Como cristianos, una petición constante es la salvación de los inconversos. ¿Cómo podemos formar oraciones bíblicas por la salvación de los no creyentes? En 1ª Juan 5:14, el apóstol dice, «Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye». Podemos orar con toda confianza cuando pedimos la voluntad de Dios, y sabemos que estamos orando la voluntad de Dios cuando oramos las Escrituras. El propósito de este estudio es ayudarnos a armar oraciones bíblicas por los inconversos.
En primer lugar, podemos orar con confianza pidiendo que toda la gloria sea para Dios. Nuestra oración por los inconversos es que sean salvos, y el motivo de la oración es que Dios sea glorificado.
En segundo lugar, podemos orar con confianza pidiendo que el evangelio alcance a los inconversos. Esta petición es el medio por el cual Dios ha decidido salvar a los pecadores. Dios, como soberano de todo, determina los fines junto con los medios. Por ejemplo, Pablo dice a los filipenses que se va libre de la cárcel «por vuestra oración y la suministración del Espíritu de Jesucristo» (Filipenses 1:19). En ese caso, Dios determinó el fin (la liberación de Pablo) junto con el medio (por las oraciones de los filipenses). Cuando oramos que el evangelio alcance a los inconversos, confesamos que el medio por el cual Dios determinó salvar a los pecadores es la proclamación del evangelio.
- Es necesario que alguien proclame el evangelio porque los inconversos no son capaces de conocer a Dios por medio de su propia sabiduría. «Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación» (1ª Corintios 1:21). Para ser salvo, los inconversos necesitan escuchar el mensaje del evangelio, aunque les parezca una locura.
- Pablo dice a los romanos que «todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo» (Romanos 10:13), y después sigue haciendo tres preguntas lógicas. ¿Cómo podría uno invocar al Señor si no hubiera creído en él? Y ¿cómo podría creer si no hubiera escuchado de él? Y ¿cómo podría escuchar si alguien no se lo hubiera dicho? (Romanos 10:14) Es necesario que alguien escuche el evangelio para creerlo.
- Por eso, Jesús mismo mandó a sus discípulos a orar así: «Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies» (Mateo 9:38). ¿Por qué debemos orar que Dios envíe obreros? Porque sin escuchar el evangelio, los inconversos no pueden creer.
- Pablo pidió la oración a los efesios por sí mismo, «…y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio…» (Efesios 6:19). Entendía que era necesario proclamar el evangelio para que los inconversos alrededor de él pudieran escuchar el evangelio y ser salvos.
El medio por el cual Dios salvará a los inconversos es la proclamación del evangelio. Para ser salvo, uno tiene que escuchar el evangelio y creerlo. Jesucristo ha enviado a sus discípulos por todo el mundo para hacer discípulos de él, predicando el evangelio a toda criatura (Marcos 16:15). Dios ha ordenado como medio la proclamación del evangelio, por eso, queremos estar proclamando el evangelio y orando que otros hermanos también proclamen el evangelio. Tenemos que aprender a articular el evangelio claramente para ser fieles evangelizando a la gente a nuestro alrededor. Oramos por las misiones, porque queremos hacer llegar el evangelio a los lugares no alcanzados. Por eso, cuando oramos por los inconversos, siempre pedimos que el evangelio les alcance.
