Taller: Vivencias de una iglesia en crecimiento (parte 2) – Antioquía

Vamos a seguir adelante con nuestra reflexión en cuanto a las experiencias que hemos vivido como iglesia y algunas otras que viviremos tal durante este año. Y, como bien saben, esta reflexión tiene el fin de estar más preparados para abordar cada etapa de nuestra vida como iglesia de la manera más bíblica y madura posible.
Ahora bien, para ayudarnos a hacer esta reflexión, hoy volveremos a mirar el ejemplo de la iglesia en Antioquía de Siria.

Obviamente hay muchas cosas que los creyentes de Antioquía vivieron y que nosotros no viviremos; así como hay cosas que nosotros vivimos que ellos nunca experimentaros. Sin embargo, aún sabiendo todo eso, todavía hay varias cosas que podemos aprender de las vivencias que llevaron a la iglesia en Antioquía a ser reconocidas como una congregación que no solo se identificó por creer y someterse a la doctrina de Cristo, sino que también por ser una de las primeras congregación donde sus miembros fueron llamados “cristianos”; fueron llamados: seguidores de Cristo, o discípulos de Jesús.

¿Qué nos cuenta Lucas en el libro de Los Hechos?

Todas estas vivencias formaron parte del crecimiento y madurez de la iglesia en Antioquía; y de todas ellas, para esta estas sesión, solo vamos a considerar las dos últimas vivencias que corresponden a:

Para estudiar estas dos experiencias un poquito más, al igual que la semana pasada, gustaría hacer algo distinto, algo más interactivo. Y para ello, tengo preparado para ustedes una guía con algunas preguntas para responder en grupo.

Guía de trabajo para niños

Guía de trabajo para juveniles

Guía 1 de trabajo para adultos

Guía 2 de trabajo para adultos

Para un estudio más detallado de Hechos capítulo 15, te recomiendo la siguiente serie: Evidencias de un gobierno congregacional (Haz clic en la imagen)

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Conclusiones:

Después de haber reflexionado en las vivencias que experimentó la iglesia en Antioquía y cómo éstas nos alientan a seguir su ejemplo, busquemos al Señor en oración y digamos:

Nuestro desafío como Iglesia Berea