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El contenido y énfasis del Libro de los Hechos se puede resumir en la siguiente frase:

El contenido de los capítulos 15:35 al 18:22 se puede resumir de la siguiente manera:


Algunas preguntas para interactuar con el texto bíblico:

(encuentra las respuestas al final de este post)
Lectura de Hechos 15:35-18:22
Capítulo 15
35Y Pablo y Bernabé continuaron en Antioquía, enseñando la palabra del Señor y anunciando el evangelio con otros muchos. 36Después de algunos días, Pablo dijo a Bernabé: Volvamos a visitar a los hermanos en todas las ciudades en que hemos anunciado la palabra del Señor, para ver cómo están. 37Y Bernabé quería que llevasen consigo a Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos; 38pero a Pablo no le parecía bien llevar consigo al que se había apartado de ellos desde Panfilia, y no había ido con ellos a la obra. 39Y hubo tal desacuerdo entre ellos, que se separaron el uno del otro; Bernabé, tomando a Marcos, navegó a Chipre, 40y Pablo, escogiendo a Silas, salió encomendado por los hermanos a la gracia del Señor, 41y pasó por Siria y Cilicia, confirmando a las iglesias.
Capítulo 16
1Después llegó a Derbe y a Listra; y he aquí, había allí cierto discípulo llamado Timoteo, hijo de una mujer judía creyente, pero de padre griego; 2y daban buen testimonio de él los hermanos que estaban en Listra y en Iconio. 3Quiso Pablo que éste fuese con él; y tomándole, le circuncidó por causa de los judíos que había en aquellos lugares; porque todos sabían que su padre era griego. 4Y al pasar por las ciudades, les entregaban las ordenanzas que habían acordado los apóstoles y los ancianos que estaban en Jerusalén, para que las guardasen. 5Así que las iglesias eran confirmadas en la fe, y aumentaban en número cada día.
6Y atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia; 7y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se lo permitió. 8Y pasando junto a Misia, descendieron a Troas. 9Y se le mostró a Pablo una visión de noche: un varón macedonio estaba en pie, rogándole y diciendo: Pasa a Macedonia y ayúdanos. 10Cuando vio la visión, en seguida procuramos partir para Macedonia, dando por cierto que Dios nos llamaba para que les anunciásemos el evangelio.
11Zarpando, pues, de Troas, vinimos con rumbo directo a Samotracia, y el día siguiente a Neápolis; 12y de allí a Filipos, que es la primera ciudad de la provincia de Macedonia, y una colonia; y estuvimos en aquella ciudad algunos días. 13Y un día de reposo* salimos fuera de la puerta, junto al río, donde solía hacerse la oración; y sentándonos, hablamos a las mujeres que se habían reunido. 14Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo; y el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía. 15Y cuando fue bautizada, y su familia, nos rogó diciendo: Si habéis juzgado que yo sea fiel al Señor, entrad en mi casa, y posad. Y nos obligó a quedarnos.
16Aconteció que mientras íbamos a la oración, nos salió al encuentro una muchacha que tenía espíritu de adivinación, la cual daba gran ganancia a sus amos, adivinando. 17Esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, daba voces, diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación. 18Y esto lo hacía por muchos días; mas desagradando a Pablo, éste se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en aquella misma hora.
19Pero viendo sus amos que había salido la esperanza de su ganancia, prendieron a Pablo y a Silas, y los trajeron al foro, ante las autoridades; 20y presentándolos a los magistrados, dijeron: Estos hombres, siendo judíos, alborotan nuestra ciudad, 21y enseñan costumbres que no nos es lícito recibir ni hacer, pues somos romanos. 22Y se agolpó el pueblo contra ellos; y los magistrados, rasgándoles las ropas, ordenaron azotarles con varas. 23Después de haberles azotado mucho, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardase con seguridad. 24El cual, recibido este mandato, los metió en el calabozo de más adentro, y les aseguró los pies en el cepo.
25Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían. 26Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron. 27Despertando el carcelero, y viendo abiertas las puertas de la cárcel, sacó la espada y se iba a matar, pensando que los presos habían huido. 28Mas Pablo clamó a gran voz, diciendo: No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí. 29El entonces, pidiendo luz, se precipitó adentro, y temblando, se postró a los pies de Pablo y de Silas; 30y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? 31Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. 32Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa. 33Y él, tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó las heridas; y en seguida se bautizó él con todos los suyos. 34Y llevándolos a su casa, les puso la mesa; y se regocijó con toda su casa de haber creído a Dios.
35Cuando fue de día, los magistrados enviaron alguaciles a decir: Suelta a aquellos hombres. 36Y el carcelero hizo saber estas palabras a Pablo: Los magistrados han mandado a decir que se os suelte; así que ahora salid, y marchaos en paz. 37Pero Pablo les dijo: Después de azotarnos públicamente sin sentencia judicial, siendo ciudadanos romanos, nos echaron en la cárcel, ¿y ahora nos echan encubiertamente? No, por cierto, sino vengan ellos mismos a sacarnos. 38Y los alguaciles hicieron saber estas palabras a los magistrados, los cuales tuvieron miedo al oír que eran romanos. 39Y viniendo, les rogaron; y sacándolos, les pidieron que salieran de la ciudad. 40Entonces, saliendo de la cárcel, entraron en casa de Lidia, y habiendo visto a los hermanos, los consolaron, y se fueron.
Capítulo 17
1Pasando por Anfípolis y Apolonia, llegaron a Tesalónica, donde había una sinagoga de los judíos. 2Y Pablo, como acostumbraba, fue a ellos, y por tres días de reposo* discutió con ellos, 3declarando y exponiendo por medio de las Escrituras, que era necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos; y que Jesús, a quien yo os anuncio, decía él, es el Cristo. 4Y algunos de ellos creyeron, y se juntaron con Pablo y con Silas; y de los griegos piadosos gran número, y mujeres nobles no pocas. 5Entonces los judíos que no creían, teniendo celos, tomaron consigo a algunos ociosos, hombres malos, y juntando una turba, alborotaron la ciudad; y asaltando la casa de Jasón, procuraban sacarlos al pueblo. 6Pero no hallándolos, trajeron a Jasón y a algunos hermanos ante las autoridades de la ciudad, gritando: Estos que trastornan el mundo entero también han venido acá; 7a los cuales Jasón ha recibido; y todos éstos contravienen los decretos de César, diciendo que hay otro rey, Jesús. 8Y alborotaron al pueblo y a las autoridades de la ciudad, oyendo estas cosas. 9Pero obtenida fianza de Jasón y de los demás, los soltaron.
10Inmediatamente, los hermanos enviaron de noche a Pablo y a Silas hasta Berea. Y ellos, habiendo llegado, entraron en la sinagoga de los judíos. 11Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así. 12Así que creyeron muchos de ellos, y mujeres griegas de distinción, y no pocos hombres. 13Cuando los judíos de Tesalónica supieron que también en Berea era anunciada la palabra de Dios por Pablo, fueron allá, y también alborotaron a las multitudes. 14Pero inmediatamente los hermanos enviaron a Pablo que fuese hacia el mar; y Silas y Timoteo se quedaron allí. 15Y los que se habían encargado de conducir a Pablo le llevaron a Atenas; y habiendo recibido orden para Silas y Timoteo, de que viniesen a él lo más pronto que pudiesen, salieron.
16Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su espíritu se enardecía viendo la ciudad entregada a la idolatría. 17Así que discutía en la sinagoga con los judíos y piadosos, y en la plaza cada día con los que concurrían. 18Y algunos filósofos de los epicúreos y de los estoicos disputaban con él; y unos decían: ¿Qué querrá decir este palabrero? Y otros: Parece que es predicador de nuevos dioses; porque les predicaba el evangelio de Jesús, y de la resurrección. 19Y tomándole, le trajeron al Areópago, diciendo: ¿Podremos saber qué es esta nueva enseñanza de que hablas? 20Pues traes a nuestros oídos cosas extrañas. Queremos, pues, saber qué quiere decir esto. 21(Porque todos los atenienses y los extranjeros residentes allí, en ninguna otra cosa se interesaban sino en decir o en oír algo nuevo.)
22Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo observo que sois muy religiosos; 23porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Al que vosotros adoráis, pues, sin conocerle, es a quien yo os anuncio. 24El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, 25ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas. 26Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación; 27para que busquen a Dios, si en alguna manera, palpando, puedan hallarle, aunque ciertamente no está lejos de cada uno de nosotros. 28Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos. 29Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres. 30Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; 31por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos.
32Pero cuando oyeron lo de la resurrección de los muertos, unos se burlaban, y otros decían: Ya te oiremos acerca de esto otra vez. 33Y así Pablo salió de en medio de ellos. 34Mas algunos creyeron, juntándose con él; entre los cuales estaba Dionisio el areopagita, una mujer llamada Dámaris, y otros con ellos.
Capítulo 18
1Después de estas cosas, Pablo salió de Atenas y fue a Corinto. 2Y halló a un judío llamado Aquila, natural del Ponto, recién venido de Italia con Priscila su mujer, por cuanto Claudio había mandado que todos los judíos saliesen de Roma. Fue a ellos, 3y como era del mismo oficio, se quedó con ellos, y trabajaban juntos, pues el oficio de ellos era hacer tiendas. 4Y discutía en la sinagoga todos los días de reposo,* y persuadía a judíos y a griegos.
5Y cuando Silas y Timoteo vinieron de Macedonia, Pablo estaba entregado por entero a la predicación de la palabra, testificando a los judíos que Jesús era el Cristo. 6Pero oponiéndose y blasfemando éstos, les dijo, sacudiéndose los vestidos: Vuestra sangre sea sobre vuestra propia cabeza; yo, limpio; desde ahora me iré a los gentiles. 7Y saliendo de allí, se fue a la casa de uno llamado Justo, temeroso de Dios, la cual estaba junto a la sinagoga. 8Y Crispo, el principal de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su casa; y muchos de los corintios, oyendo, creían y eran bautizados. 9Entonces el Señor dijo a Pablo en visión de noche: No temas, sino habla, y no calles; 10porque yo estoy contigo, y ninguno pondrá sobre ti la mano para hacerte mal, porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad. 11Y se detuvo allí un año y seis meses, enseñándoles la palabra de Dios.
12Pero siendo Galión procónsul de Acaya, los judíos se levantaron de común acuerdo contra Pablo, y le llevaron al tribunal, 13diciendo: Este persuade a los hombres a honrar a Dios contra la ley. 14Y al comenzar Pablo a hablar, Galión dijo a los judíos: Si fuera algún agravio o algún crimen enorme, oh judíos, conforme a derecho yo os toleraría. 15Pero si son cuestiones de palabras, y de nombres, y de vuestra ley, vedlo vosotros; porque yo no quiero ser juez de estas cosas. 16Y los echó del tribunal. 17Entonces todos los griegos, apoderándose de Sóstenes, principal de la sinagoga, le golpeaban delante del tribunal; pero a Galión nada se le daba de ello.
18Mas Pablo, habiéndose detenido aún muchos días allí, después se despidió de los hermanos y navegó a Siria, y con él Priscila y Aquila, habiéndose rapado la cabeza en Cencrea, porque tenía hecho voto. 19Y llegó a Efeso, y los dejó allí; y entrando en la sinagoga, discutía con los judíos, 20los cuales le rogaban que se quedase con ellos por más tiempo; mas no accedió, 21sino que se despidió de ellos, diciendo: Es necesario que en todo caso yo guarde en Jerusalén la fiesta que viene; pero otra vez volveré a vosotros, si Dios quiere. Y zarpó de Efeso.
22Habiendo arribado a Cesarea, subió para saludar a la iglesia, y luego descendió a Antioquía.
Mapa para seguir el recorrido Pablo durante su segundo viaje:

En estos versos podemos aprender que:




PARA REFLEXIONAR
Hermanos, sabemos que Jesucristo nos dijo que como sus discípulos tenemos que hacer más discípulos suyos por medio del evangelio (Hch. 1:8; Mt. 28:19-20), eso está claro. Sin embargo, la forma en cómo los discípulos participamos de la gran comisión obviamente puede variar; algunas veces aprovecharemos oportunidades circunstanciales y otras ocasiones intencionales; algunos discípulos hablarán el evangelio en sus ciudades y otros saldrán intencionalmente a vivir en otros lugares para predicar el evangelio; algunos saldrán enviados por la iglesia desde el principio del viaje y otros se sumarán a la mitad del trayecto, etc.
Pensando en esto, hermanos, me gustaría terminar este tiempo animándolos a identificar en nuestro texto las distintas formas en que los discípulos de Cristo que participaron en este viaje intencional para la predicación del evangelio entre las naciones. Y, de hecho, en estos versos podemos ver al menos cuatro maneras de participar de un viaje intencional para la predicación del evangelio y la fundación de iglesias.
En primer lugar, en la manera que Pablo y Silas lo hicieron, es decir, yendo a las naciones. Saliendo de su iglesia local y siendo enviados por ella para continuar la labor de extensión del evangelio de manera intencional, preparada, programada, sacrificada etc. En este sentido Pablo y Silas fueron excelentes compañeros de viaje, y se ayudaron, y trabajaron juntos desde el principio (Hch. 15:40).
En segundo lugar, otra forma de participar de un viaje intencional para la predicación del evangelio y la fundación de iglesias, es en la manera en que Timoteo lo hizo, es decir, aceptando con fe la invitación de un mentor para participar y colaborar a lo largo del viaje, dejando al Señor los imponderables y poniendo todas las habilidades al servicio de la predicación del evangelio (Hch. 16:1-5). Obviamente Timoteo no sabía que con la visita de Pablo y Silas a Listra terminaría viajando con él por varios años. Sin embargo, quiso sumarse al equipo, y aprender y trabajar con Pablo y Silas, terminando, inclusive, siendo pastor de la iglesia en Éfeso, una importante ciudad de Asia (1 Tim. 1:1-3).
En tercer lugar, otra forma de participar de un viaje intencional para la predicación del evangelio y la fundación de iglesias es en la manera que lo hizo el matrimonio Aquila y Priscila, es decir, sumándose al equipo de trabajo cuando el viaje estaba avanzado. Ahora, es interesante ver que las razones que llevaron a Aquila y Priscila a encontrarse con Pablo en Corinto fueron humanamente circunstanciales pero divinamente providenciales ya que justo cuando Pablo tuvo que embarcarse solo a Corinto, el Señor proveyó de compañeros de trabajo tanto en lo secular como en lo espiritual (Hch. 18:1-3; 18-19). Así que, no hace falta que todos los que salen a trabajar en la evangelización y plantación de nuevas obras lo hagan desde el principio, también el Señor puede poner en el corazón de sus hijos sumarse al equipo a lo largo del tiempo.
Y, finalmente, hermanos, otra forma de participar de un viaje intencional para la predicación del evangelio y la fundación de iglesias es en la manera que lo hicieron las distintas iglesia que tuvieron contacto con Pablo. Por ejemplo, como la iglesia en Antioquía que apoyó, oró y encomendó a los discípulos antes viaje (Hch. 15:35 cp. v. 40). E, inclusive, los miembros de la iglesia en Antioquía apoyaron el viaje de Pablo y Silas asumiendo en la iglesia las oportunidades de servicio que ellos dejaron. Por otra parte, también podemos pensar en las iglesias en Macedonia y Acaya que animaron, oraron y ayunaron en todo lo que hace falta para que los discípulos continuaran con el viaje (Hch. 16:15, 40; 17:10; véase el ejemplo de la iglesia en Filipos, Filipenses 4:15,16).
Así que, hermanos, hay varias manera en las que los discípulos de Jesús podemos participar de la obra del evangelio. Y si hoy tú hoy estás pensando en alguna de estas opciones que hemos visto, ten en cuenta lo siguiente: Asegúrate de estar sirviendo a Cristo, aprendiendo de Él en las Escrituras y creciendo en tu iglesia local, sobre todo porque habrá obstáculos y necesitarás estar acompañado por tu iglesia local, espiritualmente preparado, y dependiente al Señor y a Su plan.
CUESTIONARIO COMPLETO:
1. ¿Por qué lugares viajó Pablo cuando salió por segunda ver a predicar el evangelio a las naciones? ¿Desde dónde partió, y dónde terminó su recorrido?
- Pablo salió de Antioquía de Siria (Hch. 15:35-36) encomendado por los hermanos a la gracia del Señor (Hch. 15:40)
- Continuó su viaje por las regiones de Siria y Cilicia confirmado (o animando) varias iglesias que había por esos sectores (Hch. 15:41), probablemente compuesta en su mayoría por creyentes de trasfondo gentil (cp. Hch. 15:23, titular de la carta de los creyentes en Jerusalén a las iglesias)
- Pasó a las iglesias que están en Derbe y Listra en la región de Galacia (Hch. 16:1-5) animando a las iglesias en la fe y quitándoles el peso de guardar la ley y los ritos del Antiguo Testamento, lo que favoreció el crecimiento de la iglesia en número cada día (vv.4-5).
- Atravesó Frigia y la provincia de Galacia pero le fue impedido por el Espíritu Santo entrar a la región de Asia y hablar la palabra, por lo que continuó rumbo hacia Misia, e intentando ir a Bitinia nuevamente el Espíritu no se lo permitió, por lo que descendieron a Troas, ciudad puerto de la región de Asia. Estando Pablo en Troas recibe una visión de pasar a Macedonia, convencido de que ese el plan de Dios para anunciar el evangelio (Hch. 16:6-10)
- Zarpo de Troas a Samotracia, luego a Neápolis, y de allí ha Filipos, que es la primera ciudad de la provincia de Macedonia (es decir, “primer ciudad” en el sentido de que era una de las ciudades importantes). En Filipos Pablo y los otros discípulos predican el evangelio y el Señor salva a una mujer llamada Lidia (Hch. 16:14-15). Luego, Pablo y Silas son puestos en la cárcel, y desde allí predicaron el evangelio a un varón carcelero, quién creyó en el Señor junto a toda su familia (Hch. 16: 16-34)
- Continuó su camino por Anfípolis y Apolonia, hasta llegar a Tesalónica, ciudad capital de Macedonia. En esta ciudad (Tesalónica) predicó el evangelio en una sinagoga Judía (como acostumbraba). Pero los judíos que no creyeron el evangelio juntaban turbas y alborotaban la ciudad buscando poner preso a los discípulos de Jesús (Hch. 17:1-9).
- Obs. La iglesia y la predicación de evangelio no era realmente una amenaza para el imperio romano; así mismo lo vieron los magistrado romanos cada vez que Pablo era llevado a juicio por los judíos. En realidad, todo el alboroto provenía de los judíos que no creyeron al evangelio, no de la iglesia ni de los discípulos de Cristo.
- Saliendo de Tesalónica, llegaron hasta Berea predicando en una sinagoga Judía. Allí creyeron muchos hombres y mujeres al evangelio (Hch. 17:10-12). Pero, una vez más, los judíos no creyentes, viniendo de Tesalónica, alborotaron a las multitudes. Por lo que la iglesia envió a Pablo rumbo a Atenas (Hch. 17:13-15).
- Estando Pablo en Atenas, le dolió en el alma ver como la ciudad estaba entregada a la idolatría (Hch. 17:16), así que predicaba el evangelio en la sinagoga y en la plaza, teniendo un poco más adelante la oportunidad de predicar extensamente del evangelio en el aerópago (Hch. 17:18-34), lo cual Dios utilizó para salvar a más pecadores (Hch. 17:34)
- Luego salió rumbo a Corinto, ciudad capital de Acaya (Hch. 18:1). En esta ciudad (Corinto) Pablo conoció a Aquila y a Priscila, y trabajaron juntos en su oficio como hacedores de tiendas (Hch. 18:2-3). Y, en paralelo, Pablo seguía predicando el evangelio en las sinagogas todos los días de reposo, persuadiendo a judíos y a griegos. Para cuando llegan Silas y Timoteo, quienes se habían quedo por un tiempo con la iglesia en Berea (Hch. 17:14), Pablo ya estaba dedicado por completo a la predicación (Hch. 18:5), primero a los judíos, pero después de la oposición de ellos a la verdad, se dedicó de lleno a la predicación a los gentiles (Hch. 18:6). Como confirmación de su ministerio a los gentiles, el Señor le dijo a Pablo en visión que no temiera, sino que hablara, y no callara, porque él estaba con Pablo, y porque tenía mucho pueblo en esta ciudad (Hch. 18:9), por lo que Pablo se quedó 1 año y medio, (18 meses) enseñando la palabra de Dios.
- Obs. En Corinto, nuevamente vemos que los judíos incrédulos se levantaron contra Pablo alborotando a las autoridades y diciendo que el evangelio persuade a los hombres a ir contra la ley (Hch. 18:12-16). Pero a Galión, procónsul de Acaya, no le pareció así, ni le interesó el problema de los Judíos contra Pablo.
- Pasado muchos días en Corinto, Pablo viajó con Priscila y Aquila hasta Éfeso, ciudad capital de Asia. Allí dejó Pablo a Priscila y Aquila. Sin embargo, no él se quedó por mucho tiempo por lo que, prometiendo volver, zarpó de Éfeso hasta llegar a Cesarea.
- En Cesarea subió para saludar a la iglesia (en Jerusalén), hasta que, después de un tiempo, regresó a la iglesia en Antioquía, desde donde había iniciado su segundo viaje.
2. ¿Qué estaban haciendo Pablo y Bernabé antes de salir por segunda vez a predicar el evangelio?
Estaban ocupados en el ministerio de la palabra. Pablo y Bernabé se encontraban en Antioquía de Siria, enseñando la palabra del Señor y anunciando el evangelio con otros muchos (Hch. 15:35 cp. 36). Y fue pasado muchos días, haciendo este trabajo, que Pablo dijo a Bernabé que fueran a visitar a los hermanos en todas las ciudades donde habían anunciado la Palabra del Señor, para ver cómo estaban las iglesias.
3. ¿Salió Pablo solo al viaje?
No, Pablo no salió solo. Y de hecho, aún después del desacuerdo y separación con Bernabé (por causa de Juan Marco), Pablo no decidió salir solo, sino que escogió a Silas que le acompañara, quién era un varón que fue miembro de la iglesia en Jerusalén (Hch. 15:22), un principal entre los hermanos de su iglesia, y un profeta que consoló a las iglesias gentiles sobre los asuntos de la gracia y la ley. Este discípulo llamado Silas, a pesar de haber sido enviado por la iglesia en Jerusalén con un propósito particular, quiso quedarse con la iglesia en Antioquía, donde seguramente servía al Señor junto a Bernabé, Pablo, y muchos otros hermanos.
4. ¿Se sumaron más compañeros de viaje a lo largo del recorrido?
Sí, Pablo sumó más compañeros a lo largo de su viaje. Entre ellos, Timoteo, un discípulo de buen testimonio entre las iglesias en Listra e Iconio (Hch. 16:1-3). Así mismo, es probable que Lucas, el autor de este libro, se haya sumado al viaje de Pablo (o parte de él) durante su estadía en Troas ya que desde allí comienza a relatar “el viaje de Pablo” en lenguaje “primera persona plural”; incluyéndose dentro del relato. P. ej. “procuramos partir…” (Hch. 16:10), “vinimos con rumbo…” (v. 11), “estuvimos en aquella ciudad…” (v.12), “salimos fuera… sentándonos, hablamos…” (v.13), etc. (este lenguaje permanece hasta que Pablo y Silas fueron encarcelados en Filipos, Hch. 16:19ss). Y también se sumaron a Pablo como compañeros el matrimonio Aquila y Priscila, judíos que habían salido de Roma por mandato del emperador Claudio (Hch. 18:1, 2), y que finalmente acompañaron a Pablo hasta Éfeso (Hch. 18:18, 19).
Ahora, dato interesante. Aquila y Priscila fueron puestos por Dios en el camino de Pablo, junto cuanto había tenido que salir de Berea por causa de la persecución, y justo cuando Silas y Timoteo se habían quedado en aquella ciudad, con la iglesia.
5. ¿Qué obstáculos sufrió Pablo a lo largo de su segundo viaje?
Según el relato de Lucas en el Libro de los Hechos podemos ver que algunas de las oposiciones fueron:
- El desacuerdo con Bernabé por causa de Juan Marco (Hch. 15:37-39)
- Los “Obstáculos” que puso el Espíritu Santo para que no pasaran a Asia ni a Bitinia. No es posible deducir cómo fue que el Espíritu Santo le prohibió ir a esos lugares, sin embargo, ya en Troas el mimos Señor le confirmó cuál era su plan; a saber, ir a Macedonia (Hch. 16:6-10)
- En Filipos. El espíritu inmundo que estaba en la muchacha que ejercía adivinación (Hch. 16:16-19), y luego los amos de la muchacha que alborotaron a las autoridades para que encarcelaran a Pablo y Silas (Hch. 16:19-24)
- En Tesalónica. Los judíos incrédulos que, llenos de celo, hicieron una turba con hombres ociosos y malos y alborotaron la ciudad contra los discípulos (Hch. 17:5-9)
- En Berea. Los judíos de tesalónica, incrédulos y opositores, que viajaron para alborotar nuevamente a las multitudes a fin de expulsar a Pablo (Hch. 18:10-15).
- En Atenas. La incredulidad e ignorancia del hombre, y la necedad de su vana sabiduría con la cual rechazaron a Pablo y el mensaje del evangelio (Hch. 17:16-33)
- En Corinto. Los judíos incrédulos que se oponían a los discípulos y blasfemaban contra ellos (Hch. 18:5). Luego, ellos mismo se levantaron contra Pablo y le llevaron al tribular, delante del Galión, procónsul de Acaya (Hch. 18:12-17).
- Los aprox. 4500 kilómetros recorridos en casi 3 años (Primer viaje fue de aprox. casi 2300 Km en 2 años)
Sin embargo, tenemos otros relatos bíblicos que nos ayudan a ver varios otros obstáculos que surgieron en el segundo viaje de Pablo. Esos documentos bíblicos son tres cartas que Pablo escribió durante ese viaje, y específicamente, desde la ciudad de Corintio, donde se quedó por un año y medio predicando en el evangelio.
- La primera de esas tres cartas escritas en la ciudad de Corintio es, la carta a los gálatas (o a las iglesias de Galacia). En ella, Pablo habla con preocupación del desánimo de las iglesias en Galacia y de la persecución de aquellos que quieren que los creyentes vuelvan a la ley (Gá. 1:6-9; 4:18-20; 5:7-12; 6:11-17)
- La dos otras cartas son las dos cartas de Pablo a los tesalonicenses. En ellas, Pablo destaca que los tesalonicenses que creyeron en Jesús lo hicieron “en medio de gran tribulación” (1 Ts. 1:6 cp. Hch. 17:5-6), citando unas de las tantas turbas promovidas por los judíos incrédulos y opositores del evangelio. También, Pablo menciona en su carta a los tesalonicenses algunos de los padecimientos que sufrió en Filipo (1Ts. 2:2 cp. Hch. 16:19-24) y la gran oposición que sufrieron en tesalónica (Hch. 17:1-9). Así mismo, Pablo narra un poco de la fatiga del “trabajo secular” que tuvo que desempeñar a fin de no ser gravoso a las iglesias (1Ts. 2:9 cp. 2Ts. 3:7-9), y también de la oposición de los tesalónicos incrédulos y sus esfuerzos para que ninguno más crea y sea salvos (1Ts. 2:14-16). Finalmente, Pablo mencionó en su carta que Satanás estorbó varias veces sus los planes de realizar alguna visita a las iglesias en Tesalónica, mientras estaba en su segundo viaje (1Ts. 2:17-18)
6. ¿De qué manera el Señor sostuvo a Pablo en medio de las dificultades?
Bien. En el relato de Lucas en el Libro de los Hechos, podemos ver:
- La visión que el Señor le da de pasar a Macedonia le dio seguridad a Pablo de hacía donde tenía que ir (Hch. 16:8-10); Así mismo, la visión de noche que Pablo recibió en Corinto (aun después de los grandes obstáculos y oposición) le animó a seguir predicando fielmente en Corinto porque el Señor tenía mucho pueblo allí (Hch. 18:9-10)
- La conversión de gentiles a Cristo, como los de Derbe y Listra (Hch.16:1-5); Lidia (Hch. 16:14-15), el carcelero (Hch. 16:27-34); los de Berea (Hch. 17:12); Los creyentes de Atenas (Hch. 17:32-34); Como Crispo y los de corinto (Hch. 18:8)
- Los prodigios que Dios hacía por medio de Pablo; delante de demonios (Hch. 16:18), en la cárcel (Hch. 16:25-26),
- La necesidad del hombre por Cristo, como lo que vio en Atenas (Hch. 17:16) animó a Pablo a seguir predicando.
Sin embargo, al igual que en la pregunta anterior, también podemos complementar la respuesta a esta pregunta con las cartas que envió Pablo estando de viaje.
- Pablo estaba seguro de su llamado (Gá. 1:1) y del ministerio que Dios había dado (Gá. 1:15-16), el cual había sido confirmado por la iglesia (Gá. 1:23, 2:9)
- Pablo se sostuvo confiado en la gracia de Dios y la cruz de Cristo (Gá. 6:11-17)
- Pablo se sostuvo por medio de la Fe y amor de las iglesias en medio de las dificultades (1Ts. 3:6-8)
- Pablo se sostuvo por la bendita esperanza de la reunión de los creyentes con Cristo en Su venida (1 Ts. 4:13-18)
- Pablo se sostuvo por las verdades de la fidelidad del Señor, quién llama y quién hace la obra en el creyente con poder y soberanía (1 Ts. 4:23-24)
- Pablo se sostuvo sabiendo que era necesario padecer tribulaciones para ser tenidos por digno del reino de Dios (2 Ts. 1:3-5).
- Pablo se sostuvo en las tribulaciones recordando la verdad del regreso de Cristo (2 Ts.1:6-10).
- Pablo se sostuvo sabiendo que Dios le había llamado (2Ts. 1:11-12)
- Pablo se sostuvo por las oraciones de la iglesia (2Ts. 3:1-5), e inclusive, dependía de ellas para seguir sirviendo a Cristo.
7. ¿Cuál fue el resultado de la obra de Dios por medio del viaje intencional de Pablo a las naciones?
Bien. Yo quisiera responder esta pregunta, leyendo algunos versos que, creo que, resumen de buena manera el resultado de la obra de Dios por medio de Pablo y otros discípulos de Cristo en este segundo viaje intencional. Y los texto son:
- Resumiendo lo que sucedió en Derbe y Listra, en Hechos 16:5 que dice: “5Así que las iglesias eran confirmadas en la fe, y aumentaban en número cada día”.
- Relatando lo que sucedió en Filipos. En Hechos 16:14 dice: “y el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía”. Hechos 16:32 y 34 “Y la hablaron la Palabra del Señor… y se regocijó con toda su casa de haber creído a Dios”.
- Relatando lo que sucedió en Berea. En Hechos 17:11 y 12 dice: “pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así. Así creyeron muchos de ellos…”
- Relatando lo que sucedió en Atenas, en Hechos 17:34 dice: “Mas algunos creyeron”.
- Y, relatando lo que sucedió en Corinto, en Hechos 18:9 y 10 dice: “No temas, habla y no calles… porque tengo mucho pueblo en esta ciudad”.