AUDIO:
El contenido y énfasis del Libro de los Hechos se puede resumir en la siguiente frase:

El contenido de los capítulos 18:23 – 21:17 se puede resumir de la siguiente manera:


Algunas preguntas para interactuar con el texto bíblico:

(encuentra las respuestas al final de este post)
Lectura de Hechos 18:23-21:17
23Y después de estar allí algún tiempo, salió, recorriendo por orden la región de Galacia y de Frigia, confirmando a todos los discípulos.
24Llegó entonces a Efeso un judío llamado Apolos, natural de Alejandría, varón elocuente, poderoso en las Escrituras. 25Este había sido instruido en el camino del Señor; y siendo de espíritu fervoroso, hablaba y enseñaba diligentemente lo concerniente al Señor, aunque solamente conocía el bautismo de Juan. 26Y comenzó a hablar con denuedo en la sinagoga; pero cuando le oyeron Priscila y Aquila, le tomaron aparte y le expusieron más exactamente el camino de Dios. 27Y queriendo él pasar a Acaya, los hermanos le animaron, y escribieron a los discípulos que le recibiesen; y llegado él allá, fue de gran provecho a los que por la gracia habían creído; 28porque con gran vehemencia refutaba públicamente a los judíos, demostrando por las Escrituras que Jesús era el Cristo.
19
1Aconteció que entre tanto que Apolos estaba en Corinto, Pablo, después de recorrer las regiones superiores, vino a Efeso, y hallando a ciertos discípulos, 2les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo. 3Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de Juan. 4Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo. 5Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. 6Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban. 7Eran por todos unos doce hombres.
8Y entrando Pablo en la sinagoga, habló con denuedo por espacio de tres meses, discutiendo y persuadiendo acerca del reino de Dios. 9Pero endureciéndose algunos y no creyendo, maldiciendo el Camino delante de la multitud, se apartó Pablo de ellos y separó a los discípulos, discutiendo cada día en la escuela de uno llamado Tiranno. 10Así continuó por espacio de dos años, de manera que todos los que habitaban en Asia, judíos y griegos, oyeron la palabra del Señor Jesús.
11Y hacía Dios milagros extraordinarios por mano de Pablo, 12de tal manera que aun se llevaban a los enfermos los paños o delantales de su cuerpo, y las enfermedades se iban de ellos, y los espíritus malos salían. 13Pero algunos de los judíos, exorcistas ambulantes, intentaron invocar el nombre del Señor Jesús sobre los que tenían espíritus malos, diciendo: Os conjuro por Jesús, el que predica Pablo. 14Había siete hijos de un tal Esceva, judío, jefe de los sacerdotes, que hacían esto. 15Pero respondiendo el espíritu malo, dijo: A Jesús conozco, y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois? 16Y el hombre en quien estaba el espíritu malo, saltando sobre ellos y dominándolos, pudo más que ellos, de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos. 17Y esto fue notorio a todos los que habitaban en Efeso, así judíos como griegos; y tuvieron temor todos ellos, y era magnificado el nombre del Señor Jesús. 18Y muchos de los que habían creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos. 19Asimismo muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos; y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era cincuenta mil piezas de plata. 20Así crecía y prevalecía poderosamente la palabra del Señor.
21Pasadas estas cosas, Pablo se propuso en espíritu ir a Jerusalén, después de recorrer Macedonia y Acaya, diciendo: Después que haya estado allí, me será necesario ver también a Roma. 22Y enviando a Macedonia a dos de los que le ayudaban, Timoteo y Erasto, él se quedó por algún tiempo en Asia.
23Hubo por aquel tiempo un disturbio no pequeño acerca del Camino. 24Porque un platero llamado Demetrio, que hacía de plata templecillos de Diana, daba no poca ganancia a los artífices; 25a los cuales, reunidos con los obreros del mismo oficio, dijo: Varones, sabéis que de este oficio obtenemos nuestra riqueza; 26pero veis y oís que este Pablo, no solamente en Efeso, sino en casi toda Asia, ha apartado a muchas gentes con persuasión, diciendo que no son dioses los que se hacen con las manos. 27Y no solamente hay peligro de que este nuestro negocio venga a desacreditarse, sino también que el templo de la gran diosa Diana sea estimado en nada, y comience a ser destruida la majestad de aquella a quien venera toda Asia, y el mundo entero.
28Cuando oyeron estas cosas, se llenaron de ira, y gritaron, diciendo: ¡Grande es Diana de los efesios! 29Y la ciudad se llenó de confusión, y a una se lanzaron al teatro, arrebatando a Gayo y a Aristarco, macedonios, compañeros de Pablo. 30Y queriendo Pablo salir al pueblo, los discípulos no le dejaron. 31También algunas de las autoridades de Asia, que eran sus amigos, le enviaron recado, rogándole que no se presentase en el teatro. 32Unos, pues, gritaban una cosa, y otros otra; porque la concurrencia estaba confusa, y los más no sabían por qué se habían reunido. 33Y sacaron de entre la multitud a Alejandro, empujándole los judíos. Entonces Alejandro, pedido silencio con la mano, quería hablar en su defensa ante el pueblo. 34Pero cuando le conocieron que era judío, todos a una voz gritaron casi por dos horas: ¡Grande es Diana de los efesios! 35Entonces el escribano, cuando había apaciguado a la multitud, dijo: Varones efesios, ¿y quién es el hombre que no sabe que la ciudad de los efesios es guardiana del templo de la gran diosa Diana, y de la imagen venida de Júpiter? 36Puesto que esto no puede contradecirse, es necesario que os apacigüéis, y que nada hagáis precipitadamente. 37Porque habéis traído a estos hombres, sin ser sacrílegos ni blasfemadores de vuestra diosa. 38Que si Demetrio y los artífices que están con él tienen pleito contra alguno, audiencias se conceden, y procónsules hay; acúsense los unos a los otros. 39Y si demandáis alguna otra cosa, en legítima asamblea se puede decidir. 40Porque peligro hay de que seamos acusados de sedición por esto de hoy, no habiendo ninguna causa por la cual podamos dar razón de este concurso. 41Y habiendo dicho esto, despidió la asamblea.
20
1Después que cesó el alboroto, llamó Pablo a los discípulos, y habiéndolos exhortado y abrazado, se despidió y salió para ir a Macedonia. 2Y después de recorrer aquellas regiones, y de exhortarles con abundancia de palabras, llegó a Grecia. 3Después de haber estado allí tres meses, y siéndole puestas asechanzas por los judíos para cuando se embarcase para Siria, tomó la decisión de volver por Macedonia. 4Y le acompañaron hasta Asia, Sópater de Berea, Aristarco y Segundo de Tesalónica, Gayo de Derbe, y Timoteo; y de Asia, Tíquico y Trófimo. 5Estos, habiéndose adelantado, nos esperaron en Troas. 6Y nosotros, pasados los días de los panes sin levadura, navegamos de Filipos, y en cinco días nos reunimos con ellos en Troas, donde nos quedamos siete días.
7El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche. 8Y había muchas lámparas en el aposento alto donde estaban reunidos; 9y un joven llamado Eutico, que estaba sentado en la ventana, rendido de un sueño profundo, por cuanto Pablo disertaba largamente, vencido del sueño cayó del tercer piso abajo, y fue levantado muerto. 10Entonces descendió Pablo y se echó sobre él, y abrazándole, dijo: No os alarméis, pues está vivo. 11Después de haber subido, y partido el pan y comido, habló largamente hasta el alba; y así salió. 12Y llevaron al joven vivo, y fueron grandemente consolados.
13Nosotros, adelantándonos a embarcarnos, navegamos a Asón para recoger allí a Pablo, ya que así lo había determinado, queriendo él ir por tierra. 14Cuando se reunió con nosotros en Asón, tomándole a bordo, vinimos a Mitilene. 15Navegando de allí, al día siguiente llegamos delante de Quío, y al otro día tomamos puerto en Samos; y habiendo hecho escala en Trogilio, al día siguiente llegamos a Mileto. 16Porque Pablo se había propuesto pasar de largo a Efeso, para no detenerse en Asia, pues se apresuraba por estar el día de Pentecostés, si le fuese posible, en Jerusalén.
17Enviando, pues, desde Mileto a Efeso, hizo llamar a los ancianos de la iglesia. 18Cuando vinieron a él, les dijo:
Vosotros sabéis cómo me he comportado entre vosotros todo el tiempo, desde el primer día que entré en Asia, 19sirviendo al Señor con toda humildad, y con muchas lágrimas, y pruebas que me han venido por las asechanzas de los judíos; 20y cómo nada que fuese útil he rehuido de anunciaros y enseñaros, públicamente y por las casas, 21testificando a judíos y a gentiles acerca del arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo. 22Ahora, he aquí, ligado yo en espíritu, voy a Jerusalén, sin saber lo que allá me ha de acontecer; 23salvo que el Espíritu Santo por todas las ciudades me da testimonio, diciendo que me esperan prisiones y tribulaciones. 24Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios. 25Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de todos vosotros, entre quienes he pasado predicando el reino de Dios, verá más mi rostro. 26Por tanto, yo os protesto en el día de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos; 27porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios. 28Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre. 29Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. 30Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos. 31Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno. 32Y ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados. 33Ni plata ni oro ni vestido de nadie he codiciado. 34Antes vosotros sabéis que para lo que me ha sido necesario a mí y a los que están conmigo, estas manos me han servido. 35En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir.
36Cuando hubo dicho estas cosas, se puso de rodillas, y oró con todos ellos. 37Entonces hubo gran llanto de todos; y echándose al cuello de Pablo, le besaban, 38doliéndose en gran manera por la palabra que dijo, de que no verían más su rostro. Y le acompañaron al barco.
21
1Después de separarnos de ellos, zarpamos y fuimos con rumbo directo a Cos, y al día siguiente a Rodas, y de allí a Pátara. 2Y hallando un barco que pasaba a Fenicia, nos embarcamos, y zarpamos. 3Al avistar Chipre, dejándola a mano izquierda, navegamos a Siria, y arribamos a Tiro, porque el barco había de descargar allí. 4Y hallados los discípulos, nos quedamos allí siete días; y ellos decían a Pablo por el Espíritu, que no subiese a Jerusalén. 5Cumplidos aquellos días, salimos, acompañándonos todos, con sus mujeres e hijos, hasta fuera de la ciudad; y puestos de rodillas en la playa, oramos. 6Y abrazándonos los unos a los otros, subimos al barco y ellos se volvieron a sus casas.
7Y nosotros completamos la navegación, saliendo de Tiro y arribando a Tolemaida; y habiendo saludado a los hermanos, nos quedamos con ellos un día. 8Al otro día, saliendo Pablo y los que con él estábamos, fuimos a Cesarea; y entrando en casa de Felipe el evangelista, que era uno de los siete, posamos con él. 9Este tenía cuatro hijas doncellas que profetizaban. 10Y permaneciendo nosotros allí algunos días, descendió de Judea un profeta llamado Agabo, 11quien viniendo a vernos, tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al varón de quien es este cinto, y le entregarán en manos de los gentiles. 12Al oír esto, le rogamos nosotros y los de aquel lugar, que no subiese a Jerusalén. 13Entonces Pablo respondió: ¿Qué hacéis llorando y quebrantándome el corazón? Porque yo estoy dispuesto no sólo a ser atado, mas aun a morir en Jerusalén por el nombre del Señor Jesús. 14Y como no le pudimos persuadir, desistimos, diciendo: Hágase la voluntad del Señor.
15Después de esos días, hechos ya los preparativos, subimos a Jerusalén. 16Y vinieron también con nosotros de Cesarea algunos de los discípulos, trayendo consigo a uno llamado Mnasón, de Chipre, discípulo antiguo, con quien nos hospedaríamos. 17Cuando llegamos a Jerusalén, los hermanos nos recibieron con gozo.
Mapa para seguir el recorrido Pablo durante su segundo viaje:

En estos versos podemos aprender que:




PARA REFLEXIONAR
En primer lugar, hermanos, les invito a reflexionar en la importancia de la predicación de la Palabra de Dios. Ya que si se fijan bien en el texto, detrás de cada vida transformada y detrás de cada vida entregada a Cristo hubo Palabra de Dios predicada y enseñada. Así mismo, detrás de cada evidencia de nueva vida y fe en Jesucristo, y detrás de cada viaje de los discípulos que salieron a predicar el evangelio hubo predicación de la Palabra de Dios. Y, así es, hermanos, tal y como escribió Pablo a los Corintios durante su tercer viaje, la predicación es importante porque “agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación” (1 Cor. 1:17); y luego escribió a los Romanos durante el mismo viaje diciendo: “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” (Ro. 10:17). Y ya que sabemos que la Predicación de la Palabra de Dios tiene poder, entonces, con mayor razón debemos atender a las Palabras de Pablo a Timoteo cuando dijo: “Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que prediques la palabra, a tiempo y fuera de tiempo” (2 Tim. 4:2). Hermanos, no hay evangelización bíblica sin predicación bíblica del evangelio. Por tanto, hablemos de Cristo, enseñemos las verdades de Dios, prediquemos Su Palabra, y hagamos de la predicación nuestro principal recurso en la evangelización.
Y, en segundo lugar, muy relacionado con este punto, quisiera animarlos a que estemos deseosos por predicar el evangelio sabiendo los resultados que tiene la buena recepción de la Palabra de Dios predicada.
Pienso que está demás hablar de las cosas que hicieron los que evidentemente no recibieron la Palabra de Dios con fe; y está demás porque hemos visto una y otra vez, de manera muy clara, cómo ellos no solamente rechazaban la verdad sino que también se oponían abiertamente a ella. Sin embargo, en total contraste a tales hombres, los que creían a la Palabra de Dios y el evangelio de Jesucristo evidentemente se volvían a Cristo y comenzaban a servir al Señor y a ser obedientes a Su Palabra y a Su mandato de hacer más discípulos por medio del evangelio. Y es viendo estos notorios cambios en la vida de las personas que naturalmente Pablo, mientras estaba en Corinto en su tercer viaje, escribió a los Romanos diciendo: “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree”. Y un poco antes de eso dice, literalmente: “por mi parte estoy ansioso de anunciar el evangelio también a ustedes que está en Roma” (Ro. 1:15-16)
¿Y por qué deberíamos estar ansioso o deseosos por predicar? Bueno. Hermanos, porque la predicación del evangelio es el camino que Dios ha determinado para manifestar Su poder dando vida, perdonando, y salvando a pecadores. Por tanto, estemos deseosos por anunciar el evangelio, sabiendo que Dios puede y quiere cambiar la vida de los hombres mediante las verdades de Jesucristo el Señor. ¿Conoces a alguien que aún no teme a Dios? Ora por el, acompáñale, hazte, amigo de él, pide oración en la Iglesia ¡Por supuesto! Pero, sobre todo predícale el evangelio; asegúrate que escuche la Palabra de Dios desde las Escrituras.
Por tanto, estemos ansiosos y dispuestos a obedecer al Señor. Y, queridos míos, si Él te está guiando y confirmando por medio de la predicación y la iglesia local, que debes prepararte y salir con la intención de hacer más discípulos a través de la predicación del evangelio entre las naciones, Si Él te está guiando y confirmando por medio de Su palabra y Su iglesia, entonces, amado hermano, prepárate, capacítate, aprende, y está listo para que el Señor a Su tiempo, te encomiende a la obra que te está llamando, por medio de la iglesia que ha puesto a tu alrededor. Pero mientras tanto, predica la Palabra de Dios; prediquemos el evangelio porque es poder de Dios para salvación a todo a aquel que cree.
CUESTIONARIO COMPLETO:
1. ¿Por cuáles lugares viajó Pablo en su tercer viaje? ¿Dónde se detuvo Pablo por más tiempo?
- Salió de Antioquía y recorrió por orden la región de Galacia y de Frigia confirmando (o fortaleciendo mediante la predicación) a todos los discípulos (Hch. 18:23 cp. Hch. 14:22; 15:32, 41)
- Después de recorrer las regiones superiores (Galacia y Frigia), Pablo llegó a Éfeso (Hch. 19:1). Aquí se quedó por un periodo de tres años en total (Hch. 20:31; cp. “tres meses hablando en las sinagogas” Hch. 19:8, y 2 años predicando en “la escuela de Tiranno” Hch. 19:9) haciendo de la iglesia en Éfeso su “centro de operaciones” y su iglesia local. Tal impacto tuvo la predicación en Éfeso que todos los que habitaban en Asia, así judíos como griegos, oyeron la palabra del Señor Jesús (Hch. 19:8-10) y así crecía y prevalecía poderosamente la Palabra del Señor (Hch. 19:20). Pablo escribió la primera carta a los Corintios desde Éfeso (1Cor. 16:5 cp. Hch. 19:22; 20:1 y también 1Cor. 16:8-9 cp. Hch. 19:23-41)
- Luego de estar en Efesio (Asia), viajó a Macedonia (probablemente desde el puerto de Troas cp. 2Cor. 2:13-14) y recorrió aquella región exhortando a las iglesias (Filipos, Tesalónica, Berea, et. al.) con abundancia de Palabra, hasta que llegó a Grecia donde estuvo por un periodo de tres meses (Hch. 20:1-2). Durante tiempo Pablo escribió la carta a los Romanos, desde Corinto (Ro. 16:1. Notar: Febe viajaría a Roma con la carta, y ella servía en la iglesia en Cencrea que es el puerto oriental de Corinto).
- Después de pasar tres meses en Grecia decidió embarcarse de regreso a Siria (probablemente a Antioquía) pero debido a las “asechanzas de los judíos” (Hch. 20:3), decidió volver por Macedonia, pasando por Filipos (Hch. 20:6). Es probable que Pablo haya escrito la segunda carta a los corintios estando en Macedonia ya que fue después de su encuentro con Tito y las noticias que recibió de él que decidió escribir esa carta (2 Cor. 7:5-7,13), además Pablo quería ir con algunos macedonios a la iglesia en Corinto (cp. 2 Cor. 9:3-4)
- Luego, navegó de Filipos hasta Troas (Hch. 20:6) donde se quedó siete días. El día anterior a su partida, Pablo enseñó largamente en Troas (Hch. 20:7-12).
- Pablo pasó hasta Asón por tierra (Hch. 20:12), luego abordó un barco en Asón hasta Mitelene (Hch. 20:13), de allí navegó hasta Samos (v.15), y habiendo hecho escala en Trogilio, llegaron a Mileto (v.16) donde reunió a los ancianos de Éfeso para despedirse de ellos (Hch. 20:17-38).
- Luego de despedirse de los hermanos de Éfeso, navegó rumbo directo a Cos, al día siguiente a Rodas, y de allí hasta Pátara (Hch. 21:1), y luego se embarcó hacia Fenicia arribando en Tiro donde se quedaron siete días con los discípulos (Hch. 21:3-6).
- Luego salió de Tiro a Tolemaida donde saludaron a los hermanos (21:7), y luego salieron a Cesarea donde se quedaron en casa de Felipe durante siete días (Hch. 21:8)
- Después de estar con Felipe en Cesarea, Pablo finalmente llegó a Jerusalén (Hch. 21:15) donde los hermanos le recibieron con gozo (v.17).
2. ¿Quiénes fueron compañeros de Pablo a lo largo del tercer viaje? ¿De qué lugares eran sus compañeros?
- Timoteo de Frigia, y Erasto (Hch. 19:19) probablemente de Corinto (Ro. 16:23; 2 Ti. 4:20)
- Gayo de Macedonia y Aristarco de Tesalónica (Hch. 19:29 cp. Hch. 20:4-5)
- Sópater de Berea, Segundo de Tesalónica, Gayo de Derbe, Títico y Trófino de Asia, y Lucas (Hch. 20:4-5)
- Mnasón de Chipre (Hch. 21:16)
- Varios otros discípulos (Hch. 21:16)
Según los escritos de Pablo durante su tercer viaje, que son las cartas a los Corintios y a los Romanos, podemos decir que otros compañeros de Pablo en su viaje fueron:
- Sóstenes (1 Cor. 1:1)
- Estéfanas, Fortunato y Acaico (1Cor. 16:17)
- Aquila y Priscila (1Cor. 16:19)
- Tito (2Cor.16-19, 23-24)
- Febe (Ro. 16:1-2)
- Urbano (Ro. 16:9)
- Lucio, Jasón, Sosípater y Tercio (Ro. 16:21, 22)
3. ¿Qué obstáculos surgieron durante el tercer viaje de Pablo?
Según lo que Lucas registra en el Libro de los Hechos, podemos ver que algunos de los obstáculos en el viaje fueron:
- La dureza de los judíos que discutían y maldecían a los creyentes y el evangelio que era predicado (Hch. 19:9).
- El alboroto en Éfeso (Hch. 19:33-40 cp, 1 y 2 Cor)
- Asechanza de los judíos en Grecia (Hch. 20:3)
Sin embargo, también podemos ver varios obstáculos más en las cartas que Pablo escribió durante su tercer viaje. Entre ellos vemos que: Según las cartas a los Corintios, Pablo sufrió los obstáculos de muchos adversarios en Éfeso (1Cor. 16:9), muchas tribulaciones y conflictos en Macedonia (2Cor. 7:5). Es más, Pablo escribe un buen listado de obstáculos en sus viajes en su segunda carta a los corintios (2Cor. 11:23-28), entre ellas el cuidado por las iglesias (v.28). Además, menciona un agujón en la carne del cual tenía que depender y fortalecerse en el Señor (2 Cor. 12:7-9). Sin embargo, al final, Pablo escribe que se complace en las debilidades, en insultos, en cárceles, en persecución y en angustias por amor a Cristo (2Cor. 12:10).
4. ¿Cuáles fueron algunos de los resultado de la obra de Dios por medio de la predicación de los discípulos de Cristo?
- Las iglesia eran de galacia y Frigia (Hch. 18:23), Troas (Hch. 20:7-12) y Macedonia (Hch. 20:2) eran afirmadas por la predicación de Pablo;
- Apolos conoció más exactamente el camino de Dios por la enseñanza de Aquila y Priscila (Hch. 18:24-26)
- Los creyentes de Acaya (y Corinto) fueron grandemente edificados por la predicación de Apolo (Hch. 18:27-28)
- 12 hombres que solo conocían en bautismo de Juan recibieron el Espíritu Santo por medio de la predicación de Pablo (Hch. 19:1-7)
- Todos los que habitaban en Asia, judíos y griegos, oyeron la palabra del Señor a causa de las enseñanzas de Pablo en Éfeso, y el testimonio de la iglesia (Hch. 19:8-10 cp. 18:20).
- El nombre del Señor Jesús era magnificado por todos los que habitaban en Éfeso al ver los milagros que acompañaban la palabra que era predicada (Hch. 19:11-17)
- Muchos que creyeron al evangelio predicado se volvieron al Señor y quemaban sus libros de magia (Hch. 19:18-20)
- “Así crecía y prevalecía poderosamente la palabra del Señor” (Hch. 19:20)
- Los ancianos de Éfeso (y la iglesia) fueron exhortados y animados por la predicación de Pablo (Hch. 20:17-35) a ser fieles al Señor y tener cuidado de los falsos maestros.
- El amor, la comunión, y la preocupación entre los hermanos se expresaba de manera práctica como resultado de la predicación de la Palabra (véase Hch. 20:36; 21:4-5, 7, 8-14, 15-17)
- Las iglesias estaban involucradas en la predicación del evangelio y el discipulado a las naciones, y cada vez discípulos de Cristo salían intencionalmente a las naciones a predicar el evangelio (véase todos los compañeros de Pablo en el viaje), y todo como un resultado de la obra de Dios por medio de la predicación del evangelio.
(Gracias por leer todo el post, espero que haya sido de bendición para tu vida y crecimiento espiritual)