el autor continua el cántico realizando una fuerte advertencia al pueblo; la cual consisten en “no endurecer sus corazones a la voz de Dios, así como lo hicieron sus antepasados en el desierto” (vv7b-8). Sin lugar a duda el salmista está citando lo que sucedió durante el periodo del éxodo de Israel (ver Ex. 17:1-7), donde el pueblo de Dios a pesar de haber visto las obras de Jehová cuando fueron sacados de Egipto, y a pesar haber de visto los cuidados de Dios y Su provisión durante todo el tiempo, y a pesar de haber visto que Dios es grande y digno de ser adorado y servido; a pesar de todo ello, se rebeló contra Dios, probó a Dios, dudó de Él, y no quiso escuchar Su voz. Por lo que, en consecuencia, Dios se disgustó con Israel cuarenta años, y no le permitió entrar a la tierra prometida (vv.10-11), por cuanto no tenían temor de Dios, ni confianza en él ni fe en la bondad y soberanía de Jehová.

Finalmente. Luego de haber visto las dos invitaciones a alabar a Dios (vv. 1-7a), y la fuerte exhortación al Pueblo a no endurecer sus corazones (vv. 7b-11), fácilmente podemos suponer que el autor está escribiendo este salmo en un periodo donde Israel se encontraba “alejado de Dios” o, al menos, “tentado a servir y adorar a los ídolos”, y no a Jehová, Su único hacedor. Por lo que, los llamados del salmista a venir y alabar a Dios junto con la exhortación a escuchar la voz de Dios, sin lugar a duda, toman una nota de urgencia dentro del salmo 95, dejando claramente ver que el deseo del salmista es que el pueblo de Israel se aleje de los ídolos y del pecado, y se acerque en adoración al único Rey soberano.

Salmo 95: “Dios, tú eres Rey soberano”.

APLICACION DEL SALMO 95 PARA LA IGLESIA

Ahora bien, ya que sabemos que nosotros no somos el pueblo de Israel y que nuestra relación con Dios es únicamente mediante Jesucristo, ¿de qué manera podemos aplicar el salmo a nuestras vidas?

En primer lugar. El salmo 95 nos recuerda que siempre debemos estar atentos a no desviarnos de nuestra adoración al Señor, ya que, si bien la obra de Jesucristo nos ha librado de la esclavitud del pecado y de los ídolos, todavía encontraremos en nuestro día a día distintas tentaciones a olvidar a Dios y nuestra adoración exclusiva a Él. 

Hermanos, según hemos estudiado en otras oportunidades, el pueblo de Israel a lo largo de toda su caminata por el desierto siempre se vio tentado a mirar o volver a Egipto (donde la adoración pagana era lo común). Así mismo, al llegar a Cristo, todos los creyentes fuimos salvados desde un contexto lleno de tinieblas que muchas veces nos tienta a volver atrás. Como dice Pablo, en otro tiempo todos vivíamos una vida esclavizada por el pecado y cegada por el diablo y la depravación (Ef. 2:1-10), por lo que, en consecuencia, vivíamos en adoración constante a ídolos y a nosotros mismos. Obviamente hoy todo es distinto, ya que, por medio del evangelio de Jesucristo conocemos la verdad y al único Dios verdadero, a nuestro Señor y Salvador, nuestro Rey Jesucristo. Por tanto, ahora que hemos conocido al verdadero Dios, no debemos dejar de adorarle solo a Él, lo cual es una idea que es fácil de asimilar pero difícil de aplicar ¿Por qué? Porque mientras vivamos en este mundo corrompido por el pecado, y mientras estemos en este cuerpo debilitado por el pecado, muchas veces nos veremos tentados a poner “ídolos” o “cosas” o “personas” que ocupen el lugar de Dios en nuestra tiempo, pensamientos, dedicación, e inclusive adoración.

Pensando en ello, preguntémonos hoy: ¿Qué ídolos surgen con frecuencia en nuestros corazones que buscan ocupar el lugar de Dios en nuestras vidas? ¿Te has visto adorando “a ídolos en tu corazón”; o, al menos, prestándole obsesiva atención a personas o cosas que deberían ocupar el lugar de Dios en tu vida? ¿Qué ídolos entran en competencia en tu corazón que buscan ocupar el lugar de Dios? ¿Qué estás haciendo para NO olvidarte de adorar a Dios, el Rey soberano?

Segundo lugar. El salmo 95 nos recuerda que es más fácil verse tentado cuando no estamos aprendiendo o recordando quién es Dios. Como hemos visto en el estudio, en varias ocasiones el salmista le recuerda al pueblo de Israel quién es Dios. El autor habla de Dios en términos de que él es Rey, Soberano, Hacedor, Cuidador, Sustentador, y Creador. Y todo, con el propósito de que Israel adore a Dios y solo a Él (no a ídolos o cosas inferiores al Dios verdadero). Así mismos, nosotros, los creyentes, debemos seguir creciendo en cuanto a nuestro conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesucristo, ya que, esto nos ayudará a fortalecer nuestra continua adoración a Dios y a “nutrir nuestras alabanzas a Él” con “verdades frescas” de su carácter, poder, y cuidados; es decir, verdades de Dios que podemos aprender y recordar cada día, y cada vez con mayor profundidad.

Pensando en ello, tal vez éste sería buen momento para podemos preguntarnos: ¿Estoy esforzándome (cada día) en conocer más y más a Dios? ¿Qué atributos de Dios estoy recordaron en las alabanzas que elevo a Dios? ¿Estoy creciendo en conocimiento de los atributos de Dios y los contexto donde se ve el actuar de Dios y Sus perfecciones? ¿Reflexiono con frecuencia en los atributos de Dios que veo en mi vida? ¿Estoy pasando tiempo de lectura en la Palabra de Dios buscando nuevos atributos de Dios? ¿Estoy reflexionando en las verdades de Dios, y adorando al Señor, el Rey Soberano?


PREGUNTAS DE REPASO

1.-¿Qué tipo de salmo es? ¿Cuáles son sus características?

2.- ¿Cuál es la oración sencilla?

3.-¿Surgen ídolos en tu corazón? ¿Por qué? ¿Qué haces para volver a Dios?

4.- ¿Puedes orar hoy diciendo “Dios, Tú eres mi rey soberano”? ¿Por qué?

5.-¿Tienes fe en que Jesús es nuestro Señor y rey? ¿Qué evidencias ves en tu vida?

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