Los Deberes Regulares de la iglesia local: la oración y las ordenanzas

¿Qué debe hacer nuestra iglesia local de forma regular para ser fiel a Cristo? Hay miles de actividades en que la iglesia se puede involucrar, pero ¿cuáles son imprescindibles? Esta breve serie pretende examinar lo que nuestra iglesia local debe hacer regularmente según el Nuevo Testamento, usando como patrón Hechos 2:42.

Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, 
en la comunión unos con otros,
en el partimiento del pan y en las oraciones.

Las ordenanzas

Hechos 2:42 habla del “partimiento del pan”, y al parecer se refiere a la ordenanza de la cena del Señor, la cual Jesús mismo instituyó en vísperas de su muerte. Comió la pascua con sus discípulos, una cena que por 1.500 años, había recordado a los israelitas de su éxodo de Egipto; pero en ese momento, Jesús “tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí” (Lucas 22:19). En vez de recordar la salvación de Israel de Egipto, ahora debemos recordar la salvación que Jesucristo realizó por nosotros a través de su muerte y resurrección. Así que, la cena del Señor es para recordar la muerte de Jesús juntos como iglesia (1ª Corintios 11:26). Junto con la cena, la iglesia tiene la responsabilidad de administrar el bautismo, por el cual los discípulos de Cristo declaran que lo son (Mateo 28:19–20). Las ordenanzas de Jesús son deberes que la iglesia debe cumplir de forma regular.

La oración

Desde sus primeros momentos, la iglesia se dedicaba a la oración (por ejemplo, Hechos 1:14, 24; 4:23–31; 6:4; 13:3, et al), y el Nuevo Testamento nos manda que oremos “por todos los hombres” (1ª Timoteo 2:1).

¿Cómo debemos orar?

El modelo bíblico de la oración es al Padre, en el nombre del Hijo y por medio del Espíritu Santo (Juan 14:13–14; Romanos 8:26), y la voluntad de Dios para nosotros que estamos en Cristo Jesús es que oremos sin cesar (1ª Tesalonicenses 5:16–18). Nuestra confianza en la oración radica en que oramos conforme a la voluntad de Dios (1ª Juan 5:14), y sabemos que oramos según su voluntad cuando oramos las Escrituras.

¿Por qué debemos orar?

La gran mayoría de las oraciones que encontramos en el Nuevo Testamento son por el avance del evangelio. Pedimos a Dios que salve a los inconversos, o sea, que el evangelio alcance a más gente, lo cual glorifica a Dios y su Palabra (2ª Tesalonicenses 3:1). También pedimos a Dios por el crecimiento espiritual de nuestros hermanos, a fin de que el evangelio florezca en nuestras vidas y que seamos más como Jesús (por ejemplo, Colosenses 1:9–14).

En resumen, la oración en la iglesia debe ser constante, siempre en el nombre de Jesús y según la voluntad de Dios.

¿Cómo podemos obedecer a Dios a través de la oración?

En primer lugar, podemos orar según el modelo del Nuevo Testamento: al Padre, en el nombre del Hijo y por medio del Espíritu Santo. En segundo lugar, debemos orar las peticiones del Nuevo Testamento, pidiendo fielmente por las necesidades espirituales de los inconversos y los creyentes.

Preguntas de repaso y reflexión

  1. Según Hechos 2:42, ¿cuáles son los cuatro deberes regulares de la iglesia?
  2. A través de la cena del Señor, ¿qué estamos proclamando cada vez que la celebramos?
  3. Cuando un discípulo de Jesús se bautiza, ¿qué está declarando al mundo?
  4. ¿Cuál es el modelo bíblico de la oración?
  5. ¿Cómo podemos estar seguros de que estamos orando según la voluntad de Dios?
  6. ¿Cómo avanza el evangelio en cuanto a los inconversos? ¿a los creyentes?
  7. ¿Reflejan nuestras oraciones las oraciones inspiradas del Nuevo Testamento? Si no, ¿por qué?
  8. ¿Cuál es la frase que resume la oración en la iglesia local?
  9. Dentro de las formas de obedecer a Dios en la oración, ¿cuál te llamó la atención?
  10. ¿Cómo cumplimos actualmente el deber de la oración de forma regular en nuestra iglesia?
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