Los Reyes de Israel (David)

En el libro de 1 Samuel, tenemos tres personajes humanos principales. Primero, tenemos al profeta Samuel. Quien estudiamos en la primera parte de esta serie hace unas semanas. Luego, estaba Saúl, quien estudiamos la semana pasada. Esta semana, presentamos otro personaje humano importante en este maravilloso libro. Se nos presenta oficialmente al joven David en el capítulo 16. El autor va y viene de Samuel a Saúl, de Samuel a David, de David a Saúl, de Saúl a Samuel, y luego de regreso a David. El drama de la historia sigue creciendo.

Para resumir muy rápido, Israel quería un rey como TODAS las naciones. El profeta Samuel dijo que un rey como las naciones solo tomaría y tomaría y tomaría (8:10-18).  Los reyes serían egoístas. El pueblo no escuchó e insistió en tener un rey (8:19-20). Dios les dio lo que querían (cáp 9 y 10). Al principio, el rey Saúl no parecía un rey malo. Tuvo algunas victorias sobre los filisteos (cáp. 11). Pero hubo indicios desde el comienzo de su reinado de que no era como el rey del que Dios hablaba en la Ley de Moisés (cáp. 13 y 15). El rey Saúl era alto y guapo, pero le faltaba coraje y honestidad. Era débil, temeroso y egoísta. En fin, Saúl no estaba interesado en hacer lo que Dios le mandó, sino sólo en hacer su propia voluntad (cáp. 19, 23). Su vida y reinado siguen con más y más pecado.

Cuando el joven David entra en la historia, realmente vemos cuán malo fue Saúl como el primer rey de Israel. Al principio, Saúl amaba a David. Tiene a David como su músico personal (cap. 16) y luego, sirviendo en su ejército (cap. 17). Sin embargo, dentro de un capítulo, Saúl quiere matar a David con su lanza porque estaba celoso y enojado (cap 18). Saúl estaba dispuesto a matar a su propio hijo, Jonatán, porque Jonatán estaba del lado de David (cap. 14). Saúl persigue a David en el desierto muchas veces (cap 19-26). Saúl, lleno de temor al hombre, acude a la bruja de Endor (cap. 28) y finalmente se quita la vida con su propia espada (cap. 31).

Hoy, mientras recopilamos más información sobre la vida de David en la última mitad de 1 Samuel y el libro entero de 2 Samuel, me gustaría concentrarme en tres atributos de Dios. Su soberanía, su fidelidad y finalmente su eternalidad. Tengan esto en mente mientras resumimos rápidamente la vida de David.

En 1 Sam 13:14, se nos dice que “Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo”. Un poco más tarde, en 1 Sam 15:28, se le dice a Saúl que “Jehová ha rasgado hoy de ti el reino de Israel, y lo ha dado a un prójimo tuyo mejor que tú”. Y luego, en el capítulo 16, finalmente lo conocemos. Es un joven pastor en el campo. Fue elegido por Dios para ser el rey, no porque fuera el primogénito, ni el más fuerte, ni el más alto. Pero Dios le dijo al profeta Samuel en 16:7No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.” David era un varón conforme al corazón de Dios.

Vemos esto en acción en el siguiente capítulo. El capítulo 17 relata la historia de la batalla con el filisteo, Goliat, “El Campeón.” David, al escuchar y ver lo que Goliat decía sobre el Dios de Israel, no se preocupa por su seguridad personal, ni por las críticas de su hermano mayor, ni el propio gigante, Goliat. ¿Cuál era la preocupación principal de David? Escuche lo que dice la Biblia en el capítulo 17. “¿Quién es este filisteo incircunciso, para que provoque a los escuadrones del Dios viviente? (v. 26) No desmaye el corazón de ninguno a causa de él; tu siervo irá y peleará contra este filisteo. (v. 32) [Goliat], tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado. Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos.” (vv. 45-47) La preocupación de David era por el nombre del Señor. David confía en el Señor y el Señor le da la victoria ese día.

Parece que David será mejor rey que el rey Saúl, pero pasarán décadas antes de que David realmente reine como rey de Israel. El rey Saúl muere en el capítulo 31. En 2 Samuel 2-10, el reino de David se está consolidando, reconociendo y asegurando aún más contra los enemigos de Israel a su alrededor e incluso contra los enemigos de David dentro de Israel. Finalmente, en 2 Sam 5, David es nombrado rey de Israel. Ahora está dirigiendo a toda la nación. Uno de sus primeros actos como rey, traer el arca del pacto a Jerusalén. Había estado guardado en otro lugar durante décadas. David hizo de Jerusalén el lugar de adoración de Israel. Jerusalén pasa a ser conocida como la ciudad de David.

En 2 Sam 7:1, leemos un resumen del éxito de David hasta el momento como rey. Dice, “Aconteció que cuando ya el rey habitaba en su casa, después que Jehová le había dado reposo de todos sus enemigos en derredor.” Hay descanso. La mayoría de los enemigos de Israel están fuera de Israel. Dios le ha dado a David estas bendiciones. David ahora vive en una casa. En 8:14, hay otra breve declaración resumida. Dice: “Y Jehová dio la victoria a David por dondequiera que fue.” Hasta ahora, el rey David ha sido un ejemplo de fe en el Señor y obediencia al Señor.

Durante la semana pasada, espero que hayan podido leer 2 Samuel 7. Es uno de los capítulos más importantes de toda la Biblia. Pedí que se leyera de nuevo antes de este sermón. No lo volveré a leer en el sermón por razones de tiempo, pero es importante entender el contexto de este capítulo en la vida y el reinado de David. Aquí hay un breve resumen. El rey David tenía un plan para construir un templo para Dios. Un lugar para poner el arca del pacto. V. 2Mira ahora, yo habito en casa de cedro, y el arca de Dios está entre cortinas.” El rey David está en su palacio hecho de cedro y David quiere que el Señor tenga un lugar de morada permanente y no solo en una tienda. El pensamiento de David era así… Dios en todo su esplendor debería tener algo más grande que una tienda. El nuevo profeta, Natán, también pensó que era una buena idea (v. 3). Pero esa noche, Dios le habló al profeta Natán y le dijo que tenía un plan diferente. Dios tenía un plan mejor (vv. 5-16).

¿Qué le prometió Dios a David en este plan?

Dios dice que no al plan de David y, a su vez, le da a David mayores y mejores promesas. En vv. 6-7 Dios dice: “Ciertamente no he habitado en casas desde el día en que saqué a los hijos de Israel de Egipto hasta hoy, sino que he andado en tienda y en tabernáculo. Y en todo cuanto he andado con todos los hijos de Israel, ¿he hablado yo palabra a alguna de las tribus de Israel, a quien haya mandado apacentar a mi pueblo de Israel, diciendo: ¿Por qué no me hemos edificado casa de cedro?” Otra forma de decir esto es: “¿Alguna vez he vivido en una casa? ¿Me he quejado alguna vez de no vivir en una casa? ¿Le he pedido alguna vez a alguien que me construya una casa?

V. 8Yo te tomé del redil, de detrás de las ovejas, para que fueran sobre mi pueblo, sobre Israel.” Es como si Dios dijera: “Sí, he hecho todo eso”. Continúa en el v. 9 “y he estado contigo en todo cuanto has andado, y delante de ti he destruido a todos tus enemigos, y te he dado nombre grande, como el nombre de los grandes que hay en la tierra”. Sí, sí y sí. Yo he hecho todo eso, dice Dios.

Ahora, observe que Dios cambia al tiempo futuro. V. 10-11 “Además, yo fijaré lugar a mi pueblo Israel y lo plantaré, para que habite en su lugar y nunca más sea removido, ni los inicuos le aflijan más, como al principio, desde el día en que puse jueces sobre mi pueblo Israel; y a ti te daré descanso de todos tus enemigos. Asimismo, Jehová te hace saber que él te hará casa.”

¿Les recuerdan estos conceptos las promesas anteriores de Dios en el antiguo testamento? Una promesa de una gran nación. Una promesa de tierra. Una promesa de descanso en esa tierra prometida. Dios sigue siendo soberano. Dios sigue siendo fiel.

Pero Dios no terminó con lo que le prometió a David… sigamos leyendo.

12 Y cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré después de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su reino.

13 El edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino.

14 Yo le seré a él padre, y él me será a mí hijo. Y si él hiciere mal, yo le castigaré con vara de hombres, y con azotes de hijos de hombres;

15 pero mi misericordia no se apartará de él como la aparté de Saúl, al cual quité de delante de ti.

16 Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable eternamente.

Este es un pasaje tan maravilloso, y me encantaría detenerme aquí por un largo tiempo para enseñar sobre cada versículo y todas sus implicaciones. Pero, por un tema de tiempo, quiero animarlos a comprender que este pacto con David cambia la forma en que leeremos y estudiaremos a cada rey de Israel que venga en el futuro. Un autor, Dale Ralph Davis, hizo la siguiente observación sobre las promesas de Dios a David y su futura línea real (linaje).

1. La muerte no anula estas promesas para David. David morirá, pero las promesas continúan.

2. El pecado no puede destruir estas promesas para David. David pecará, Dios lo castigará, pero eso no eliminará el amor leal de Dios al pacto con David.

3. Y finalmente, el tiempo no agotará estas promesas para David. El texto se repite con “para siempre…para siempre…para siempre.”

Qué indestructibles promesas hizo Dios con David. Los caminos de Dios son imparables. Dios da gracia y misericordia, y luego aún más gracia y misericordia (Juan 1:16).

A medida que continuamos leyendo la última mitad del libro de 2 Samuel, vemos los pecados de David y las consecuencias de esos pecados. Por ejemplo, en el capítulo 11, leemos sobre el pecado de adulterio con Betsabé, que condujo al asesinato de Urías. El rey que antes era un hombre conforme al corazón de Dios es ahora, durante esta parte de su reinado, un hombre que buscaba las cosas de la carne y su propio corazón. Está actuando como uno de los reyes de las naciones… tomando y tomando y tomando para su propio placer. En el capítulo 12, David se enfrenta al profeta Natán. El rey David se arrepiente de su pecado (Salmo 51), pero quedan consecuencias por su pecado.

2 Sam 12:9-10 “¿Por qué, pues, tuviste en poco la palabra de Jehová, haciendo lo malo delante de sus ojos? A Urías heteo heriste a espada, y tomaste por mujer a su mujer, y a él lo mataste con la espada de los hijos de Amón. Por lo cual ahora no se apartará jamás de tu casa la espada, por cuanto me menospreciaste, y tomaste la mujer de Urías heteo para que fuese tu mujer.”

Las consecuencias del pecado de David lo siguen desde el capítulo 12 hasta el capítulo 20. Las consecuencias se multiplican.

En el cap. 12, el hijo de David muere.

En el cap. 13, Amnon, uno de los hijos de David, viola a su hermanastra. David no hace nada. Absalón, otro hijo de David, asesina a Amnón. Absalón huye de Jerusalén. Una vez más, David no hace nada.

En el cap 14, Absalón regresa a Jerusalén, pero desprecia a su padre, el rey David.

En el cap. 15, crecen los rumores sobre una toma de poder militar liderada por Absalón. David tiene que huir de su propia ciudad.

En el cap 17, Absalón persigue a David en el desierto.

En el cap 18, Joab, el general de David, mata a Absalón.

En el cap. 19, David regresa a Jerusalén en medio de una guerra civil. Las tribus del norte están en su contra.

En el cap. 20, Seba encabeza una rebelión contra David.

Recuerda lo que Dios dijo en el capítulo 12, “no se apartará jamás de tu casa la espada…” Los pecados de David tuvieron consecuencias.

2 Samuel termina en el capítulo 24 con otro pecado de David. David hace un censo. Cuenta los soldados. Esto no siempre es un pecado en la Biblia, pero fue una expresión de orgullo por parte de David. Confiando en los números. Confiando en el poder de su ejército, en lugar de confiar solo en Dios. Confiando en lo que podía ver, y no confiando en lo que Dios había dicho. David se arrepintió de nuevo. Pero hubo consecuencias. ¿Cuáles fueron? 70.000 hombres murieron de una peste ese año.

Pero, las asombrosas promesas de Dios a David en su pacto con él enfatizaron el hecho de que la muerte física de David no anularía estas promesas. David murió, pero las promesas permanecieron. El pecado de David no destruyó las promesas que Dios le había hecho. David pecó, Dios lo castigó, pero Dios no quitó su amor fiel dentro del pacto. Y finalmente, el tiempo no agotó estas promesas a David. Eran eternas.

Como les dije la semana pasada, estos estudios sobre los reyes de Israel son realmente una historia maravillosa sobre nuestro gran Dios. Termino con los tres atributos de Dios que les mencioné al comienzo del estudio. La soberanía de Dios. La fidelidad de Dios. Y finalmente, la eternalidad de Dios.

*Todos los planes y promesas de Dios se juntan al final. Servimos a un Dios SOBERANO. Pensando en las promesas de Dios en el pacto con David, vemos muchos ejemplos de textos y conexiones en el nuevo testamento.

Mateo 1:1Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham.”

Apoc 5:5No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos.”

Apoc 22:16Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana.”

Dios tiene el control de todas las cosas, aunque las cosas parezcan mal a nuestros ojos. Necesitamos confiar en Él en todas las cosas.

*Todos los planes y promesas de Dios se cumplen. Servimos a un Dios FIEL.

David alabó a Dios en 2 Sam 7:22-23 diciendo lo siguiente…“Por tanto, tú te has engrandecido, Jehová Dios; por cuanto no hay como tú, ni hay Dios fuera de ti, conforme a todo lo que hemos oído con nuestros oídos. ¿Y quién como tu pueblo, como Israel, nación singular en la tierra? Porque fue Dios para rescatarlo por pueblo suyo, y para ponerle nombre, y para hacer grandezas a su favor, y obras terribles a tu tierra, por amor de tu pueblo que rescataste para ti de Egipto, de las naciones y de sus dioses.”

*Todos los planes y promesas de Dios son para siempre. Servimos a un Dios Eterno. El rey eterno.

La muerte ciertamente no pudo detener las promesas de Dios. El pecado no puede destruir las promesas de Dios. El tiempo no puede agotar las promesas de Dios. Necesitamos confiar en nuestro eterno Dios y sus tiempos perfectos.

Jesús era el Mesías (el ungido) prometido por los autores del Antiguo Testamento, el rey davídico y el cumplimiento del pacto abrahámico de bendecir a TODAS las naciones del mundo (Gén. 12:1-3). Los apóstoles siempre proclamaron que Jesús de Nazaret era el Cristo, el Mesías, el Ungido. Este es el mismo Evangelio que debemos proclamar hoy. La respuesta al problema humano del pecado en este mundo ante un Dios santo tiene su fundamento en estos importantes pasajes del AT, como 2 Samuel 7. En Cristo, no tenemos solamente un rey que gobierne con justicia, sino un rey que nos puede dar justicia y pagar el castigo del pecado que está sobre todos nosotros. En Jesucristo, tenemos el sacrificio perfecto, la expiación, el eterno y viviente Rey de Reyes. Jesús ES la única respuesta. ¿Conoces al Rey de Reyes? ¿Te has arrepentido de tu pecado y has puesto tu confianza en la persona y obra de Cristo?

Apoc 5:12que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza.”

Preguntas de repaso y aplicación:

1. ¿Cuál era el nombre del padre de David? ¿Cuántos hermanos tenía David? ¿Cuál era la ciudad natal de David?

2. Según David, ¿cuál fue el asunto más importante en juego en el desafío de Goliat a los soldados de Israel?

3. Niños o juveniles: ¿Cuál fue la reacción de Goliat cuando vio por primera vez a David acercándose a él?

4. Saúl persigue a David en el desierto muchas veces (1 Samuel 19-26). ¿Puedes enumerar al menos tres Salmos escritos por David que hayamos estudiado que tengan una conexión con David huyendo de Saúl?

5. Compara el rey Saúl y el rey David. ¿En qué se parecían? ¿Cómo eran diferentes?

6. ¿Qué ha prometido Dios que hará en el pacto con David? Vea 2 Samuel 7

7. ¿Cuáles fueron los tres conceptos mencionados en el estudio que no podían cambiar o afectar las promesas de Dios para David?

8. Lea 2 Samuel 7:18-29 nuevamente. ¿Cómo describiría cómo David alabó y adoró al Señor después de recibir las promesas de Dios en el pacto?

9. Lea Jeremías 30:21. ¿Cómo se conecta este versículo con el estudio de hoy del pacto davídico?

10. ¿Cuáles fueron dos pecados de David que se mencionan específicamente en 2 Samuel? ¿Cuáles fueron las consecuencias de esos pecados?

11. ¿Cuáles fueron los tres atributos de Dios que se mencionaron en el estudio?

12. ¿Cuáles son algunas de las aplicaciones del estudio que te llamaron la atención?

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