El liderazgo de la iglesia local está compuesto por ancianos y diáconos (Filipenses 1:1). El anciano de la iglesia local es un hombre íntegro que desea discipular a sus hermanos. ¿Cuál es la tarea del anciano?
Podemos resumir la tarea del anciano de la iglesia local así:
El anciano vive como ejemplo en todo momento y hace discípulos de Jesucristo en todo momento.


Su responsabilidad corresponde a su calificación. Ya que el anciano es un hombre íntegro, da ejemplo de obediencia fiel a la Palabra. No es perfecto, sino que es un ejemplo de la semejanza a Cristo y la madurez cristiana (“ejemplo”, 1ª Pedro 5:3; Tito 2:7; 1ª Timoteo 4:11–12). Es un ejemplo constante en su matrimonio, en su hogar y dentro de la membresía de su iglesia local.
El anciano obedece el mandato de Jesucristo de hacer discípulos (Mateo 28:18–20), y es un discipulador de su esposa, de sus hijos y de los otros miembros de su iglesia.

En cuanto a su tarea específica, debe hacer discípulos de Jesucristo constantemente, llevando a todos a Jesús a través de la Palabra de Dios. Su enseñanza de la Palabra tiene como meta llevar a los oyentes a conocer a Jesús, a ser su discípulo y someterse a la Palabra de Jesús en todo momento (1ª Timoteo 4:11–13; Tito 2:15; 2ª Timoteo 2:24–25).