Los Reyes de Israel (Acab – parte 3; Josafat; Ocozías)

Esta mañana, vamos a continuar con nuestra serie de los Reyes de Israel. Nuestro enfoque esta mañana será los capítulos 21 y 22, específicamente en el capítulo 21, que nos relata un episodio más del reinado del Rey Acab. El relato nos cuenta sobre lo que pasó con la viña y la vida de Nabot, un vecino del rey Acab. El relato no es solamente acerca del enfoque en la agricultura en el reino del rey Acab, pero acerca de la falta de compromiso a Jehová y su pacto en el reino del norte. El título del sermón es “La Palabra de Dios es Clara y Cierta”.

Nuestra serie, “Los Reyes de Israel”, tiene el propósito general de presentarnos quién es Dios. Un propósito de confrontarnos y, al mismo tiempo, animarnos con sus atributos. En el texto de hoy, vamos a ver claramente los atributos de su soberanía, su omnisciencia, su justicia y su misericordia. Todas sus acciones fueron coordinadas para llevar a cabo su plan de redención para el mundo a través del Rey de Reyes, el Mesías, el ungido, Jesucristo. Se nos recuerda una y otra vez que nada puede detener su plan y sus propósitos.

La semana pasada, aprendimos que el contexto del reinado del rey Acab tenía un ambiente pecaminoso y totalmente en contra de la palabra revelada de Jehová.  Aprendimos que la adoración de Baal era popular y atractiva para el reino del norte porque

1. la adoración a Baal fue aprobada oficialmente por el rey y la reina. 1 Reyes 16:30-33

2. Había una atracción por la historia de la adoración a Baal y otros dioses en Canaán. Jueces 2:11-13

3. Hubo una atracción para satisfacer las necesidades propias.

4. Finalmente, hubo una atracción por la sensualidad.

En el capítulo 21 encontramos otro episodio triste del nivel de pecado y rebelión manifestado durante el reinado del rey Acab. Pero en este mismo episodio, también encontraremos cómo los atributos de Dios están conectados y demostrados en los detalles.

Permítanme leer el capítulo completo solo para detenerme de vez en cuando para hacer algunos comentarios y explicar algunos de los detalles. Mientras escuchamos el desarrollo de la historia, piense en dos cosas principales.

1.) Las implicaciones pecaminosas del rey Acab en los detalles de la historia.

2.) Las maravillosas implicaciones de los atributos de Dios en los detalles de la historia.

1 Pasadas estas cosas, aconteció que Nabot de Jezreel tenía allí una viña junto al palacio de Acab rey de Samaria.
2 Y Acab habló a Nabot, diciendo: Dame tu viña para un huerto de legumbres, porque está cercana a mi casa, y yo te daré por ella otra viña mejor que esta; o si mejor te pareciere, te pagaré su valor en dinero.
3 Y Nabot respondió a Acab: Guárdeme Jehová de que yo te dé a ti la heredad de mis padres.
4 Y vino Acab a su casa triste y enojado, por la palabra que Nabot de Jezreel le había respondido, diciendo: No te daré la heredad de mis padres. Y se acostó en su cama, y volvió su rostro, y no comió.
5 Vino a él su mujer Jezabel, y le dijo: ¿Por qué está tan decaído tu espíritu, y no comes?
6 El respondió: Porque hablé con Nabot de Jezreel, y le dije que me diera su viña por dinero, o que si más quería, le daría otra viña por ella; y él respondió: Yo no te daré mi viña.
7 Y su mujer Jezabel le dijo: ¿Eres tú ahora rey sobre Israel? Levántate, y come y alégrate; yo te daré la viña de Nabot de Jezreel.
8 Entonces ella escribió cartas en nombre de Acab, y las selló con su anillo, y las envió a los ancianos y a los principales que moraban en la ciudad con Nabot.
9 Y las cartas que escribió decían así: Proclamad ayuno, y poned a Nabot delante del pueblo;
10 y poned a dos hombres perversos delante de él, que atestigüen contra él y digan: Tú has blasfemado a Dios y al rey. Y entonces sacadlo, y apedreadlo para que muera.
11 Y los de su ciudad, los ancianos y los principales que moraban en su ciudad, hicieron como Jezabel les mandó, conforme a lo escrito en las cartas que ella les había enviado.
12 Y promulgaron ayuno, y pusieron a Nabot delante del pueblo.
13 Vinieron entonces dos hombres perversos, y se sentaron delante de él; y aquellos hombres perversos atestiguaron contra Nabot delante del pueblo, diciendo: Nabot ha blasfemado a Dios y al rey. Y lo llevaron fuera de la ciudad y lo apedrearon, y murió.

El rey Acab quería la viña de su vecino. La oferta de Acab parecía razonable. Te daré otra viña, porque me gusta más este lugar. Su vecino, Nabot, rechazó la oferta del rey. Nabot da una razón sólida para decir no en el v. 3, “Guárdeme Jehová de que yo te dé a ti la heredad de mis padres”. Nabot parecía saber y apreciar lo que decía la ley en Lev. 25:23-28 (“La tierra no se venderá a perpetuidad, porque la tierra mía es; pues vosotros forasteros y extranjeros sois para conmigo.” v. 23) y Núm. 36:7-9 (“para que la herencia de los hijos de Israel no sea traspasada de tribu en tribu; porque cada uno de los hijos de Israel estará ligado a la herencia de la tribu de sus padres.” v. 7). Nabot parecía desear ser fiel a la Palabra de Dios. No tenía una razón para vender, ni siquiera para intercambiar tierras. Él no estaba interesado.

Podemos suponer que el rey Acab y Jezabel no tuvieron cuidado de seguir la Palabra de Dios. Faltaba su sensibilidad a la palabra de Dios. Sólo estaban pensando en sí mismos.

A pesar de ser extranjera y pagana, Jezabel usó la palabra de Dios (la ley de Moisés) para quitar la viña de Nabot. De manera trágica ella manipuló la situación de los procesos legales y religiosos y distorsionó la palabra de Dios para obtener lo que ella (y su esposo) quería. Se puede ver en esta primera parte de la historia la falta de respeto a Dios y a su palabra. Jezabel se hizo cargo y creó un plan que parecía espiritual externamente, pero en el fondo era malvado y estaba lleno de mentiras y documentos falsos. Jezabel quería crear una celebración religiosa, un día de ayuno, distrayendo la atención respecto a lo que en realidad va a pasar y añadiendo con ese pretexto “un aire de santidad” a un proceso que se presenta como legal de acuerdo con la palabra de Dios. Presentó su plan a los ancianos de la ciudad para matar a Nabot y los ancianos dijeron «sí». Jezabel insistió en tener dos testigos (“dos hombres perversos” vv. 10, 13), el mínimo requerido por la ley. (vea Deut. 17:6-7; 19:15; Núm. 35:30). Los dos hombres mintieron sobre Nabot y lo apedrearon fuera de la ciudad, tal como lo exigía la ley.

 
14 Después enviaron a decir a Jezabel: Nabot ha sido apedreado y ha muerto.
15 Cuando Jezabel oyó que Nabot había sido apedreado y muerto, dijo a Acab: Levántate y toma la viña de Nabot de Jezreel, que no te la quiso dar por dinero; porque Nabot no vive, sino que ha muerto.
16 Y oyendo Acab que Nabot era muerto, se levantó para descender a la viña de Nabot de Jezreel, para tomar posesión de ella.

Observe cómo el texto enfatiza que Nabot ahora está muerto (vv. 13-16). Así es como funciona la cosmovisión pagana de Jezabel. Nabot estaba en mi camino. Me desharé de él. Su plan funcionó. Ella consiguió lo que ella quería. El texto establece claramente que Nabot está muerto. Incluso en 2 Reyes 9:26 dice que los hijos de Nabot también fueron asesinados para eliminar a alguien de la herencia familiar. Parecía ser el crimen perfecto. Asesinato y robo. Nuevamente, este es el contexto del reinado malvado del rey Acab y Jezabel. Aparentemente, ellos tenían todo el poder. Aparentemente, ellos tenían la última palabra. Sabían cómo conseguir lo que querían. Nadie lo sabría nunca.

 
17 Entonces vino palabra de Jehová a Elías tisbita, diciendo:
18 Levántate, desciende a encontrarte con Acab rey de Israel, que está en Samaria; he aquí él está en la viña de Nabot, a la cual ha descendido para tomar posesión de ella.

Es aquí donde tenemos a Dios entrando en la historia. Es una clara demostración de que Dios es omnisciente. Si bien el plan de Jezabel solo era conocido por unos pocos, pero Dios conocía todos los detalles malvados. Todas las mentiras. Los documentos falsos. El falso testimonio. El asesinato de Nabot. Dios entró en esta historia comunicando su palabra clara y cierta a través del profeta Elías.


19 Y le hablarás diciendo: Así ha dicho Jehová: ¿No mataste, y también has despojado? Y volverás a hablarle, diciendo: Así ha dicho Jehová: En el mismo lugar donde lamieron los perros la sangre de Nabot, los perros lamerán también tu sangre, tu misma sangre.

Nadie está exento del juicio de la palabra de Dios. Incluso en el reino malvado de Israel, el reino del norte, el profeta de Dios, Elías, como mensajero de la palabra de Dios, está por encima del rey y la reina. Nadie, cualquiera que sea su estatus o éxito, puede escapar de la presencia de Dios, de la omnisciencia de Dios y de la justicia de Dios.


20 Y Acab dijo a Elías: ¿Me has hallado, enemigo mío? El respondió: Te he encontrado, porque te has vendido a hacer lo malo delante de Jehová.
21 He aquí yo traigo mal sobre ti, y barreré tu posteridad y destruiré hasta el último varón de la casa de Acab, tanto el siervo como el libre en Israel.
22 Y pondré tu casa como la casa de Jeroboam hijo de Nabat, y como la casa de Baasa hijo de Ahías, por la rebelión con que me provocaste a ira, y con que has hecho pecar a Israel.
23 De Jezabel también ha hablado Jehová, diciendo: Los perros comerán a Jezabel en el muro de Jezreel.
24 El que de Acab fuere muerto en la ciudad, los perros lo comerán, y el que fuere muerto en el campo, lo comerán las aves del cielo.

Si los pronunciamientos del juicio sobre Acab y Jezabel suenan familiares, es por algo. Es el mismo lenguaje de juicio que Dios hizo sobre los reyes anteriores de Israel que le fueron infieles.

El autor del libro enfatiza el punto de que, si Dios prometió juzgar a los reyes en el pasado de esta manera, ¿por qué ustedes se comportarían de la misma manera, cometiendo los mismos pecados y esperando un resultado diferente?


25 (A la verdad ninguno fue como Acab, que se vendió para hacer lo malo ante los ojos de Jehová; porque Jezabel su mujer lo incitaba.
26 El fue en gran manera abominable, caminando en pos de los ídolos, conforme a todo lo que hicieron los amorreos, a los cuales lanzó Jehová de delante de los hijos de Israel.)

El autor, una vez más, da un comentario sobre el reinado general del rey Acab. Se vendió para hacer lo malo ante los ojos de Jehová. Caminó en pos de los ídolos. Era un rey muy malo. Pero había un pequeño punto brillante.


27 Y sucedió que cuando Acab oyó estas palabras, rasgó sus vestidos y puso cilicio sobre su carne, ayunó, y durmió en cilicio, y anduvo humillado.
28 Entonces vino palabra de Jehová a Elías tisbita, diciendo:
29 ¿No has visto cómo Acab se ha humillado delante de mí? Pues por cuanto se ha humillado delante de mí, no traeré el mal en sus días; en los días de su hijo traeré el mal sobre su casa.

Parece que el rey Acab, al menos externamente, se arrepintió de sus acciones. Acab se humilló delante de Jehová. Dios se dio cuenta de esto y le dijo a Elías cómo daría su juicio. Lo hizo con misericordia. Dios se deleita en ejercer misericordia mientras impone su justicia. La palabra de Dios fue clara y cierta acerca de su justicia, pero también hubo una gran misericordia en su forma de impartir su justicia. Dios pospuso el juicio contra la dinastía de Acab, pero no lo canceló. Por seguro, traerá justicia final (2 Reyes 9-10).

En cuanto al final del reinado y la vida del rey Acab, el capítulo 22 nos da los detalles. Para entender rápidamente el contexto, el rey Acab y el rey Josafat del sur, hicieron un tratado para pelear juntos contra el rey de Siria.

29 Subió, pues, el rey de Israel con Josafat rey de Judá a Ramot de Galaad.

30 Y el rey de Israel dijo a Josafat: Yo me disfrazaré, y entraré en la batalla; y tú ponte tus vestidos. Y el rey de Israel se disfrazó, y entró en la batalla.

31 Mas el rey de Siria había mandado a sus treinta y dos capitanes de los carros, diciendo: No peleéis ni con grande ni con chico, sino sólo contra el rey de Israel.

32 Cuando los capitanes de los carros vieron a Josafat, dijeron: Ciertamente éste es el rey de Israel; y vinieron contra él para pelear con él; mas el rey Josafat gritó.

33 Viendo entonces los capitanes de los carros que no era el rey de Israel, se apartaron de él.

34 Y un hombre disparó su arco a la ventura e hirió al rey de Israel por entre las junturas de la armadura, por lo que dijo él a su cochero: Da la vuelta, y sácame del campo, pues estoy herido.

35 Pero la batalla había arreciado aquel día, y el rey estuvo en su carro delante de los sirios, y a la tarde murió; y la sangre de la herida corría por el fondo del carro.

36 Y a la puesta del sol salió un pregón por el campamento, diciendo: ¡Cada uno a su ciudad, y cada cual a su tierra!

37 Murió, pues, el rey, y fue traído a Samaria; y sepultaron al rey en Samaria.

38 Y lavaron el carro en el estanque de Samaria; y los perros lamieron su sangre (y también las rameras se lavaban allí), conforme a la palabra que Jehová había hablado.

Díganme ustedes. ¿Cumplió Dios su palabra? ¿Fue su palabra clara y cierta? ¿Tuvo este soldado “suerte” de disparar su arco y llegar al pequeño punto débil en la armadura del rey Acab? No. Todo sucedió bajo el control de nuestro Dios soberano. Todos los detalles. La fuerza del arco. La flecha volando por el aire. El viento que empujó la flecha. El ángulo exacto de la flecha cuando entró. Esto no fue un accidente. Esta fue una demostración clara y cierta de la Palabra de Dios. ¿Ves lo que el autor está enfatizando? ¿Quién es nuestro Dios? ¿Cómo es él? ¿Cómo él actúa?

El autor resume el reinado malvado y triste del rey Acab en los vv. 39-40.

39 El resto de los hechos de Acab, y todo lo que hizo, y la casa de marfil que construyó, y todas las ciudades que edificó, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel?

40 Y durmió Acab con sus padres, y reinó en su lugar Ocozías su hijo.

Justo antes de que termine el libro, el autor resume cómo fue el reinado del rey Josafat. No cubrimos los capítulos que hablan sobre el reinado del rey Josafat en el reino del sur, pero lo que necesitamos saber está en la siguiente sección.

41 Josafat hijo de Asa comenzó a reinar sobre Judá en el cuarto año de Acab rey de Israel.

42 Era Josafat de treinta y cinco años cuando comenzó a reinar, y reinó veinticinco años en Jerusalén….

43 Y anduvo en todo el camino de Asa su padre, sin desviarse de él, haciendo lo recto ante los ojos de Jehová. Con todo eso, los lugares altos no fueron quitados; porque el pueblo sacrificaba aún, y quemaba incienso en ellos.

44 Y Josafat hizo paz con el rey de Israel.

45 Los demás hechos de Josafat, y sus hazañas, y las guerras que hizo, ¿no están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Judá?

46 Barrió también de la tierra el resto de los sodomitas que había quedado en el tiempo de su padre Asa.

50 Y durmió Josafat con sus padres, y fue sepultado con ellos en la ciudad de David su padre; y en su lugar reinó Joram su hijo.

Hemos visto todas las implicaciones pecaminosas del reinado del rey Acab en varios episodios. Su falta de compromiso con Dios, su idolatría, se vendió para hacer lo malo ante los ojos de Jehová, su esposa pagana le influenció mucho. Él fue en gran manera abominable, caminando en pos de los ídolos, conforme a todo lo que hicieron los amorreos, a los cuales lanzó Jehová de delante de los hijos de Israel. Durante su reinado, el reino se había convertido básicamente en lo que era Canaán antes de la conquista de Josué.

Hemos visto las maravillosas implicaciones de los atributos de Dios en todos los detalles del reino de Acab. Su fidelidad a su pacto. Su misericordia. Su paciencia. Su justica perfecta y exacta. Su soberanía.

El libro de 1 Reyes termina con un resumen del hijo de Acab, Ocozías, quien gobernó en el reino del norte.

51 Ocozías hijo de Acab comenzó a reinar sobre Israel en Samaria, el año diecisiete de Josafat rey de Judá; y reinó dos años sobre Israel.

52 E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, y anduvo en el camino de su padre, y en el camino de su madre, y en el camino de Jeroboam hijo de Nabat, que hizo pecar a Israel;

53 porque sirvió a Baal, y lo adoró, y provocó a ira a Jehová Dios de Israel, conforme a todas las cosas que había hecho su padre.

¿Hay alguna esperanza para los futuros reyes del sur de Judá y los futuros reyes del norte de Israel? Ustedes tendrán que esperar hasta el mes de febrero para averiguarlo. Dios mediante, continuaremos nuestro estudio de los reyes el próximo año. Una cosa es muy clara y cierta, la palabra de Dios nos dice que todas las acciones de Dios fueron coordinadas para llevar a cabo su plan de redención para el mundo a través del Rey de Reyes, el Mesías, el ungido, Jesucristo. Se nos recuerda una y otra vez que nada puede detener su plan y sus propósitos.

¿Es este el Dios en el que crees? ¿Es este el Dios que adoras? ¿Es este el Dios al que sirves? ¿O estás siguiendo a otros dioses? Elige hoy a quién servirás. La palabra de Dios es clara y cierta que solo el Dios de la Biblia es digno de nuestra adoración y servicio.

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