Conociendo los libros de la Biblia: 2 Pedro

La segunda carta del apóstol Pedro (2 Pe 3:1) es muy corta y fue escrita alrededor del año 64. Contiene solo tres capítulos. Uno podría leerlo en 15 minutos. La carta está llena de enseñanzas sólidas y advertencias prácticas. Es la última oportunidad de Pedro para compartir su corazón con sus lectores que eran creyentes (2 Pe 2:14-15). Pedro establece claramente su propósito al escribir sus dos cartas (vea un resumen de 1ª Pedro aquí). Pedro quería despertar el entendimiento puro de sus lectores con la exhortación, para que se acordaran de las palabras antes dichas por los santos profetas, y del mandamiento del Señor y Salvador dado por los apóstoles (2 Pe 3:1-2).

2ª Pedro se puede resumir, en una palabra, “Certeza”. Pedro quería que sus lectores tuvieran certeza sobre su vocación y elección en el capítulo 1; tener certeza sobre la verdad en el capítulo 1 y 2; y tener certeza del juicio de Dios y del regreso del Señor en el capítulo 3.

Primero, consideremos el primer capítulo y énfasis en la certeza de nuestra posición en Cristo.

1 Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que habéis alcanzado, por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, una fe igualmente preciosa que la nuestra:

2 Gracia y paz os sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús.

3 Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia,

4 por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia;

5 vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento;

6 al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad;

7 a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.

8 Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.

9 Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta; es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados.

10 Por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás.

11 Porque de esta manera os será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

Fíjense en estos versículos, Pedro está enfatizando que es Dios quien llama. Este llamado no es autogenerado. v. 3 “Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia.” No nos llamamos a nosotros mismos. Si vamos a estar seguros del llamado de Dios sobre nosotros, primero debemos saber qué es Su llamado.

Nuestra salvación no se basa en nosotros mismos ni en nada que hayamos hecho. vv. 1-2 “Simón Pedro, siervo y apóstol de Jesucristo, a los que lograron, por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, una fe igualmente preciosa que la nuestra: Gracia y paz os sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús.” Nuestra salvación ha sido ganada a través de la justicia de Cristo, no la nuestra.

Por último, nuestra salvación no es autosuficiente. Dios nos da lo que necesitamos. vv. 3-4 “Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas…”

Somos salvados por Él y somos sostenidos por Él. Él nos da lo que necesitamos para la vida y la piedad. Entonces, si queremos que nuestro llamado y elección sean seguros, debemos estar seguros de que es el llamado de Dios basado en la justicia de Cristo.

Entonces, es Dios quien llama y también es el llamado de Dios para nosotros. Pedro dice, “por lo cual, hermanos, tanto más procurad hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás.” Hacemos firme nuestra vocación y elección al hacer. No nos salvamos haciendo; Pedro lo tiene muy claro. Pero ¿qué cosas deberíamos estar haciendo? Deberíamos poseer ciertas cualidades en medida creciente. En 1:5, Pedro nos dice “poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid…”

¿Cuáles son estas cualidades? vv. 5-7 “fe, virtud, conocimiento, dominio propio, paciencia, piedad, afecto fraternal y amor.”

Vivir como cristianos nos ayuda a estar seguros de que somos cristianos. Si te consideras cristiano y tu vida no está marcada por estas cualidades, Pedro te dice: “¡Cuidado! Es posible que hayas creído alguna enseñanza falsa. Estad seguros de vuestra vocación.

Esto nos lleva a la segunda cosa para estar seguros de… la verdad. La certeza de la verdad de Dios (Vv. 12-15).

12 Por esto, yo no dejaré de recordaros siempre estas cosas, aunque vosotros las sepáis, y estéis confirmados en la verdad presente.

13 Pues tengo por justo, en tanto que estoy en este cuerpo, el despertaros con amonestación;

14 sabiendo que en breve debo abandonar el cuerpo, como nuestro Señor Jesucristo me ha declarado.

15 También yo procuraré con diligencia que después de mi partida vosotros podáis en todo momento tener memoria de estas cosas.

Es como si Pedro estuviera diciendo, “No me escuchen solo porque fui un testigo personal de Cristo y su gloria (Mateo 17 en el Monte de La Transfiguación). Pero regresen y lean los profetas.” Pedro está llamando a sus lectores a estar seguros de las Escrituras. “Confía en lo que los profetas han dicho sobre el Mesías. Vuelve a pasajes como Isaías 53 o Salmo 22 que hablan de la muerte de Cristo, o el libro de Miqueas que habla del nacimiento del Mesías.” Pedro está diciendo que se anclen en las Escrituras. Estar seguro de la verdad. No tendrás certeza de tu propia salvación si no sabes que el mensaje básico del cristianismo es verdadero.

En este contexto, Pedro, en el capítulo 2, centra su atención en los que son falsos profetas (o falsos maestros) en los vv. 1-3.

1 Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina.

2 Y muchos seguirán sus disoluciones (es decir, su sensualidad), por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado,

3 y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme.

Pedro señala dos motivaciones principales de los falsos maestros: 1. Su sensualidad (v. 2 y 14 “ojos llenos de adulterio”) y 2. Su avaricia (v. 3).

En vv. 10-22, Pedro comparte una lista de las características de los falsos maestros.

Siguen la carne, andan en concupiscencia e inmundicia, y desprecian el señorío (es decir, la autoridad) – v. 10

Atrevidos y contumaces – v. 10

No temen decir mal (o blasfemar) de las potestades superiores – v. 10

Hablan mal de cosas que no entienden, como animales irracionales, nacidos para presa y destrucción – v. 12

Reciben el galardón de su injusticia – v. 13

Tienen por delicia el gozar de deleites cada día. – v. 13

Son inmundicias y manchas, quienes aún mientras comen con vosotros, se recrean en sus errores. – v. 13

Tienen los ojos llenos de adulterio, no se sacian de pecar – v. 14

Seducen a las almas inconstantes, tienen el corazón habituado a la codicia, y son hijos de maldición – v. 14

Han dejado el camino recto – v. 15

Se han extraviado siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor (Núm 22-23), el cual amó el premio de la maldad – v. 15

Son fuentes sin agua, y nubes empujadas por la tormenta – v. 17

Hablan palabras infladas y vanas – v. 18

Seducen con concupiscencias de la carne y disoluciones a los que verdaderamente habían huido de los que viven en error. – v. 18

Les prometen libertad, y son ellos mismos esclavos de corrupción. – v. 19

Enredándose otra vez en sus concupiscencias son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero. – v. 20

Pedro está diciendo que los falsos maestros pervierten la confianza para encontrar una manera de ser destructivos para los hijos de Dios con el fin de beneficiarse personalmente de ello. Es como si estuvieran diciendo: «¡Lo que necesitas es más vómito!» (2 Pe 2:22 y Prov. 26:11)

En contraste, los maestros piadosos son fieles en exaltar la verdad para encontrar formas de edificar a los hijos de Dios para la gloria de Dios.

Pedro quiere que sus lectores estén anclados en quienes realmente son a través de la justicia de Jesucristo y cualquiera que amenaza eso es un falso maestro. Necesitamos aprender a detectar las enseñanzas falsas hoy. Busque las señales de advertencia: los falsos maestros despreciarán la autoridad de Dios y su palabra y vivirán de acuerdo con sus propios deseos sensuales.

Los falsos profetas/maestros serán expuestos cuando Dios los juzgue. Dios los juzgará como juzga a los ángeles pecadores (2:4), como juzgó al mundo en los días de Noé (2:5) y como juzgó a Sodoma y Gomorra (2:6).

Finalmente, en el tercer capítulo, Pedro comparte el desafío acerca de la certeza del juicio de Dios y del regreso del Señor.

1 Amados, esta es la segunda carta que os escribo, y en ambas despierto con exhortación vuestro limpio entendimiento,

2 para que tengáis memoria de las palabras que antes han sido dichas por los santos profetas, y del mandamiento del Señor y Salvador dado por vuestros apóstoles;

3 sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias,

4 y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación.

5 Estos ignoran voluntariamente, que en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste,

6 por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua;

7 pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos.

Pedro dice, estad seguros de que Dios juzgará al mundo entero. Dios no es olvidadizo, sino eterno. Vv 8-9aMas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza…”

Lo que percibimos como la lentitud de Dios es en realidad su paciencia con nosotros. V. 9bsino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos proceden al arrepentimiento.”

La respuesta a por qué Dios no ha regresado todavía es porque todavía tiene que salvar. Dios desea que todos se arrepientan. Este versículo nos da una gran confianza para poder mirar y hablar con cualquiera y decir: “¡Dios quiere que seas salvo!” Por supuesto, no todos se salvarán. Mirando hacia atrás a través de la historia, no todos fueron salvos. Pero Dios desea que todos se arrepientan. Con cada día que pasa, se agregan más personas al libro de la vida. Esta es una buena noticia para nosotros y para el mundo. Esto nos da un gran consuelo incluso en medio de vivir en este mundo caído y quebrantado. Esto nos da una gran esperanza de que nuestros familiares incrédulos posiblemente se salven en el futuro.

V. 10 “Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.”

Los ladrones no piden permiso. Por eso el Señor es como un ladrón. Él solo va a venir. Su venida será inesperada para el mundo. Pedro está desafiando a sus lectores a estar listos. Tengan la certeza de que el Señor vendrá. Esté esperando, pero mientras espera, sea útil.

Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz.” V. 14

Pedro, a lo largo de toda la carta, dice: “Ten certeza”. Ten certeza de tu vocación y elección en Cristo Jesús. Ten certeza de la verdad. Ten certeza del juicio de Dios y de la futura venida del Señor. Pedro termina su carta de esta manera: Escucha, no te dejes llevar por el error de los falsos profetas. “Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.” (3:18)

Preguntas de repaso y aplicación:

1. La pequeña carta de 2ª Pedro se puede resumir en una palabra. ¿Cuál es esa palabra? ____________

2. Pedro enfatizó tres cosas que tenían (y tendrán) certeza. ¿Cuáles son las tres cosas?

3. Según 2ª Pedro 1:20-21, ¿cuál es la diferencia entre la Biblia y todos los otros libros del mundo?

4. ¿Ves que las cualidades mencionadas en 2ª Pe. 1:5-7 están siendo añadidas a tu vida espiritual?

5. ¿Cómo podría la iglesia local ayudarnos a saber si realmente estamos creciendo en la gracia?

6. Pensando en el año pasado (2022), ¿puedes compartir con nosotros qué crecimiento has visto en tu vida?

7. Deberíamos recordar lo que la Biblia dice que somos en Cristo. ¿Puedes enumerar algunos ejemplos de quiénes somos en Cristo?

8. Tomando la lista de características de los falsos profetas, anoten, en su grupo, exactamente lo contrario de cada característica. Use esta nueva lista para orar por sus pastores esta noche.

9. Según 2ª Pedro, ¿por qué Dios demora su juicio? ¿Cómo esto confunde a la gente?

Pedro hace referencia a varios ejemplos del juicio de Dios en el Antiguo Testamento. ¿Cuáles son estos ejemplos y dónde se encuentran en el Antiguo Testamento?

10. ¿Estarías dispuesto a leer 2ª Pedro de nuevo? ¿Hay cosas adicionales que te llamaron la atención que te gustaría estudiar? ¿Estarías dispuesto a estudiar 2ª Pedro con otro miembro de la iglesia?

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