
Cada año, sus ancianos revisan un cuadro de todos los libros de la Biblia que hemos enseñado durante los últimos años. Es nuestro deseo predicar todo el consejo de Dios (Hechos 20:27) y enseñar cada uno de los libros de la biblia. Este año, hemos estudiado el libro de los Hechos con el Ps. Andrés. Durante los meses de mayo y julio voy a enseñar una parte del antiguo testamento que se puede pasar por alto fácilmente. Los libros de 1 y 2 Samuel, 1 y 2 Reyes y 1 y 2 Crónicas. Estos libros nos cuentan la historia de los reyes de Israel. Quizás te hayas preguntado, ¿por qué estudiar los reyes de Israel? ¿Otra lección de historia? ¿Cómo me afecta en mi vida hoy? Son buenas preguntas.
La Biblia es la palabra revelada de Dios. La Biblia está destinada a moldear nuestras mentes, nuestros afectos, nuestros deseos y nuestras acciones. ¿Qué quiere Dios que creamos? ¿Qué quiere Dios que amemos? ¿Qué quiere Dios que deseemos? ¿Qué quiere Dios que hagamos? Leer y estudiar el Antiguo Testamento puede parecer difícil, pero vale el esfuerzo porque es la Palabra de Dios. Él tiene muchas lecciones para que aprendamos. Recuerde que nuestro lema este año es Predicando a Cristo: Evangelismo y Misiones. Necesitamos entender cómo encajan estos libros en la gran historia de la Redención. Cristo mismo dijo que el antiguo testamento se trataba de él (Lucas 24:44). ¿Qué respuesta le darías a alguien que te pregunte por qué el libro de Números, Josué, Rut o 2 Samuel están en la Biblia? Después de esta serie, espero que todos tengamos una respuesta sólida a esta pregunta.
Antes de comenzar con el texto de hoy en 1 Samuel, me gustaría usar una ilustración de una serie de libros que tengo que relatan la historia de una familia a lo largo de varias generaciones. Si empiezo a leer el libro noveno, me perdería la historia general de la familia y no podría comprender realmente los detalles y las conexiones.
Mientras retomamos el noveno libro del Antiguo Testamento (1 Samuel), y antes de comenzar a leer y estudiar este maravilloso libro de la Biblia, miremos hacia atrás y recordemos la historia desde el principio. Lo que vemos son los libros de Génesis a Rut. Hay ocho libros antes de 1 Samuel y todos son libros de historia. Cada uno cuenta una parte importante de la historia a su manera. Juntos, forman una historia más grande… la historia de Dios. Deberíamos conocer esta historia. Si solo comenzamos a estudiar 1 Samuel sin saber lo que vino antes, nos perderíamos los detalles y las conexiones.
Entonces, rápidamente, lo prometo, recordemos un resumen del contenido de cada uno de estos libros que vienen antes de 1 Samuel.
Génesis 1 y 2 comienzan con la creación. Dios creó todas las cosas. Él creó a Adán y Eva y los puso en el huerto del Edén. Dios está allí con ellos. Pero en Génesis 3, la serpiente viene y tienta a Eva. Ella desobedece a Dios. Eva y Adán comen del árbol que Dios les había prohibido comer. Dios imparte juicio. Los echan del huerto de Edén. Pero en medio de este juicio, Dios da una promesa. Dice en Génesis 3:15 “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.” Dios tendrá la victoria un día a través del nacimiento de un bebé.
Génesis 4-11 no nos da mucha esperanza sobre el cumplimiento de esa promesa. Estos capítulos cubren muchos años y son capítulos oscuros. Pero en el capítulo 12, Dios llama a un pagano en la ciudad de Ur, llamado Abram. Dios le da a Abram algunas promesas en Génesis 12, 15 y 17. Las promesas incluyen, 1) Abram tendrá un hijo, que eventualmente crecerá a 2.) formar un pueblo que se convertirá en una nación que 3.) vivirá en una tierra prometida donde 4.) serán bendecidos y 5.) eventualmente serán una bendición para todo el mundo. En fin, Dios eligió a una nación a través de la cual bendecirá a todas las demás.
El resto de Génesis cubre cuatro generaciones de esta familia…Abraham, Isaac, Jacob y Judá. Cuenta la historia de esta familia creciente, bendecida, pero disfuncional. Pero justo antes de que termine el libro de Génesis, hay una promesa más que debemos tener en cuenta. En Génesis 49:8-12, Dios promete que habrá un líder (o un rey) como un león que vendrá del linaje de Judá y que gobernará para siempre, obtendrá una obediencia perfecta y gobernará perfectamente. Recuerden esto mientras continuamos avanzando en la historia.
Éxodo continúa la historia unos 400 años más tarde sobre esta gran familia. Esta familia aún no vive en la tierra prometida, sino que son esclavos en Egipto bajo el faraón. A través del siervo de Dios, Moisés, Dios obra eventos poderosos (las plagas) para liberar a su pueblo de la esclavitud. Los saca de Egipto y los lleva al desierto para llevarlos a la tierra prometida, pero, debido al pecado del pueblo, están en el desierto durante 40 años. Toda una generación muere en el desierto antes de llegar a la tierra prometida. A lo largo de este tiempo, Dios vive en medio de Su pueblo. Él los guía. Cuando ellos acampan, Él también lo hace. En el libro de Éxodo vemos la redención y liberación de Israel a través del poder de Dios y el derramamiento de sangre. Es un recordatorio de la fortaleza del Dios que cumple sus promesas.
Los libros de Levítico, Números y Deuteronomio continúan compartiendo los detalles de este tiempo en el desierto y especialmente la entrega de la Ley. El acercamiento a un Dios santo a través de sacrificios y cómo el pueblo de Israel debió lidiar con su pecado (Lev). Las consecuencias de la desconfianza y desobediencia hacia un Dios santo. La realidad de la presencia de Dios con el pueblo de Israel a pesar de la incredulidad de ellos (Núm). El sermón predicado por Moisés al pueblo de Israel antes de la entrada a la tierra prometida. El sermón de Moisés tiene un énfasis especial en los peligros de olvidar la ley (Deut).
Estos libros nos llevan al borde del desierto y al punto de la muerte de Moisés, pero no antes de que Moisés le dé el liderazgo a un joven llamado Josué. A lo largo de estos libros, Moisés y Josué siguen suplicando al pueblo que obedezca a Dios y lo siga. Explican una y otra vez las bendiciones de la obediencia y las maldiciones de la desobediencia.
El libro de Josué debería estar fresco en nuestras mentes ya que lo estudiamos el año pasado. Este libro comparte acerca de la entrada en la tierra prometida, la conquista de la tierra y la posesión de la tierra. Israel debía confiar en Dios en todo momento. Por su alimento, por sus victorias en las batallas y por sus familias. Josué continúa animando a Israel a ser fiel a Dios y a no olvidar lo que Dios ha hecho en el pasado. No olvides sus promesas. No olvides quién es Él.
El libro de Jueces empieza con una nueva generación que se había olvidado de Dios, de sus promesas y de su bendición. No hay paz en la tierra. Los enemigos todavía están en la tierra. La mayoría de los israelitas han comenzado a adorar a los dioses de las naciones que los rodean. Eventualmente, claman a Dios por perdón y son restaurados y ayudados por guerreros llamados jueces. Fueron enviados por Dios para rescatar a Israel de sus enemigos a su alrededor y para guiar al pueblo en la justicia. Personas como Sansón y Gedeón. Pero estas personas no siempre fueron buenas o justas. En general, en el libro de los jueces, Israel está en una espiral descendente de pecado. El libro podría llamarse el libro de los fracasos. El libro termina con lo siguiente, “En estos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía.” Jueces 21:25
1 Samuel básicamente retoma la historia desde el final de Jueces, pero hay un libro muy pequeño entre Jueces y 1 Samuel. Es el libro de Rut. La historia de Rut está en los tiempos de los jueces y es una pequeña historia sobre una familia piadosa. El libro revela la soberanía de Dios y su cuidado hacia su pueblo en tiempos de anarquía y rebelión. El libro termina con la siguiente información. Información importante que debemos recordar al estudiar los reyes de Israel.
Rut 4:18-22
18 Estas son las generaciones de Fares: Fares engendró a Hezrón,
19 Hezrón engendró a Ram, y Ram engendró a Aminadab,
20 Aminadab engendró a Naasón, y Naasón engendró a Salmón,
21 Salmón engendró a Booz, y Booz engendró a Obed,
22 Obed engendró a Isaí, e Isaí engendró a David.
Ahora… ¿de qué se trata el libro de 1 Samuel? 1 Samuel marca un cambio importante en la historia de Israel: Israel pasa de ser gobernado por jueces regionales (guerreros) a ser gobernado por una monarquía (o reyes).
Hoy, me gustaría pasar la mayor parte de nuestro tiempo en el capítulo 8 pero hay mucho texto para cubrir y explicar antes del capítulo 8. Una de las características de los libros históricos del A.T. (o el género de “narrativo histórico”) es que son más largos. Se toman el tiempo para desarrollar los personajes, los lugares y la historia. Esta es una de las razones por la que los he animado a todos a seguir el plan de lectura durante el mes de mayo. Hay muchas cosas que tendré que dejar fuera de mis sermones, pero son historias maravillosas sobre nuestro gran Dios y lecciones prácticas para nuestras vidas. Escuchen atentamente ya que trataré de resumir rápidamente 1 Samuel 1 – 7 para prepararnos para comprender el contexto del estado espiritual de Israel y por qué pidieron un rey para gobernarlos.
Capítulo 1: Elcana y sus dos esposas (Ana, que no tiene hijos, y Penina, que sí tiene hijos) visitan Silo todos los años. Ana recibe una porción doble como ofrenda. Penina la provoca a Ana y la hace miserable. Ana ora y le pide a Dios que, si le da un hijo, se lo dedicará como nazareo. Ana da a luz a Samuel y lo entrega a Dios en el templo en Silo. Los israelitas no han escuchado de Dios en décadas. Los sacerdotes son corruptos. Las naciones cercanas amenazan la seguridad de la tierra prometida. Incluso Elí, el sumo sacerdote y juez de Israel, no está sirviendo fielmente a Dios y al pueblo. Israel necesita más que un juez. Israel necesita volver a escuchar a Dios. Israel necesita un profeta.
El capítulo 2 es un cántico (o canción) de Ana alabando al Señor. Es poesía, por su puesto, pero también es profecía. Su cántico advierte a los arrogantes y soberbios, y habla de un Dios que humilla a los fuertes y exalta a los débiles. Aunque esta canción surge de la situación actual de Ana (el nacimiento milagroso de Samuel), el contenido de la canción también mira hacia adelante con una magnífica descripción de múltiples eventos que tendrán lugar en el libro de Samuel. No tengo tiempo para leer todo el cántico de Ana ahora, pero miren cómo termina.
10 Delante de Jehová serán quebrantados sus adversarios,
Y sobre ellos tronará desde los cielos;
Jehová juzgará los confines de la tierra,
Dará poder a su Rey,
Y exaltará el poderío de su Ungido.
Recuerden esto mientras continuamos avanzando en la historia.
Los hijos de Elí, Ofni y Finees, eran hombres impíos, y no tenían conocimiento de Jehová. Robaban para sí ofrendas de carne y se acostaban con mujeres en el tabernáculo. Eli los reprende, pero no le hacen caso. Un hombre de Dios desconocido pronuncia juicio sobre Elí: su familia será excluida del oficio de Sumo Sacerdote y sus hijos morirán el mismo día.
Capítulo 3 – El pequeño Samuel sirve en el templo de Dios. Dios llama a Samuel tres veces. Samuel cree que Eli lo está llamando. La tercera vez, Elí le aconseja a Samuel que responda: ‘Habla, porque tu siervo oye’. Dios le dice a Samuel del juicio contra la casa de Elí. Cuando Samuel le dijo esto a Elí, entendió que era de Dios y que sucederá. Samuel es establecido como profeta.
19 Y Samuel creció, y Jehová estaba con él, y no dejó caer a tierra ninguna de sus palabras.
20 Y todo Israel, desde Dan hasta Beerseba (es decir: el norte hasta el sur), conoció que Samuel era fiel profeta de Jehová.
21 Y Jehová volvió a aparecer en Silo; porque Jehová se manifestó a Samuel en Silo por la palabra de Jehová.
En los capítulos 4, 5 y 6 tenemos los años silencioses de Samuel. En estos tres capítulos, Samuel no es mencionado. Fue un período de 20 años (1 Sam. 7:2).
En el capítulo 4, Israel lucha contra los filisteos y es derrotado, perdiendo muchos hombres. Los ancianos de Israel deciden llevar el arca de Silo al lugar de la batalla. Los filisteos temen el arca y la reputación de Dios. Sin embargo, Israel es derrotado nuevamente, muchos hombres mueren. Ofni y Finees también mueren como fue profetizado. Cuando le dicen las malas noticias a Elí, él cae hacia atrás, se rompe el cuello y muere. La esposa de Finees da a luz a un hijo y llamó al niño Icabod, diciendo: ¡Traspasada es la gloria de Israel! por haber sido tomada el arca de Dios, y por la muerte de su suegro y de su marido. La condición espiritual de Israel no estaba bien.
En el capítulo 5, tenemos un relato maravilloso del poder y la soberanía de Dios sobre todas las cosas. Me gustaría tener tiempo para predicar un sermón sobre este capítulo en particular. Los filisteos llevan el arca de Dios al templo de Dagón en Asdod. La estatua de Dagón cae varias veces ante el arca de Dios. El arca es trasladada de un lugar a otro (las ciudades de Asdod, Gat y Ecrón), pero Dios juzga al pueblo de cada ciudad con tumores. A lo largo de este capítulo vemos que Dios no necesita ni a un solo israelita para derrotar o destruir a los filisteos. Él solo es todopoderoso.
En el capítulo 6 leemos que los filisteos deciden devolver el arca de Dios a Israel. Ya han tenido suficientes problemas con el arca en su tierra. Tienen un plan para poner el arca en un carro tirado por dos vacas, para ver si el Dios de Israel la devuelve providencialmente a los israelitas. El arca vuelve al pueblo de Israel, donde hay gran regocijo. Las vacas se dan como sacrificio a Dios. Dios juzga a Israel por su descuido (del arca), porque algunos de los hombres habían mirado dentro del arca.
En el capítulo 7, el arca es llevada a Quiriat-jearim, donde permanece veinte años. El profeta Samuel advierte a Israel que deje a un lado otros dioses, para poder librarse de los filisteos. La nación se arrepiente en Mizpa. Samuel ora por Israel, y el Señor ayuda a los israelitas en la batalla con un trueno que confunde a los filisteos. Samuel levanta una piedra conmemorativa llamada Eben-ezer, que significaba, “Hasta aquí nos ayudó Jehová”. Los filisteos son derrotados. Samuel juzga por todo el país, aunque siempre regresa a su hogar en Ramá. Este capítulo es un pequeño punto brillante con esperanza en medio de momentos muy oscuros en la historia de Israel.
Con todo esto en mente, y yo sé que fue MUCHA información… ahora llegamos al capítulo 8 donde terminaremos nuestro tiempo de hoy.
1 Aconteció que habiendo Samuel envejecido, puso a sus hijos por jueces sobre Israel.
2 Y el nombre de su hijo primogénito fue Joel, y el nombre del segundo, Abías; y eran jueces en Beerseba.
3 Pero no anduvieron los hijos por los caminos de su padre, antes se volvieron tras la avaricia, dejándose sobornar y pervirtiendo el derecho.
4 Entonces todos los ancianos de Israel se juntaron, y vinieron a Ramá para ver a Samuel,
5 y le dijeron: He aquí tú has envejecido, y tus hijos no andan en tus caminos; por tanto, constitúyenos ahora un rey que nos juzgue, como tienen todas las naciones.
6 Pero no agradó a Samuel esta palabra que dijeron: Danos un rey que nos juzgue. Y Samuel oró a Jehová.
7 Y dijo Jehová a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te digan; porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos.
8 Conforme a todas las obras que han hecho desde el día que los saqué de Egipto hasta hoy, dejándome a mí y sirviendo a dioses ajenos, así hacen también contigo.
9 Ahora, pues, oye su voz; mas protesta solemnemente contra ellos, y muéstrales cómo les tratará el rey que reinará sobre ellos.
Cuando Samuel envejece, sus hijos, Joel y Abías, también sirven como jueces, pero son corruptos. Los ancianos los rechazan y piden un rey. Samuel no está de acuerdo con la petición de los ancianos de Israel, pero Dios lo permite a pesar de declarar específicamente que Israel lo ha rechazado como su rey.
¿Qué está pasando aquí? ¿Fue bueno o correcto hacer esta petición de Israel de un rey? Bueno, la respuesta es sí y no. Déjenme explicar. En el libro de Deuteronomio, en la ley de Moisés, el Señor mismo estableció un estándar para una posible y futura petición de un rey sobre Israel.
Deuteronomio 17 “Instrucciones acerca de un rey”
14 Cuando hayas entrado en la tierra que Jehová tu Dios te da, y tomes posesión de ella y la habites, y digas: Pondré un rey sobre mí, como todas las naciones que están en mis alrededores;
15 ciertamente pondrás por rey sobre ti al que Jehová tu Dios escogiere; de entre tus hermanos pondrás rey sobre ti; no podrás poner sobre ti a hombre extranjero, que no sea tu hermano.
16 Pero él no aumentará para sí caballos, ni hará volver al pueblo a Egipto con el fin de aumentar caballos; porque Jehová os ha dicho: No volváis nunca por este camino.
17 Ni tomará para sí muchas mujeres, para que su corazón no se desvíe; ni plata ni oro amontonará para sí en abundancia.
18 Y cuando se siente sobre el trono de su reino, entonces escribirá para sí en un libro una copia de esta ley, del original que está al cuidado de los sacerdotes levitas;
19 y lo tendrá consigo, y leerá en él todos los días de su vida, para que aprenda a temer a Jehová su Dios, para guardar todas las palabras de esta ley y estos estatutos, para ponerlos por obra;
20 para que no se eleve su corazón sobre sus hermanos, ni se aparte del mandamiento a diestra ni a siniestra; a fin de que prolongue sus días en su reino, él y sus hijos, en medio de Israel.
Entonces, sí, por un lado, Israel podía pedir un rey, pero solo bajo las instrucciones de Dios que se dieron bajo la Ley.
¿Cuáles eran esas instrucciones?
– Debía ser uno de entre sus hermanos (17:14-15) y específicamente de la tribu de Judá (Gén 47:10).
– Debía ser escogido por Dios (17:15).
– No debía aumentar caballos para sí mismo (17:16) ni hará volver al pueblo a Egipto con el fin de aumentar caballos.
– No debía tomar muchas esposas o mujeres para sí mismo para que su corazón no se desvíe (17:17).
– No debía amontonar la riqueza para sí mismo (17:17).
– Debía tener una copia de la Ley y debía leerla diariamente y someterse a ella (17:18-20). El rey no estaba por encima de la Ley de Moisés. Se suponía que el rey de Israel debía ser muy diferente a los reyes de las otras naciones a su alrededor.
Este fue el patrón o plan dado por Dios para un rey en Israel. Usaremos esta lista a lo largo de nuestro estudio de los reyes de Israel para ver si realmente siguieron el plan de Dios. ¿Los reyes de Israel tenían un patrón de obediencia o buscaban la desobediencia?
Por otro lado, la petición de un rey por parte de Israel provino de motivaciones equivocadas y pecaminosas. Dijeron, “constitúyenos ahora un rey que nos juzgue, como tienen todas las naciones”. ¿Cómo tienen todas las naciones? ¿Por qué querría Israel ser como las otras naciones? ¿Olvidaron cómo era bajo el rey de Egipto (Faraón)?
Samuel advierte a Israel sobre cómo sería un rey, especialmente si fuera como un rey de las otras naciones.
10 Y refirió Samuel todas las palabras de Jehová al pueblo que le había pedido rey.
11 Dijo, pues: Así hará el rey que reinará sobre vosotros: tomará vuestros hijos, y los pondrá en sus carros y en su gente de a caballo, para que corran delante de su carro;
12 y nombrará para sí jefes de miles y jefes de cincuentenas; los pondrá asimismo a que aren sus campos y sieguen sus mieses, y a que hagan sus armas de guerra y los pertrechos de sus carros.
13 Tomará también a vuestras hijas para que sean perfumadoras, cocineras y amasadoras.
14 Asimismo tomará lo mejor de vuestras tierras, de vuestras viñas y de vuestros olivares, y los dará a sus siervos.
15 Diezmará vuestro grano y vuestras viñas, para dar a sus oficiales y a sus siervos.
16 Tomará vuestros siervos y vuestras siervas, vuestros mejores jóvenes, y vuestros asnos, y con ellos hará sus obras.
17 Diezmará también vuestros rebaños, y seréis sus siervos.
18 Y clamaréis aquel día a causa de vuestro rey que os habréis elegido, mas Jehová no os responderá en aquel día.
19 Pero el pueblo no quiso oír la voz de Samuel, y dijo: No, sino que habrá rey sobre nosotros;
20 y nosotros seremos también como todas las naciones, y nuestro rey nos gobernará, y saldrá delante de nosotros, y hará nuestras guerras.
21 Y oyó Samuel todas las palabras del pueblo, y las refirió en oídos de Jehová.
22 Y Jehová dijo a Samuel: Oye su voz, y pon rey sobre ellos. Entonces dijo Samuel a los varones de Israel: Idos cada uno a vuestra ciudad.
Para resumir la actitud y las motivaciones de Israel en el capítulo 8, aquí hay cinco cosas que nos dice el texto. Deberían ser advertencias para nosotros incluso hoy en nuestro caminar con Cristo.
Israel descuidó consultar a Dios (8:4-5) – Israel tenía Orgullo Espiritual
Israel rechazó a Dios como su Rey (8:4-5) – Israel tenía Rebelión Espiritual
Israel exigió un rey antes del tiempo de Dios (8:4-5) – Israel tenía Arrogancia Espiritual
Israel se olvidó de la razón verdadera de sus victorias pasadas. (8:19-20) – Israel tenía Olvido Espiritual
Israel demostró la falta de confianza en Dios (8:19-20) – Israel tenía Infidelidad Espiritual
La razón por la que Israel había vivido tanto tiempo en pecado era que había olvidado la verdad acerca del Dios a quien afirmaba servir. Lo que Israel necesitaba era que se le recordara quién es Dios y cómo prometió reaccionar ante el pecado y ante la justicia. Estas también son cosas buenas para recordar en nuestras propias vidas.
¿Eres espiritualmente orgulloso?
¿Eres espiritualmente rebelde?
¿Eres espiritualmente arrogante?
¿Eres espiritualmente olvidadizo?
¿Eres espiritualmente infiel?
Lo contrario debería ser cierto en nuestra vida espiritual. Debemos consultar la mente de Dios cuidadosamente a través de las Escrituras, la oración y el consejo sabio. Debemos someternos a Cristo y a su cuerpo, la iglesia local y sus líderes dados por Dios. Debemos estar listos para obedecer a Dios. Debemos esperar pacientemente el tiempo perfecto de Dios. Debemos recordar que no somos nada sin Cristo. Y finalmente, debemos estar dispuestos a caminar por fe.
Pablo describe el Evangelio a Timoteo de esta manera en 2a Tim 2:8 “Acuérdate de Jesucristo, del linaje de David, resucitado de los muertos conforme a mi evangelio”. El significado de la frase “del linaje de David” se enfatiza con el título “el Cristo”. Jesús era el Mesías (el ungido) prometido por los escritores del Antiguo Testamento, el rey davídico y el cumplimiento del pacto abrahámico de bendecir a todas las naciones del mundo (Gén. 12:1-3; Mateo 1:1). Los apóstoles siempre proclamaron que Jesús de Nazaret era el Cristo. Este es el mismo Evangelio que debemos proclamar hoy. ¿Conoces al Rey de Reyes? ¿Te has arrepentido de tu pecado y has puesto tu confianza en la persona y obra de Cristo? La cultura te dirá que la verdad no existe o que la verdad es relativa. Pero, la Biblia dice claramente que la verdad solo se puede encontrar en Cristo, el Rey de Reyes.
Mientras hacemos una pausa aquí al final de 1 Samuel 8, los israelitas han pedido un rey, un rey como todas las demás naciones. ¿Quién será ese rey? ¿Este rey obedecerá a Dios? Vuelvan la próxima semana para estudiar la vida de este primer rey.
Algunas preguntas de repaso y aplicación:
1. ¿Puedes describir las condiciones espirituales y políticas en Israel durante los días previos al ministerio de Samuel?
2. ¿Quiénes eran Ofni y Finees? ¿Qué dice el texto acerca de sus vidas y carácter?
3. ¿Quién fue Icabod? ¿Qué significa su nombre?
4. ¿Qué significa Eben-ezer?
5. Samuel advierte al pueblo en 1 Samuel 8 acerca de los resultados que seguramente ocurrirán debido a su demanda de un rey. ¿Puedes recordar cuáles eran algunos de esos?
6. ¿Qué había en la petición «Haznos un rey como todas las naciones» que fue tan ofensivo para Dios?
7. ¿Por qué es importante estudiar los Reyes de Israel?
8. ¿Cuáles son algunas de las aplicaciones del estudio que te llamaron la atención?

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